Capítulo 21: La propuesta.

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-Aidan, ¿eres tú?, no puede ser, asistí a tu entierro, te creía muerto. ¿Eres tú realmente? - Volvió a preguntar Arianne.
-¿Ves mamá? siempre te dije que Aidan, no había muerto, pero tú no me hacías caso.- Le regañó la niña a Arianne.
- ¿Por qué no apareciste en todos estos años, porqué nos abandonaste?- Le recriminó la chica a Aidan con lágrimas en los ojos, ignorando la reprimenda de la pequeña.

- Me tendieron una trampa, tuve que huir, y en mi huida sufrí un accidente en el que perdí la memoria, no recordaba ni siquiera mi nombre. Incluso ahora tengo muchas lagunas en mis recuerdos, pero me acordé de tí y de la pequeña Rhiannon de pronto. - Por eso he regresado a buscarte, quiero que vengáis conmigo, a donde vivo ahora. - Le ofreció Aidan.
- ¡Es increíble, estas vivo! - Se colgó Arianne del cuello de él, después de escuchar la breve exposición que le hizo de los sucesos acaecidos.
- Ven a casa nuestra. - Le ofreció la niña.
- Es verdad, pronto anochecerá y este no es un lugar muy seguro, podrían vernos, ven a casa. - Reiteró la oferta que le había hecho la pequeña.
Volviéndose a poner la capucha que le ocultaba el rostro siguió a Arianne y a la niña a alguna distancia mientras se dirigían ellas a casa.
Después que entraron, él esperó unos minutos y llamó a la puerta, cuando no había transeúntes cerca.
La joven abrió la puerta y el entró rápidamente sin llamar la atención.
Sin mediar palabra, Arianne y Aidan empezaron a besarse apasionadamente.
-Mejor me marcho a jugar, ¿no? - Dijo la pequeña, antes de desaparecer rápidamente de la escena.
-¿Porqué viniste a Ehazur en vez de a la cabaña del bosque dónde vivíamos? - Preguntó ahora Arianne después de la efusiva bienvenida.
- Si que fui primero a la cabaña, pero la vi abandonada, y supuse que habrías venido a vivir al poblado, pero la verdad es que no esperaba encontrarte tan pronto. - Contestó él a su pregunta.
- Sí, nos vinimos a vivir a aquí. Esta es una de las casas que tiene Gare. Insistió mucho en que nos viniéramos a vivir aquí, pues decía que era mucho más seguro que vivir en una cabaña apartada en la montaña y también era más céntrico para las compras en el mercado, si nos poníamos enfermas para que viniera el doctor, para que la niña pudiera conocer y jugar con otras niñas de su edad y un sinfín de otros argumentos. Así que al final accedí a su petición. La verdad es que se ha portado muy bien con nosotras desde que tú desapareciste. - Le explicó la joven a Aidan.
-¡¿Queeé?! ¡Ese maldito, primero quiso acabar con mi vida, y ahora quiere arrebatarte de mis manos, tanto a ti como a la pequeña! - Dijo Aidan ardiendo de furor.
- ¡No sabía eso, no sabía que fue él el que te traicionó! - Le contestó Arianne muy sorprendida por la nueva información que le transmitía Aidan.
- Veniros conmigo, no podéis continuar aquí. No quiero perderos otra vez, aunque antes quiero ir a visitar a mis padres. He recordado donde vivía antes. Y quiero que sepan que estoy vivo, y tener noticias suyas. - Les ofreció Aidan
-Sí, vendremos contigo, no quiero perderte por segunda vez. No sabes las veces que me arrepentí de no haberte dicho que sí en seguida a la propuesta de matrimonio que me hiciste. - Le dijo ella a Aidan con tristeza.
-Sigue en pie mi propuesta si me aceptas aún. - Le dijo Aidan dándole un beso en la mano a Arianne.
- Si quiero. No voy a dejar pasar la oportunidad esta vez. - Dijo Arianne dándole un dulce beso en los labios a Aidan.
- Buff, otra vez, ya estamos. - Resopló la niña con fastidio al ver las muestras de cariño entre ambos.
- Ahora debo dejaros por unas horas, recordé también donde vivía antes con mis padres y quiero verlos de nuevo y que sepan que estoy vivo. Regresaré en un par de días con otro caballo más para llevaros conmigo. Preparad lo imprescindible para el viaje, para cuando vuelva. - Dijo Aidan antes de marcharse.
- Mamá ¿Vais a estar siempre de besos Aidan y tú? - Preguntó la pequeña Rhiannon con una sonrisita picarona en el rostro a Arianne, a quién desde pequeña le llamaba mamá, aunque ella sabía su historia y su procedencia.
- Niña, no seas descarada. Ademas tú sabes que Aidan y yo nos queremos, ya verás tú cuando crezcas y te enamores de un hombre, entonces no te parecerán repulsivos los besos. - Le replicó su "madre".
-No, yo nunca me casaré, así no tendré que darle un beso a ningún hombre, puag.- Dijo la niña riendo y poniéndo cara de asco.
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-Capitán, tenemos noticias importantes que darle. Parece ser que Aidan ha sido visto en la ciudad, pero no podemos confirmar aún la noticia. - Dijeron a Gare dos soldados que hacían guardia por las calles de Ehazur.

-¡Perfecto, Perfecto! Verificad la noticia, buscadlo en todo el Reino si es preciso, vigilad la casa de sus padres, y si lo encontráis, traédmelo aquí ante mí. Y otra cosa, id a buscar a Arianne y a la pequeña, no podemos arriesgarnos a que se encuentren.- Dijo Gare a los soldados despachándolos.

- He de hablar con el Rey Draco, para que aceleré nuestra ceremonia. Tengo que casarme cuanto antes con Arianne y tener bajo mi control a la pequeña. - Dijo Gare a uno de sus hombres de confianza.

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- ¡No es posible! ¡No es posible! - Dijo la madre de Aidan, mientras un gran temblor se apoderaba de ella al abrir la puerta y ver a su hijo.
-Sí madre soy yo - Contestó Aidan mientras se abrazaba a su madre y no podía contener las lágrimas.-
-¿Qué está pasando, quien anda ahí? - Añadió el padre de Aidan, acercándose a la entrada de la casa al oír el barullo de voces y llantos.
-Padre, soy yo Aidan, estoy vivo.- Se apresuró a contestar Aidan.

Tras pasar y cerrar la puerta, se quedaron el resto de la noche conversando y poniéndose al día, tras varios años de ausencia entre ellos.

Se enteró de como la resistencia a los enemigos había sido reemplazada por sumisión a estos, por la intervención de Gare que había adormecido a la población con promesas falsas, y tras infundirles miedo de las consecuencias de cualquier rebelión. Aunque varios hombres valientes seguían reuniéndose clandestinamente esperando su oportunidad, entre ellos el mismo padre de Aidan.

- Hijo mío, ahora todo será diferente contigo aquí, volverá a resurgir la esperanza en los hombres. Volverás a liderarnos. - Dijo emocionado Neakail a su hijo.

- Todo a su tiempo, padre, ahora debo regresar a Angus el poblado donde vivo actualmente. Allí estamos resistiendo, aunque fuimos atacados hace muy poco, pero los dragones blancos nos ayudaron a ganar la batalla junto a una joven que tiene poderes excepcionales. Si reunimos fuerzas con todos los guerreros de los reinos sometidos en una coalición, tenemos alguna posibilidad de victoria. Además ahora debo regresar a Angus junto con Arianne y la pequeña, ya me he puesto en contacto con ellas y no es seguro que continúen en Ehazur. Pero debo conseguir otro caballo para que puedan viajar ellas conmigo. - Le respondió Aidan a su padre.
- Por eso no hay ningún problema, llévate uno de los míos. -Le ofreció su padre.
- Gracias padre, regresaré pronto a por ustedes. Volveré a por vos y por madre. En Angus todos estaremos más seguros y podremos planificar los próximos pasos a realizar.
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- Abrid, a los soldados del Rey. - Dijeron los hombres mientras aporreaban la puerta con gran estruendo logrando sobresaltar a la pequeña Rhiannon.

- Mamá ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa? - Dijo la niña asustada.
- No tengas miedo, no pasará nada pero escóndete, rápido. - Le urgió Arianne a su hija.

No dio tiempo para mucho más, pues los hombres derribaron la puerta, y entraron apresando rápidamente a la joven.

- Y la niña, ¿Dónde está la niña? - Le preguntó uno de los soldados a Arianne.

- No está aquí, fue con sus abuelos, lejos de Ehazur. - Trató de engañar a los hombres.

- ¡Mientes! ¡Buscad a la niña! por la casa, por el patio, no debe andar lejos -ordenó el soldado al mando, a sus hombres.

Arianne trató de resistirse pero fue en vano, pronto estaba bien sujeta atada de pies y manos.

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- Este caballo es perfecto, gracias. - Agradeció Aidan a su padre.
- Es el más joven y veloz que tengo. - Respondió Neakail.
- Llévate estas dos capas para Arianne y la pequeña, y esta cesta de comida, quizás os hagan falta para el viaje. - Se apresuró a colocar su madre el paquete en la montura del caballo.
Mientras estaban con esos últimos preparativos se vieron de repente rodeados por un grupo nutrido de soldados del Rey.

- Quedáis detenidos por traidores. Apresadlos.- Dijo uno de los hombres fuertemente armados.

- Padre, no, no te resistas. - Dijo Aidan al ver a su padre sacar la espada de su funda, temiendose lo peor...

Hasta aquí el capítulo. Espero que os haya gustado. No olvidar dejar vuestros comentarios. Un saludo Dragoniano a todos.

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