Capitulo 5

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Narra N~

El rubio estaba esperando en la entrada de la casa pacientemente aunque a cierto momento miraba su reloj. En un momento el castaño salió corriendo desde la puerta , lo cual, provocó que chocara con el rubio.

—Discul... ah eres tú , la Tiare viene al toque — dijo sin alguna importancia mientras se encaminaba en dirección al liceo y que detrás de él salia su hermana.

El rubio al verla se acercó a ella para abrazarla pero sus ojos se desviaban hacia el castaño que se encontraba a varios pasos más adelante que ellos. Tiare no dejaba de contarle alguna que otra novedad que le había sucedido últimamente pero constantemente el rubio no le prestaba atención.

—¿Martín?— había notado la ausencia de este en la conversación y trató de ver en que ponia tanta atención.

—ah.. lo siento ¿qué me decías?—volvía la vista hacia ella algo nervioso.

Luego continuaba la conversación hasta que los tres logran llegar al liceo y cada uno se dirige a su respectiva sala. Las clases estuvieron normales , aunque para Manuel resultaron muy aburridas.

—Wn... ¿Cuanto falta? Toy ma' aburrio...—el castaño estaba con su cabeza escondida entre sus brazos pero dirigiéndose al Peruano.

—ya ya...falta media hora.

—aaahh... por la cresta— alzó la voz hasta que el profesor lo escuchó y otra anotación al libro.

—Manuel, comportate. Procura tener por lo menos que el ultimo año sea bueno y sin anotaciones— La Tiare se encontraba en una esquina y le dirigió la palabra al ver la acción del castaño.

—No...chupalo

La media hora resultó tortuosa para Manuel ya que química no es su material favorita pero cuando sonó el timbre fue su salvación. Salió corriendo de la sala pero al llegar a la puerta chocó con el famoso Martín.

—wn...ten ma' cuidao—se levantó bruscamente mientras aprovechaba de limpiar sus pantalones.

—¡Pero si vos te apareciste de la nada y corriendo! debes tener más cuidado—alegaba el argentino mientras hacia lo mismo que el chileno.

—Ya xao pescao. La Tiare está por allá y recuerda que cuidadito wazowski—El chileno tan solo miró de re ojo al argentino y se fue en dirección a la cafetería para comprar su pan con queso.

El argentino no se sentía muy entusiasmado por el hecho de ver a la isleña,  quería estar un momento a solas pero no pudo ser posible debido a que ella se acercó a él.

—Martín,  ¿tú solo te me estas pelando o quieres algo conmigo? —La Tiare lo miraba atentamente,  debido a que notaba que estaba algo desanimado.

El rubio la miro por un momento, creían que la atracción hacia el hermano solo sería confusion, por lo tanto,  decidió en ese momento besar los labios de la isleña. La chica no dudó en corresponderle y hacer que el beso se intensificara.

Justamente por ese momento pasaba el castaño, y logró ver aquella escena, tenía ganas de golpearlo eran muchas pero recordaba aquel trato que había hecho por lo que tan solo se dirigió a comprar.

—Viste como ese maldito se besa con tu hermana en frente de todos— decía el peruano admirando la escena con una sonrisa,  pues la amistad que tenían no era muy buena.

—callate qliao... —la rabia que tenía era notable pero no había nada por hacer.

El argentino fue quien se separó y tan solo suspiro debido a que aún sentía atracción hacia la figura de la chica. La Tiare después de aquel beso,  se apegó a él casi como si fuera una lapa.

El día pasó normal,  clase tras clase hasta que se terminó la jornada.  Los pololos están juntos cada vez que podían. Se fueron juntos hacia la casa de la Tiare y del Manuel. 

El castaño iba detrás de ellos,  pues no quería estar cerca de ninguno de los dos debido a que quería evitar la incomodidad.  Los novios no dejaban de abrazarse ni de besarse y el castaño tenía que aguantar las ganas de vomitar.

—oe, no me dejen tocando el violín—el castaño pasó por entre medio de los dos,  logrando separarlos por unos segundos. —La cuestión no es motel.

El castaño evitaba las miradas de ambos y abría la puerta de su hogar,  entrando él primero. Los pololos solo reían,  pues como siempre los primeros días de pololeo eran maravillosos.

El argentino logró entrar al hogar, aunque el chileno se rehusaba pero no tenía más opción o el rubio le haría chantaje con su secreto.

—Es muy lindo el lugar—el argentino se sentó en el sillón mientras la isleña se dirigía a la cocina para preparar algún aperitivo.

—No te digo na porque sé que no me conviene—suspiraba con cierto enojo el chileno. Aunque empezó a sentir cierta incomodides debido a que el argentino lo miraba por mucho tiempo. —y vo'?  Que mirai?

—Solo que tenés una facciones muy femeninas. Vos estás seguro que sos hombre? —el argentino se acercaba al chileno para observar su rostro más detalladamente.

—vo' sabi bien que soy macho,  y tengo la tremenda tula —río el chileno orgulloso de lo que había dicho aunque su risa se detuvo al ver que el argentino estaba a pocos centímetros de él.

El argentino se sentía extraño, de alguna forma quería acercarse más al chileno y acariciarlo. Los ojos del chileno lo atraían de alguna forma,  estos no eran algo muy extravagante como las ojos verdes que tenía (el argentino).  El chileno retrocedía mientras el argentino se acercaba a él,  habían llegado al punto en que el castaño estaba arrinconado.

Liceo Qliao [Argchi]Where stories live. Discover now