-tenemos que hablar-
-¿de que?- la rubia estaba asustada.
-de muchas cosas- la ojiverede se alejó de ella, para ponerse la pijama.
-ok, soy todo oídos.....- su teléfono sonó
-espera- contestó la llamada.
-¿hola?-
-hola Tay- era Miranda
-¡Miri! ¿Que sucede?-
-nada, solo llamaba para avisarte que olvidaste tus cosas aquí, entre ellas un collar de corazón-
-¡oh que estupida soy! ¿Puedo pasar mañana con Laura por ellos?-
-lo siento mucho, pero ahora mismo estoy apunto de abordar mi avión-
-¿a donde vas?-
-a Nueva York-
-¡genial! Haya te veo y paso por mis cosas-
-si quieres puedo enviarlos a tu casa, así ya no te tomas la molestia de venir-
-¡no! Lo puedo usar de excusa para verte-
-Taylor, ya te dije que eres mujer atada, y no está bien lo qué pasó y de verdad no quiero tener problemas con tu novia ni con tus amigas. Así que creo que sería mejor que las enviara, le dire a mi asistente que te deje las cosas en la puerta de tu casa-
-¡ay! ¿Porque tanta frialdad conmigo? Somos amigas y las amigas se pueden ver de vez en cuando ¿o no?-
-si, pero no creo que sea el mejor momento para vernos, te daré el número de asistente y le dices donde vives, ella ira personalmente a entregártelos en la mano-
-¡no! Ya te dije que no, un último encuentro y ya ¿te parece?-
-¡y yo ya te dije que no! Evitemos problemas Taylor- término la llamada, desconcertando a Taylor
Con la vista un poco perdida, se dio la media vuelta, para enfrentarse a Laura, la cual estaba de brazos cruzados.
-¿es tu salvadora, ámate o amiga? Ya desdiente-
-es solo mi amiga- contestó de mal modo, odiaba ver a Laura con celos
-pues no lo creo-
-¿porque nunca crees lo que te digo?-
-¡TAYLOR! ¡GRITASTE SU NOMBRE MIENTRAS TENÍAMOS SEXO!- empezó a gritar
-¡FUE SOLO UN ERROR! ¡YA TE DIJE!-
-para mi no lo fue- Laura bajo su tono -para mi significa que te acostaste con ella, mientras yo estaba como puta loca buscándote por todo el mundo- una lagrima escurrió por su mejilla.
-no Laura- se acercó a ella para abrazarla -te juro que nada pasó con ella, nada-
Todo iba bien, eso creía Taylor, hasta que a los pocos segundos, Laura la soltó.
Se alejó de ella, y se sentó en la cama, la miro con tristeza y Taylor la siguió, para quedar a su lado y recargar su cabeza en su hombro.
