[DIEZ.]

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Josh.

— Buenos días. — digo cuando bajo las escaleras a primera hora de un sábado.

Nadie me contesta, mamá está mirando su móvil, y papá leyendo el periódico. Solo Chloe parece haberme oído, que me sonríe mientras me pasa mi taza de café.

— Gracias. —le digo.

Me siento en mi sitio normal de siempre, y no pasan dos segundos hasta que mamá se da cuenta de algo.

—Josh. —me dice mirándome fijamente—. ¿Por qué llevas puestas las gafas?

Papá deja de mirar su periódico para mirarme a mí.

— Se me han acabado las lentillas. — le digo.—. De hecho, creo que quiero empezar a usar gafas. Las lentillas me secan demasiado los ojos y me hacen daño.

— No puedes ir así a la gala de esta noche.

Y dale con las malditas galas.

— Pues no voy.

— Sí vas. —dice mamá antes de que papá y yo empecemos a discutir. Chloe nos mira atónita—. Pediré las lentillas hoy, y seguramente te lleguen el lunes. Hoy irás sin lentillas a la escuela Josh. — en cuanto ve que hablo la boca, habla—. Y nada de peros, tienes muy poca graduación, así que no te vas a morir por ello. Solo intenta pasar desapercibido. No como la última vez.

Papá me dedica una mirada amenazadora mientras yo bebo un sorbo más de mi café.

Y así desayunamos, en un silencio completo. Mamá es la primera en retirarse por una llamada, luego papá porque ya ha terminado, así que finalmente me quedo con Chloe en la cocina. Ella está limpiando los platos sucios.

—¿Tu qué opinas? — le pregunto mirando mi taza de café ya vacía.

— ¿Yo? — se sorprende— Solo llevo aquí dos días, así que no creo que tenga oportunidad de opinar. — dice, sin mirarme—. Pero, aun así, creo que cada persona debería ser lo que quiera ser, y de la manera que quiera ser.

Tiene razón. Por supuesto que la tiene. Solo que yo soy un maldito cobarde. Me levanto de golpe, y dejo mi vaso en la encimera.

— No laves la taza, por favor. Yo la lavaré luego. Voy a hacer un par de cosas.

Ella sonríe, con el ceño fruncido.

(...)

La canción suena por todo el sótano. Esta canción siempre me pone de buen humor. Desde que la escuché por primera vez, se quedó grabada en mi cabeza. Dejo la pesa en el suelo y respiro aceleradamente.

Odio esto. Odio a mamá. Odio la falsedad que hay en esta familia y odio tener que esconderme siempre. Odio hacer cosas que no quiero hacer.

Y... Creo que voy a acabar con esto. Estoy harto de todo. De los malditos ataques de ansiedad, de la presión, de las expectativas, de todo.

Bajo a la cocina, sin las gafas, obviamente porque mamá me mataría. Sí, soy capaz de ver. De hecho, solo veo un poco borroso cuando estoy lejos, pero realmente podría ir sin las gafas.

— Gracias a Dios que has decidido quitarte las gafas. Acabo de hablar con Lis y me ha dicho que tendrás tus lentillas esta tarde justo para la gala.

Ruedo los ojos. No digo nada. Solo me bebo el café en silencio. Siempre me he preguntado porque a mamá le importan tanto las apariencias. Porque siempre juzga. A papá no parece importarle para nada.

JOSH & LEAH [SIN EDITAR]Where stories live. Discover now