Capítulo nueve

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Al llegar a la mansión de Polo, me recibió con un gran sonrisa, haciendo que mis nervios aumentaran notablemente y me continuara cuestionando ¿Qué coño hago acá?

— ¿Cómo terminó de ir tu noche? — Me preguntó una vez adentro de su casa, el se veía igual o más nervioso que yo, supongo que le parecía excitante el acostarse con la hermana mayor de su novia.

— Una total mierda, he terminado con Ander.Llegamos a su habitación, la cual seguía igual desde la última vez que vine y os cuento que eso fue hace dos años. Ya entiendo a que se refería Carla con lo de darle emoción a su vida, nada en el ha cambiado desde que le conozco, siempre le ha seguido el culo a Guzmán, siempre hace las mismas actividades, siempre se viste igual, jamás a ido al lado feo de la cuidad, lleva durante cinco años o hasta más siendo novio de Carla.

Hasta yo me aburriría.

— Pero, pensé que hasta se iban a casar, que llevaban dos años juntos, ¡Joder!Estaba sorprendido, cualquiera lo estaría, porque una vez que cruzábamos las puertas de Las Encinas, éramos la pareja perfecta, que duraría toda la vida. Como siempre, fingíamos estar bien.

— Venga Polo, no sigamos hablando de eso, que mira las vueltas que da la vida, ahora estoy aquí, en tu habitación, con unas ganas increíbles por quitarte ese traje.— Sus labios se curvaron en una sonrisa y me acerqué a él rápidamente, atrapando sus labios en un caluroso beso. Claro que esto estaba mal, pero en este momento, sólo éramos dos personas con el corazón roto, y por más que el no lo demostrara, sabía que le dolía que Carla saliera con Christian.

Con delicadeza quité su saco y continué besándole, podía sentir como mi tacto causaba mil emociones en su cuerpo y de manera sorprendente, sus besos también causaban algo extraño en mi.

Su mano se deslizaba por mi hombro descubierto y continuó hasta llegar a la curva de mi pecho, escuché su respiración agitada y con su mano, lo tomó, apretándolo suavemente y causando que un gemido saliera de mis labios, nos separamos por la falta de aire y nos miramos durante unos minutos, sus ojos eran más azules de lo que pensaba, fácilmente podía quedarte mirándoles durante horas y no cansarte.

Nunca había sentido algo así antes, un hormigueo que viajaba por todo mi cuerpo y sentía la necesidad de tenerle solo para mi. Pasó su mano alrededor de mi cintura y volvió a unir sus labios con los míos, esta vez con más deseo, ya no era un beso suave.

Polo mordisqueó mi labio inferior, haciendo que gimiera. Mi cuerpo se congeló al sentir su mano viajar desde mi pecho hasta mis muslos, mi respiración se hizo cada vez más fuerte, con cada toque y cada jugueteo que hacía.

Entrelazó mis dedos con los suyos, guiándome hasta su cama, sin quitar su vista de mi. Ya no tenía miedo y mucho menos nervios. Él se sentó en el borde de la cama, aún mirándome y me jaló hacia el, me sentó sobre su regazo y por iniciativa propia, comencé a desabotonar su camisa, una vez que se la quité, disfruté de la vista que me brindaba. Su abdomen estaba formado, podía llegar a decir que hasta parecía un Dios griego. Coloqué mi mano sobre su pecho y vi sus labios entreabrirse cuando pase mi mano sobre su estómago, hasta llegar a las entradas de su cadera, me detuve al llegar al inicio de su pantalón, donde sobresalía la banda de sus bóxers haciéndola visible a mi vista.

— ¿Estás segura? — Era mi oportunidad para decirle que no e irme a casa, y así continuar con mi vida normal. Pero algo dentro de mi me decía a gritos que lo hiciera, que finalizara esto que había iniciado. Desabroche lentamente su cinturón aún mirándole, abrí su botón y le bajé la cremallera.

Mierda.

Él pasó su mano por mi espalda baja y la otra, la colocó encima de mi trasero, haciendo círculos sobre este. Se sentía como el cielo.

Subió su mano hasta llegar a la cremallera de mi vestido y con lentitud comenzó a bajarle, hasta que quedé solamente en mi brazier de encaje color nude. Él mordió su labio sin parar de mirarme, no me sentí incómoda, en realidad, sentí que era lo suficientemente buena para alguien y que no volverían a cambiarme.

— Eres hermosa.— Pasó su mano sobre mi mejilla con delicadeza y quitó un mechón de cabello que tenía sobre mi rostro, para dejarlo detrás de mi oreja. Y lentamente se acercó a mi, primero besó mi mejilla, comenzando un camino hasta llegar a mis labios, la lentitud de sus movimientos hacían que mi deseo fuera en aumento. Rozó sus labios sobre los míos y sus frías manos rozaron con mi piel desnuda, causando que me erizara, sus manos viajaron con delicadeza por mi espalda, hasta llegar a mi brazier, sentí como lo desabrochó y después lo jaló quitándomelo.

Dejándome completamente desnuda desde el torso hasta mis pechos.

En un rápido movimiento, nos acostamos en su cama, él estaba encima de mi y seguimos besándonos. Se detuvo y comenzó a dejar besos desde mis labios hasta llegar a mi abdomen, dio un pequeño mordisco, haciéndome gemir.

Ander.

Borré su imagen de mi cabeza y continué disfrutando de Polo.

•••

¿Que piensan de Polo y Gail?#ClubDeCorazonesRotos

¿Creen que estuvo bien que Gail haya aceptado acostarse con Polo?

Team Polo:

Team Guzmán:

Team Ander:

Pretty Face, Perfect Crime: Élite (COMPLETA)Where stories live. Discover now