Need You Now. [McLennon]

IV

Sentía que en cualquier momento el aire de sus pulmones se acabaría por haber corrido tanto y no haberse detenido ni siquiera para ver hacia atrás.

"Paul... Por favor detente " Escuchó de pronto esa voz que había extrañado día y noche durante esos largos meses.

Se detuvo en seco, quedando a espaldas del joven de cabello castaño. Pasó rápidamente la manga de su saco para secar las lágrimas que habían alcanzado a salir de sus ojos.

"Hey..." Intentó esforzar una sonrisa al momento que se volteó para verlo, pero nisiquiera eso podía hacer. John se acercó a él, quedando a escasos centímetros de distancia. Paul bajó la mirada al tenerlo tan cerca, sentía que no podía verlo a la cara."Creí que ella...sólo era cosa de una noche." Soltó un pequeño suspiro y levantó su mirada, estaba llorando, llorando como cuándo se fue. "Pero ahora puedo ver cuán equivocado estaba."

Lennon se quedó en silencio, analizando el demacrado rostro del hombre que alguna vez fue su pareja. No era como recordaba, sus ojos ya no tenían brillo, estaba más pálido y sus gruesos y rojos labios estaban sin color. Se sintió culpable por primera vez luego de que lo abandonó con el corazón destrozado.

"Hace un tiempo que no te veía." Comentó John luego de un par de segundos de silencio.

"Sí, bueno... Estos meses han sido muy agotadores, he tenido que viajar mucho por la universidad en dónde trabajo ahora." Estaba mintiendo, y John lo sabía muy bien.

Lo habían despedido de su trabajo en una escuela por llegar borracho a dar una clase una mañana. Solamente mentía para no parecer patético frente a esa persona que la había hecho tanto daño.

Un silencio incómodo abordó el lugar en dónde estaban. Ambos se preguntaban porque era tan difícil hablar ahora, luego de haber compartido una cama todas las noches por más de tres años, y luego de que uno de ellos hizo trizas el corazón del otro.

John sin decir ninguna palabra, tomó el rostro de Paul en sus manos y lo besó, lo besó trasmitiendole cuánto lo había extrañado durante esos seis largos meses, porque aunque  la mayoría no lo crea él también lo había hecho. McCartney sin poder evitarlo respondió el beso, algo desesperado y a la vez algo asustado, pensando que todo era un sueño y de pronto John se desvanecería.

"Al parecer estás acostumbrado a engañar a la persona que amas..." Susurró Paul, cuando se separó de esos labios que tanto había extrañado. En ese momento no se sentía vivo, no como cuando estaban juntos, sólo se sentía con demasiadas ganas de desaparecer del mundo.

"Nos casaremos en dos semanas más." Habló el castaño, eso fue como un balde de agua fría cayendo por la espalda del pequeño. Fue tan seco al decirlo, que su roto corazón se destrozó otro poco.

"Siempre serás el amor de mi vida y siempre te amaré, al menos que uno de los dos cumpla esa promesa, ¿no?" Hablaba con total nostalgia, su voz se quebraba y su labio inferior temblaba.

"Sabes que te amé de verdad, Paul."

"Nadie que ama de verdad se acuesta con alguien días antes de su boda, ni tampoco cuándo la relación se acaba se compromete con alguien más después de tan poco tiempo." Se paró derecho tomando una gran bocanada de aire, llevó su mano izquierda a su mano derecha para poder sacar el anillo de plata que en ella se encontraba. "Ten..." Tomó la mano del mayor, la abrió y dejó el anillo en medio de su palma. "Nunca tuve la oportunidad de devolverlo hasta hoy."

"Es tuyo, no deberías devolvermelo." El pelinegro se acercó a él y dejó un beso sobre su frente.

"Ya tengo que irme... No deberías dejar a tu futura esposa esperando." Le sonrió de manera suave, comenzando a caminar lejos de él, con su corazón partido en pedazos, una vez más.

John corrió detrás de él esta vez, no lo dejaría escapar denuevo.