Capítulo 10

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Al fin era jueves, y eso quería decir que faltaba un día para el viernes y el tan anhelado fin de semana. Natalia se encontraba un poco más feliz, de alguna forma. Últimamente sentía que tenía una ventaja sobre la rubia, y era molestarla.

Seguía sin comprender porqué la rubia terminaba rabiando, pero cada vez que Natalia le hablaba lindo a una chica o era muy coqueta con un chico, Alba la miraba cómo si fuera a tirarle de los pelos.

Hoy en la mañana, en el laboratorio de Biología, había sido alucinante pero no del todo, ya que terminó con un encéfalo de vaca en su cabello. (Lo típico)

Ella tenía cómo compañera de mesa a Diana, una chica linda de su clase. No habían hablado mucho pero hoy decidió ser muy encantadora con ella y, extrañamente, la chica le habló muy animadamente. Recuerda aún cuando dijo un comentario sobre sus ojos y la chica se sonrojó. Natalia se felicitaba interiormente, no sabía que tenía un talento para coquetear y menos con las chicas.

Miró divertida cómo toda la clase Alba cortaba en encéfalo prácticamente clavando el cuchillo en la tabla mientras observaba a Diana, luego la fulminó con la mirada a ella y Natalia prefirió mantenerse relajada. Había sido el colmo cuando Diana, con más confianza, había dejado un beso en la comisura de los labios de Natalia, al despedirse. Antes de que pudieran hacer algo, Natalia sintió un objeto pegajoso en su cabello. Era un tentáculo del animal que acababan de disecar y Diana también tenía varios pedazos.

Alba estaba riendo con sus amigas e hizo una cara de <<Yo, yo no he sido>> tan falsa, que por esa razón Natalia no le dijo sus cinco palabras. Pero igual seguía feliz, porqué al salir y limpiarse, cuando volvió se encontró con que Diana estaba hablando con una amiga suya a lo lejos y Alba debía de ser quien ayudara a la pelinegra.

Le pareció perfecto, estuvo una hora entera escuchando los insultos de la rubia cuando ella se equivocaba y también cómo rodaba los ojos, sus hermosos ojos. El problema era, que después de salir de aquella burbuja, cayó en cuenta de todo ¿ Qué coño estaba haciendo?

No intentaba llamar la atención de ella, sólo que le gustaba fastidiar a Alba porqué era muy perra con sus amigas. Si, si, esa debía de ser la razón. O eso mismo se dijo mientras iba a clase, para su sorpresa no encontró a nadie de sus amigas ¿Donde podrían estar?

Intentó ir por los pasillo, buscándolas, y decidió ir al campo de fútbol. Las tres estaban allí, observando a los chicos entrenar y todos, incluso Joan, lucían muy bien con el uniforme azul y el casco. Marilia comía una patatas fritas de su bolsa mientras sus piernas estaban estiradas hacía delante, María y Nora hablaban distraídamente de temas triviales.

-No sabía que iban a estar aquí- dijo sentándose junto a Nora y observándolas.

-Claro, se supone que hoy dan los resultados. Todas debemos estar aquí y ustedes, que son mis fieles amigas, también- dijo Nora, encogiéndose de hombros. Después se acerco un poco más, susurrando-. Además, creo que tengo un flechazo por el defensa.

Se refería al chico de cabello castaño y ojos café, ese era Roberto. Natalia aún lo recordaba, ya que él fue quien una vez el año pasado le tomó una foto cuando estaba bañada en pintura, obviamente por una broma de Alba.

-¿Roberto? Es un idiota- afirmó y la chica hizo una mueca.

-Tú también te fijas en la rubita idiota y yo no te digo nada. Para gusto colores, querida- dijo cruzándose de brazos y mirando divertida a su amiga, que tenía un rubor delatándola en las mejillas.

-Yo no me he fijado en nadie- rebatió Natalia, muy a la defensiva, y María se rió en su cara.

-Oh, para nada: Chica-babeo-por-la-rubia-en-uniforme, lo dejaste bien claro- robó una patata de la bolsa de Marilia y esta de quejó.

Rivalidad - AlbaliaWhere stories live. Discover now