capítulo 7 "Disculpa"

833 67 14
                                    

Cuando desperté está mañana por los rayos solares que se filtraron en mi habitación, se vino algo a mi mente.
Más bien alguien.

Ian Laughter. Pero no de la forma en la que están pensando, me pregunté si de verdad podría ayudarlo a caminar. Si él de verdad algún día volvería a poder hacer tal cosa. Una vez cada dos meses me dijo la señora Michelle que él va a hacerse controles. Es decir, chequeos.

Tal vez dormir tan mal y pocas horas de sueño no solo afectaban mi rostro con unas marcadas ojeras, sino, que me hacia preguntas un tanto bobas.

Ésta mañana luego de la habitual rutina matutina y de almorzar con Diana, pasadas las 5 de la tarde, Ian y yo estábamos haciendo nada en la sala de estar.

— ¿Alguna vez sales de la mansión?— pregunté curiosa.

—No me interesa tal cosa, Teresa.— respondió seco.

— ¿Por qué no? Es decir, ir a comer una pizza, visitar el parque, viajar... Incluso, salir con amigos, vivir un poco..— Le insistí.

Ahora que lo pensaba no lo había visto con alguien que no fuese Diana, Michelle o yo. ¿Tendría amigos?

—Mis amigos vienen a verme cuando se logran hacer un tiempo, ¿Para qué hacerme viajar a mi?.

—De todas formas te pierdes de un montón de cosas.

—¿Ah sí? Lo dice la que sale seguido por ahí. — Atacó.

—No tengo tiempo para tal cosa, pero podríamos hacerlo juntos. Si te apetece salir un día yo... — estaba hablando sin pensar.

Él me interrumpió.

—Vayamos por una pizza hoy en la noche.

Yo me quedé mirándolo a los ojos, buscando algún detalle que me dijera que estaba jugando conmigo y mi falta de tiempo libre.

Sin embargo, pasados unos segundos respondí: —Hace mucho no como pizza.— dije como niña pequeña.

Jamás hubiese esperado de él tal respuesta, y menos la risa baja que se le escapó cuando respondí con ese tono de niña feliz.

—¿Conoces algún lugar?— Le pregunté

—Mi amigo Matthew siempre pide pizzas de "Don peperoni" y saben bien. Le pediré le dirección.

—Perfecto, verás que te hará bien salir un poco.

Me fui a mi habitación, y no sé por qué tenía miedo de que él se arrepintiera, de cierto modo Ian también habló sin pensar con una respuesta rápida a la locura que le estaba proponiendo.

A veces son las más sinceras, pero, podía arrepentirse igual.

Me encantaba que fuese una salida con las mejores intenciones. Es decir, no había ningún fin más que el de salir un rato y disfrutar de rica comida.

Ya eran las 19:00 horas cuando partimos.
Diana se llevó una gran sorpresa cuando Ian le comentó en tono molesto que iríamos por pizza. Qué no hiciera cena para ellos.

Pensé que había cambiado de opinión y que me acompañó por mera lástima o  igual porque se notaba de lejos que quería una porción de una buena pizza de Los Ángeles, o de donde fuese.

—Toma. — Dijo mientras me enseñaba unas llaves de una camioneta.

—¿Te las guardo? — pregunté extrañada.

—¿Te pensabas que íbamos a ir a pie? Sé por mi madre que sabes manejar.

¿Habla de mí con su madre?

IlegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora