Capítulo 20 "Sean McAlister".

628 55 0
                                    

El tiempo comienza a correr y empiezo a perder las esperanzas de poder sobrevivir.

Llegué a un punto en el que mi hambre y sed son tan grandes que mi cabeza me juega en contra imaginando deliciosas comidas que, podría estar digiriendo y disfrutando junto a Ian.

En el lugar hay tanto olor a humedad que si bien es soportable, provoca que me ponga nerviosa por el mero hecho de que puedo estar comprometido mi salud. Quién sabe qué clase de animales y roedores pueden estar al acecho o con enfermedades peligrosas.

David viene solo una vez al día para dejar comida y luego me vuelve a encerrar, no pasa más de unas dos horas aquí. Ha intentado pasarse del límite intentando tocarme y manosearme, pero creo que he corrido con suerte.

Es denigrante la situación, me siento una bolsa de papa con la que todo el mundo hace lo que quiere. Tal vez y solo tal vez no hubiese pasado tan mal después de todo, hubiese preferido morir de hambre, aunque no me hubiese gustado morir de tristez por ver a mi madre morir sin su tratamiento.

En este momento David se encontraba revisando unas tuberías.

—Me temo a que este lugar caerá en pedazos en muy poco tiempo, debo llevarte a un lugar mejor. —Habló mientras se acercaba a mi.

¡Qué gracioso! Se preocupa por mi bienestar.

—Déjame ir, eso será lo mejor. —Lamenté que mi tono fuese tan suplicante.

—Ay, mi pequeña —Su fría mano tocó mi cara con solo dos dedos.

Corrí la cara —No soy tú pequeña, entiéndelo, déjame ir.

Tendría que haberme callado porque solo provoqué su enojo.
Me levantó del suelo y me agarró fuerte de la espalda mientras apretaba mi cara con su mano derecha.

Dolía, pero todo dolor se fue con solo sentir su asquerosa mano izquierda apretando mi muslo. Forcejee con él.
—Eres mía, Teresa. ¿Quién te tiene aquí encerrada? Tú solo haces lo que yo digo. No lo olvides. —Quiso besarme, pero seguí forcejeando.

Enojado me lanzó al suelo con una fuerza brutal. Cuando caí, sentí un dolor tan grande en todo mi cuerpo que supe que en estas condiciones; no duraría mucho mi frágil cuerpo. Esperaba que alguien pudiese ayudarme.

En las noches duermo en algo a lo que David llama cama, yo le llamo tortura para dormir y hacer que todos mis huesos y articulaciones duelan al máximo. Sí bien puedo dormir en suelo, «que es igual de cómodo», los asquerosos ratones me comerían viva. 

En la cama podrían hacerlo, pero les costará más subir allí. Sé que parezco una niña mimada quejándome de todo, pero no merezco estar en éste lugar, no merezco nada de lo que está pasando, NADIE merece esta clase de cosas.

Me mantengo fuerte por mi familia seguramente ya preocupada por mi, por Ian, por la señora Michelle y Diana. Me mantengo fuerte por las ganas que tengo de que esta pesadilla termine. Espero que David se equivocara en algo de todo su bien pensando plan, que haya fallado en algo, en algún detalle con el que puedan buscarme y encontrarme, cuento los días para irme.

🥀🥀🥀🥀

Cuando desperté ésta mañana para dirigirme a la clínica con mi madre, recordé a un viejo amigo; Sean.

Sean tiene una compañía dedicada especialmente a casos como éste y aún no entiendo como no recordé su reconocido excelente trabajo. Tiene equipos preparados, tecnología, armamento en casos mayores.

Estuvimos juntos en algunos talleres de la universidad y recuerdo tener bastante contacto con él en las salidas para tomar algo entre amigos. Sé que si lo llamo el aceptará ayudarme, es un hombre con mucha astucia y una determinación característica.

—¿Qué pasa, querido? —habló preocupada mamá al verme tan pensativo.

La mirada de Mathew cayó en mi.

—Compañía CES, mamá. ¿Recuerdas a Sean?.

—Claro que sí, ¿Cómo no se me ocurrió antes?.

—Antes de ir a la clínica voy a llamarlo. Sabemos lo bueno que puede ser en casos como estos, y no quiero tomar el de Teresa por algo que no es, pero tengo miedo de lo que ése demente pueda hacerle.

—Tienes todo mi apoyo, hijo. Te espero en la sala.

—Busco el número en la laptop y te lo paso.

—Gracias, Mathew. —hablé.

—Para están los amigos.

—No, de verdad gracias. Siempre has estado conmigo en momentos difíciles, has hecho lo imposible por mi, de verdad gracias.

—Repito: para eso están los amigos. —Me sonrió y fue en busca de el tan deseado número de contacto.

—Compañía CES, ¿En qué puedo ayudarle? —Escuché una voz femenina al otro lado del teléfono.

—Necesito hablar con Sean   McAlister, de parte de un viejo amigo: Ian Laughter.

—Deme un segundo por favor.

Esperé un tiempo mientras ella se comunicaba con él. Conociéndolo iba a ayudarme, pero temía que por ser un caso especial y con tantos engaños legales dijese que no, así que iba a ser sincero y directo.

—¿Me dices que cambiaron, más bien modificaron información importante en solo minutos varias veces, que está aquí ilegalmente e inventaron un casamiento que luego tuvieron que modificar, que la rapto el idiota de David porque seguramente se volvió loco y quieres que yo meta las manos para ayudar a encontrarla?

—Es muy... —Me interrumpe.

—Vaya que te vuelve loco. —Escuché su inconfundible risa del otro lado de la línea.

Quedé confundido y en silencio por un instante hasta que volvió a hablar ya sin reírse.

—Lo siento, sé que es algo importante para tí, pero debes estar desesperado para estar llamándome después de no hablarlos por años. Decidiste esconderte entre cuatro paredes por una mujer, y ahora me llamas pidiendo que encuentre a otra. Debe valer la pena buscarla.

Sonreí inconscientemente —Lo vale. ¿Quiere decir que cuento contigo?

—Quiere decir que ya estoy planeando el mejor equipo para buscarla, Ian.

Que una respuesta como aquella en este instante me devuelva un poco de mi tranquilidad puede sonar estúpido, pero eso género en mi.

Suspiré aliviado —No sabés lo agredido que estoy, Sean. — respondí sincero. —Estoy dispuesto a invertir todo si es necesario.

—Voy a necesitar que seas realista, porque nada va a ser fácil y yo no hago milagros. Voy a estar en contacto contigo para ir desde el inicio de todo. Necesito cada pedacito de información, hasta la más insignificante es indispensable en cualquier caso.

—Estaré esperando tu llamado.

Era la primera vez en días, horas, minutos y segundos que todo lograba tener un poco más de color.

Vamos a encontrarte, Teresa.


🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀


¡HOLA!

Les dejo otro capítulo, bellezas.

Les deja saludos

Emi Ciezz 💋



IlegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora