De mí enamórate [1]

Capítulo 21

—¡Elisse!

Becca me mueve con ambas manos, diciendo mi nombre una y otra vez.

—La película ya terminó.

Entonces me doy cuenta, todo fue un sueño. La estúpida pregunta sobre el aroma de cada quien, el beso... ¡Todo! Lo único que había sido real era que me encontraba aferrada al brazo de Nicholas. Me incorporé al asiento del cine y tallé mis ojos olvidándome que tenía maquillaje encima, me puse de pie y caminé detrás de ellos.

—¿Tan aburrida estuvo la película que tuviste que dormirte? —Pregunta Mike.

—Estaba cansada.

—Elisse, ¿me acompañas al sanitario?

—Claro, Becca.

Acordamos un punto para encontrarnos con los chicos y nosotras caminamos hacia el sanitario. Lo primero que hice fue verme al espejo, tenía el maquillaje corrido y decido echarme un poco de agua para despertarme mejor y limpiar el delineador que salió de su lugar. Al cerrar el grifo, recordé el sueño y el beso que le di a Nicholas en el, no pude evitar ruborizarme en el momento en el que lo reviví en mi memoria.

Solo dejé de pensar en ese sueño cuando Becca acercó a mi lado para poder mirarse al espejo y así tomarse su rubia cabellera en una coleta.

—¿Estuvo entretenida la película?

—Algo. —Me dice mientras se lava las manos—. Estuvo bien, claro que si de ese tipo de películas hablamos, prefiero Batman, quizás yo soy más una chica DC y las de Marvel no me agradan tanto... Pero al parecer a Mike si le gustó.

Salimos de ahí, nos encontramos con los chicos y comenzamos a caminar hacia otra parte, Mike y Becca delante de nosotros tomados de la mano como casi siempre, Nick caminando con una mano en el bolsillo y con la mirada centrada en varias tiendas.

—¿Te gustó la película? —Pregunto tratando de sacar tema de conversación.

—No estuvo tan mal.

—Becca dice que prefiere a Batman.

—Pienso exactamente lo mismo.

Guardamos un minuto de silencio, la conversación murió y ahora no sabía que decir. Sólo podía pensar en aquel sueño y de repente, parecía que Nick era un extraño para mí con el que no podía decir ni una sola palabra.

—¿Y tú? ¿Qué estabas soñando? Me apretabas muy feo. —Me dice sacando la mano de su bolsillo y se toma el brazo por pura exageración—. Luego comenzaste a besar mi brazo, ¿con quién soñabas?

—No lo sé. Ni siquiera recuerdo que estaba soñando.

—Fue un buen sueño por lo que noté.

Se ríe. Trato de no reírme también, no soy muy buena mintiendo.

—¿En verdad besé tu brazo?

—Si, en serio lo hiciste.

—Tal vez estaba pensando en un chico que me gusta.

—¿Y quién es el afortunado?

En realidad si existía alguien del restaurante en el que trabajaba que desde siempre se me hizo muy lindo pero no tanto como para decir que me gustaba, era un chico agradable pero no lograba verlo como algo más.

—Es de mi trabajo, no lo conoces.

—Bien, ¿piensas salir con él?

—No lo sé.

Ha entendido que no quiero hablar del tema, así que decide cambiarlo para preguntarme por por el blog de Pierre-Cortot y lo que había cocinado hoy por la tarde. Nos acercamos más a Mike y a Becca cuando él nos llama, especialmente a mí.