Prólogo

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Ser suicida, no es tan fácil de ser. Antes de llegar a cometer tu propia muerte ocurren tantas cosas, no es una decisión que llegue a consumirse en un segundo. No. Es más, no sabes lo que podés encontrarte en este camino. Hay cosas que descubrís que jamás pensaste que podías encontrar. Habías perdido la esperanza, habías preparado el arma, y de repente a la vida se le ocurre darte algo que estuviste buscando desde hace tanto tiempo, una razón para vivir, algo que te de vida, que te llene de sensaciones, que te lleva hasta el cielo, y que al irse, te deja sin aliento.

Esta es una historia no muy común, o quizás si, no lo sé. ¿Es común ser suicida? ¿Y que pasaría si dos suicidas se encuentran? ¿Y si se aman? ¿Y si quieren vivir? Ya no serian los mismos. Pero ellos saben que tarde o temprano les llegara la muerte, la hora de decir adiós, y dormir por toda la eternidad. La eternidad, ambos saben que nada es eterno, ninguno tiene esperanza pero hay algo que los empuja a dudar acerca de esta, quizás si haya esperanza. Quizás si haya un buen futuro para ambos, pero ¿Solo bueno? ¿No saben ellos bastante de la vida ya como para pensar que algo asi tambien tiene un lado malo? Todo tiene un lado oscuro. Hasta el alma más inocente esta manchada de negro. Si las sombras no existieran, significa que la luz no existe. Se encuentran entonces dos almas con demasiadas manchas, que con el tiempo descubrieron que tenían más luz de lo que podían imaginar. Mis respetos a los muertos, mis condolencias a los vivos. Y mi companía a los muertos en vida. De hecho, asi puede empezar mi historia...

La triste vida de LuceroWhere stories live. Discover now