Cap -8-

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Por eso les sonaba de algún lado.

Quien hubiera pensado, que se habían enfrentado a uno de los Villanos más peligrosos, siendo tan sólo unos adolescentes.

Bakugo había terminado de contarles todo lo sucedido, narrando incluso la ocasión en la que el peliverde había atacado la Academia, junto con la Liga de Villanos.

Tal parecía que en un tiempo habían trabajado juntos.

¿Qué había sucedido para que se separaran?

¿Habían echado al peliverde?

No lo sabían, pero sería un punto a su favor averiguarlo.

Pero, por ahora, querían confirmar un par de cosas, como el hecho de que mantuviera a esos niños con el.

Porque se había entregado de forma voluntaria a ellos, pero con una condicion, que era que sus hijos permanecerán con él.

Pero, aún así, ¿Alguien podía creerse que ese Villano actuaría de aquella forma?

Si no lo estuvieran viendo, no lo creerían.

Al entrar en la habitación en que mantenían la jaula, en la que estaban los niños y él, no pudieron evitar sorprenderse por encontrar tal escena.

El peliverde estaba frente al vidrio, observando de forma mortal a los héroes que estaban fuera, mientras uno metía una bolsa de papel marrón, en una trampilla en la parte de abajo, y a un costado, del cristal.

La bolsa paso a estar dentro de la prisión reforzada, y el peliverde al fin se movió, despegandose del cristal, pasando de los héroes, y llendo a buscarla a paso lento, para luego acercarse a los niños, que estaban apoyados al otro lado, paralelo, en el que estaban los héroes, esperando abrazados.

- ¿Qué se supone que le dieron? - Fue Todoroki quien pregunto alarmado, por que les hubiera pedido alguna cosa que podría utilizar para escapar, y pareciera inofensiva

- Un par de hamburguesas, señor. - Contestó un policía a un lado suyo, mientras veían todos atentamente los movimientos que realizaba el Villano.

Como su fuera un animal de zoológico.

Le vieron sentarse frente a ambos niños, sacar las dos porciones de la bolsa, y abrirlas, los niños de inmediato estiraron sus manitas para alcanzarlas, pero el pecoso pareció detenerlos en un segundo con un gesto.

- ¿Qué acaso piensa comer él? - Mencionó uno con un tono elevado y furioso, ¿Qué clase de padre es, si come él, y no se lo da a sus hijos? - ¿Encerio creyeron que era su padre? - Soltó para nada sorprendido, y soltando cólera en sus palabras.

Nadie dijo nada, pero estaban de acuerdo.

O al menos hasta que le vieron abrir ambos paquetes, olerlos desde todos los ángulos, y luego abrirlas una a la vez, como si buscará algo.

Luego procedió a dar un mordisco del tamaño de dos dedos, a cada uno, y posteriormente lo mastico con cuidado, como si esperara sentir algo más que la mezcla de condimentos usuales.

Le vieron tragar, y suspirar, luego les paso las hamburguesas a los niños, los cuales las tomaron contentos, y a prisa, para comenzar a comer.

Observaron aquello de forma algo extraña.

¿Para qué darle un mordisco a cada una?

¿Porque no comerse una y listo?

Pensando en porque haría aquéllo.

- Estaba verificando que no tuvieran nada. - Casi murmuró Katsuki, llamando la atención de los demás, terminando de entender que, el pecoso, sólo miraba por los niños. - Tiene pensado que vamos a intentar quitarle a sus mocosos. - Pero, aún no entendía, ¿Porque?

Mi Desolado Anti - HéroeWhere stories live. Discover now