"Frío"

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Narra Daniel

Lo había conseguido. Ahora las noches eran tranquilas sin ninguna pesadilla de por medio. Podía descansar mejor y el miedo a ir a dormir se había ido. Las migrañas también habían bajado de intensidad, pero aún continuaba con la dieta y el poco uso de mis poderes.

La disculpa que Sean me había dado, logró que me sintiera mucho mejor; me había quitado un peso de encima y conseguí ver con mayor claridad algunas cosas. Me hizo reaccionar en varios aspectos como, por ejemplo, no me había dado cuenta de que probablemente yo perjudicaba el sueño de Tía Lucy cuando iba a buscarla cada que tenía una pesadilla, ella nunca había mencionado nada, pero prefería dejar de molestarla. También pude notar la preocupación que les provocaba a Tom, Ana y August; ellos se habían acercado a mí cuando, al día siguiente de la disculpa de Sean, entré a la cocina para desayunar con todos. Me hicieron sentir a gusto y lograron que me relajara aún más diciendo cosas como "El desayuno no es lo mismo sin ti" o "Es bueno volver a verte por aquí".

Antes de que lograra entrar a la cocina esa mañana, en mi habitación había logrado envalentarme al convencerme a mí mismo de que todo iba a salir bien y.... todo había salido bien.

El único al que aún no me atrevía a acercarme, era a James. Aún me encontraba en conflicto por lo agradecido que estaba con su ayuda, pero el sentimiento que me provocaba verlo junto a Sean hacía que la mente se me nublara. No podía pensar con claridad y por eso me rendía en intentar acercarme a él. Era complicado y aún no lograba encontrar la manera de aproximarme. Lo intentaba, diario lo intentaba, pero no quería crear la incoherencia de decir gracias y luego tener malos pensamientos respecto a él. No lo sentía correcto. Sospechaba que, si llegaba a hacerlo, la culpa no iba a dejarme en paz.

Y apoyándome de lo que Julio Verne había escrito "Con tiempo y pensamiento se puede hacer un buen trabajo" logré ordenar y aclarar mis pensamientos. Por supuesto que había investigado el significado de las palabras tiempo, pensamiento y trabajo en el diccionario por que parecía ser algo fácil de comprender, pero todo lo que leía en los libros que Lucy me había dado, abarcaban mucho más de lo que se leía a la primera. Muchas cosas se me dificultaba comprenderlas, pero leyendo más e investigando adecuadamente es como llegaba a obtener una buena explicación para mí mismo.

Ahora era consciente de que mi mente estaba en calma y de que mis pensamientos se nublaban cuando empezaba a estresarme por lo que no me permitía a mí mismo pensar con claridad. Simplemente me hundía más y más sin ser capaz de ver más allá; me encerraba en algo que no tenía fin y no lograba salir de ahí.

Respiré profundamente y acomodé la cobija que tenía sobre mis piernas, el clima ese día era frío, por lo que había decidido no salir para nada de la fábrica y mejor sentarme en el sofá de la sala con un libro entre mis manos y un delicioso latte con chocolate blanco que Lucy me había preparado; esa bebida solamente me la había preparado 2 veces en la noche y me había encantado. Ya había extrañado leer así de cómodo.


Un suspiro y después un gruñido lograron que me distrajera de mi lectura.

Ese era el quinto suspiro que soltaba.

Lo observé de reojo y me di cuenta de que parecía estar desparramado en el sofá, su boca tenía una forma extraña y su mano sostenía casi en automático el control de la televisión mientras presionaba continuamente un botón. Se removió para intentar acomodarse mejor y aparté mi mirada. Él de verdad que era extraño; solamente estaba ahí sentado mientras cambiaba de manera veloz los canales de la televisión y repetía "Aburrido, aburrido, ya lo vi, aburrido..." No entendía porque continuaba ahí si es que estaba aburrido.

Fugitivos IDove le storie prendono vita. Scoprilo ora