Pasado.
Fuegos artificiales, lo que ambos amaban era tan cursi aquello pero tan perfecto para ellos, sentados sobre su motocicleta el acarició la mano de su amada dándole paz y amor, ella se aferro a su cuerpo buscando aquel calor que solo el podía ofrecerle.
Observaron perplejos aquel espectáculo digno de un retrato.
-te amo- susurro al oído de su querida bestia posando un beso en su mejilla.
-te amo- respondió a su pequeña con una sonrisa en busca de sus labios. Ambos sonrieron aferrando su corazón el uno al otro.
Quien diría que aquella pareja que miraba los fuegos artificiales con tanto amor acabaría en fragmentos incrustados en el alma.
