Deseo de algo desconocido para mi.

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-Espera- dije algo abrumada entre besos.

Nayeon se detuvo a mirarme un poco confundida sin decir nada, supongo que era lo último que esperaba que dijera, considerando que tenía tiempo queriendo vernos en esta situación.

- ¿Qué pasa?- Preguntó acariciando mi mejilla.

Pensé un par de segundos que era lo que iba a decir mientras mordía mi labio para que las palabras no salieran sin mi permiso.

- ¿Estás bien?- insistió Nayeon.

- No lo sé- dije al fin.

Mi coneja suspiró y me Tomó de la mano, para sentarnos ambas en la cama.

-No tenemos que hacer nada- dijo finalmente Nayeon mirándome con ternura y acariciando mi mano.

-Pero... yo te deseo y quiero hacerlo- Contesté intentando mantener la mirada en sus ojos.- es solo que tengo algo de miedo.

- ¿Miedo? ¿Y por qué tienes miedo, Minari? -me preguntó Nayeon.

- Sabes bien que nunca lo he hecho y tengo miedo de no saber qué hacer y terminar decepcionándote.

La mirada de Nayeon se tornó Aún más dulce y me abrazó en un intento de infundirme confianza.

-No creo que puedas decepcionarme- susurró en mi oído.- sólo déjate llevar, y ten la suficiente confianza para decir "No" si algo no te gusta, todo lo demás llegará poco a poco- la abrazé con fuerza, como en un intento de descubrir que todo aquello era real.

Aflojé un poco la intensidad del abrazo para poder estar frente a Nayeon y poder observar de cerca esa rostro que tanto me fascinaba, puse mi mano en ella, intentando grabar en las yemas de los dedos cada rasgo, cada imperfección que eran la perfección, sin poder apartar mis ojos de la intensa mirada de Nayeon dejándose llevar por las sensaciones que le transmitía.

Se Levantó de mi lado para quedar frente a mí y se inclinó para besarme mientras iba desabrochando uno por uno los botones de mi blusa y quitándola después.

Sentía mi corazón latir con fuerza y que terminaría por salir de mi cuerpo. Sabía que no podía más. Sabía que Nayeon no podía más.

Estaba muy nerviosa, comencé a quitar torpemente su ropa y ambas fuimos perdiendo la ropa poco a poco.

Nayeon se detuvo a observar mi cuerpo e hizo que mi cara ardiera con un rubor.

Se inclinó a mi rostro, me dio un suave beso en los labios y me ayudó a recostarme sobre la cama, seguida de ella.

Tenía claro que no había prisas, quería que esto fuera inolvidable.

Ella tomó el control, se puso encima de mí, recargada en sus rodillas y manos, pasó su nariz por mi cuello oliendo mi perfume.

Dejó una de sus manos libres y comenzó a recorrer mi cuerpo con ella, pasó por mi abdomen y se detuvo en mis caderas mientras besaba mi cuello y yo temblaba por su contacto.

Por un momento se detuvo y me miró a los ojos. Mi coneja sentía lo mismo que yo.

entrelazó nuestras piernas y fue en ese momento que caí en cuenta de lo húmedas que estábamos, supongo que íbamos por buen camino.

- ¿Estás segura de querer continuar?- Me pregunto viéndome a los ojos.

- Segura- le respondí sin ninguna duda.

La sujeté su cara y le di un beso desesperado para convencerla de mi decisión, ella correspondió con un beso lleno de pasión, del que tuvimos que separarnos solo por falta de aire, acariciaba mi cuerpo haciendo dibujos y paso sus labios por mis hombros y cuello dejando besos húmedos.

Regresó a mis labios con sus besos y mis caderas comenzaron a moverse acompañadas del ritmo de Nayeon.

Después de algunos momentos, sus labios bajaron a mis pechos, sentía su tibia lengua jugando con ellos y como los mordía de vez en cuando. Con su mano Tomó el pecho que quedaba libre y lo masajeó haciendo que un gemido saliera de mi boca entreabierta, gracias al placer.

Mi cuerpo se estaba convirtiendo en un volcán de nuevas sensaciones que jamás había experimentado.

Después de algunos momentos de besos y caricias, un pequeño grito afloró de mi garganta cuando sentí los dedos de Nayeon recorriendo mi sexo, incrementando el deseo de algo desconocido para mí.

Sus caricias provocaban infinidad de pinchazos de placer en todo mi cuerpo, Intenté dejarme llevar, pero Nayeon también tenia que sentir esto, así que con una de mis manos tome uno de sus pechos y comencé a masajearlo y con la otra me Acerqué a su sexo dispuesta a hacer lo mismo que ella hacía conmigo y me sorprendí al notar toda su humedad.

Deslicé dos de mis dedos dentro de ella mientras sentía como al igual que yo,  estaba temblando por el deseo y pasión que había entre nosotras.

Comencé a entrar y salir con mis dedos siguiendo la velocidad que Ella llevaba, sentía que estaba a punto de explotar y nuestros suspiros en un compás de placer, besos, gemidos y caricias estaban fuera de sí.

Unidas llegamos al orgasmo con sentimientos a flor de piel, además del cansancio, y la tranquilidad nos llevó a recostarnos en la cama, tapar nuestros desnudos cuerpos con una sábana y caer en un profundo sueño.




No me peguen, ahi está el intento de lemon.

Mi Doctora Favorita [Minayeon][FINALIZADA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant