72. Instrucciones para olvidar a alguien.

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Capítulo 72.

Narra Paulo.

El entrenamiento de ayer a la tarde estuvo bueno. Me cagué de risa con los muchachos y el clima que se vivió la verdad me vino como anillo al dedo. Ni por un momento pensé en él. Bah, si. En realidad si. Cuando me acosté casi lloré pensando en todo lo que dejamos atrás, y después me enojé. En mi cabeza pensé de ésta forma: cuales son las instrucciones para olvidar a alguien? Primer paso, aceptarlo. Segundo paso, enojarse mucho. Lo más posible hasta casi odiar. Tercer paso volver a aceptarlo. Y así hasta que ya no duela más ni tampoco odies. Creo que estoy en el paso dos. Se puede ser tan egoísta loco? Él me dejó a través de una carta, hizo su duelo y según lo que me dijo pudo despedirse de mi. Pero yo de él? No es justo. Para nada. Sabrá lo que se siente quedarse con las palabras en la boca? Con tantos besos para darle? Con tantos te amo y al menos un último abrazo para guardarlo y tenerlo ahí, de recuerdo? No. Obviamente que no sabe, porque hizo lo que yo hacía antes: escapar. Pero ya está. Voy a dejar atrás lo que pasó y voy a mirar hacia adelante. El paso que no está en mis instrucciones pero que más me costó fué borrar fotos, su número e intentar soltar todo lo que me unía a él. Incluso saqué "Fuego y pasión"de Rodrigo de mi playlist de Spotify. En fin. El día recién empieza y después de desayunar, tenemos la sesión de fotos con los muchachos. Me acerco a Nico que lo veo peinándose con toda la onda.

Buena facha, te estás retocando el maquillaje? -me burlé-
No me hace falta bobito -dice acercando su rostro al espejo- Vos si, metrosexual -se queja-
Todo bien? Maxi está mejor? -consulté-

Se detiene por un momento y después prosigue.

Por qué estaría mal? -pregunta sin mirarme-
Porque tuvo fiebre... Ayer no entrenó te acordas? -me cruzo de brazos-
Ah... Por eso, si... Si. Ya está mejor -exclama algo nervioso-

Le resto importancia y continuo la charla.

Me alegro! Y ustedes? Digo, los dos -agrego-
No es el lugar Galo -me palmea y se va-

Negué varias veces y tomé asiento por ahí cerca. Las fotos las hacemos de a grupos pequeños y me toca esperar. Como no tengo nada que hacer saco mi celular y me pongo a revisar redes sociales, hasta que me llama la atención una risa exagerada detrás de unas cortinas. No escucho bien lo que susurra después ni alcanzo a reconocer quién es, pero parece estar acompañado. Me levanto y cuando estoy por acercarme, vuelve Nico.

Por qué no me avisas que me olvidé el teléfono? Sos mal perro eh -camina hasta una mesa y agarra el artefacto-
Y yo que sé de tus cosas! Cabeza de enamorado -me burlo-

No le hace gracia mi intento de chiste y se queda tipeando sin mirarme.

Y vos con tu gente cómo están? -me mira guardando el teléfono en el bolsillo-
Sh -digo llevándome un dedo a los labios en señal de silencio-

Voy hasta la cortina y la hago a un lado. No hay nadie. Qué raro.

Estás bien? -expresa Nico frunciendo el ceño- Ya te está pintando la locura? -ríe-
Si, si estoy bien -digo pensativo-
Y? Cómo están? -insiste-
Estoy soltero y en el paso dos... Es todo lo que puedo decir -expreso con seriedad-
Eh? Paso de que carajo... Vos querés que yo te cague a palos? -se acerca-
Hacelo si querés, y después seguí con Cristian que fué el que me dejó -exclamo con calma moviéndome para salir de ahí-

Puedo sentir la mirada de Taglia clavada en mi. Yo tampoco me lo creo Nico, qué se le va a hacer. Después de reunirnos todos y terminar de ser capturados por la cámara, se acerca el mediodía y nos vamos a almorzar. Nico quiso saber más sobre lo qué pasó pero le dije que poco a poco voy a ir contándoselo, después de todo no es tan fácil hablar a la ligera de algo tan importante para mí y que duele tanto. Al terminar, me levanto de la mesa y escucho a lo lejos una risa similar a la escuché antes. La busco con la mirada pero es imposible distinguirla entre tanta gente, así que le resto importancia. Más tarde ese día es el entrenamiento vespertino. Más allá de que el primer día fué divertido, hoy no se comparó. Por alguna razón todos estuvimos más serios y enfocados en el objetivo. En el grupo de fútbol reducido me tocó con Maxi y Nico y la verdad los noté distintos, sobretodo a Maxi. No sé si será la fiebre que todavía dejó marcas o algo más le pasa. Supongo que ya voy a tener tiempo de hablar con él, la gira recién empieza. Después de la práctica, volvemos al interior del predio y la mayoría junta sus cosas y se va. Yo por mi parte decidí quedarme y hacer tiempo para hablar con Maxi. Después de todo él siempre se preocupó por mi relación y lo mínimo que puedo hacer es ponerlo al tanto de las malas noticias y escucharlo si me necesita.

Narra Tagliafico.

Todo parece estar congelado. Si alguien se acerca y me avisa que cada vez que cruzo la puerta de la habitación el tiempo se congela, le creería. La mínima estadía que compartimos con Maxi fué rara. Ninguno de los dos se acerca, ninguno da el paso para ser lo que somos siempre: un matrimonio. Qué nos pasa? Ya sé. Yo nos paso. Será que estoy transmitiéndole indirectamente toda la culpa que cargo? No sé lo merece. Mientras él se baña después de entrenar, yo juego con mis manos y practico las frases que voy a usar para decirle la verdad. Yo sé lo que se viene y le voy a ahorrar el dolor, como dice Caro. Qué dolerá más, que te dejen o ser dejado? Tengo todos éstos minutos antes de que él salga para decidir porque hoy voy a dar el paso, cueste lo que cueste. Porque sin decirte la verdad no soy el Nico que te enamora, chuchi.

Narra Paulo.

La espera se hizo eterna. Ya no sé qué más hacer así que me decido a guardar mis botines y casi doy un salto al volver a escuchar esa risa. Burlona, despreocupada, casi como un chirrido. Me tiene harto. Si no le digo que se calle de una vez voy a enloquecer y no estoy de humor. Dejé mis cosas y caminé. Llegué a una habitación donde al parecer se guardan los conos y demás elementos de trabajo y veo en su interior al dueño de ese sonido tan molesto: Icardi. Y no está solo sino abrazado a alguien. Retrocedí para evitar que me vieran y volví a donde estaban mis cosas, pensativo.

Continuará.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Where stories live. Discover now