Manada

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—¡Quitate de mi camino rizitos de oro! —gritó Erica justo cuando la puerta del loft fue abierta por Isaac. La chica había querido ir al loft desde que Scott y Isaac le contaron lo último en desastres Stiles. De todos, este podría ser el más adorable de sus accidentes. Erica ya se imaginaba al pequeño Stiles de mejillas regordetas, rosaditas y llenas de pecas. Detrás de ella, Isaac, Boyd, Scott, Malia, Liam, Lydia y Jackson entraron.

Antes del escándalo, Stiles había pasado del pecho de Derek a su lado en la cama, dándole al lobo la comodidad de ponerse de lado y dormirse.

Derek había estado durmiendo tan profundo -siempre parecía bajar la guardia junto a Stiles- que no había estado al tanto de quienes iban hacia el loft. El lobo se despertó de golpe, cayendo al piso en el rápido movimiento de intentar pararse y atacar a quien estuviera allí, resbalando con el libro caído en el suelo. Escuchó las risas y reconoció los olores que inundaban el Loft. Frunciendo el ceño a los adolescente frente a él mientras se levantaba, mirando como Scott se adelantaba del grupo para caminar directo a la cama y tomar a Stiles entre sus brazos, quien había despertado por el escándalo algo desorientado y aun adormilado.

—Estas bien —Scott dijo animado y aliviado, olisqueando el cuello del pequeño en sus brazos, haciendo que Stiles riera un poco por las cosquillas que eso causaba.

Scott siempre había sido muy protector con Stiles como el pecoso lo era con él, eran hermanos. Cuando se convirtió en hombre lobo, la sensación de protección a Stiles creció; los peligros eran mayores y su lobo lo reconocía como parte de su manada. Le fue complicado entender todo eso mientras aprendía a como ser un buen hombre lobo y alfa. Cuando Stiles regresó a ser un bebé, su instinto protector se había disparado a un lado casi maternal que jamas confesaría en voz alta. Estaba asustado y nervioso por lo que le había ocurrido a su amigo y lo que podría pasar, se calmó un poco cuando Deaton le explicó que no estaba en alguna clase de peligro y que en algún momento regresaría a la normalidad. Aun así, más calmado, le fue ciertamente complicado dejarlo con Derek aunque no lo pareciera. La relación con el ahora ex alfa había mejorado enormemente, sobre todo gracias a Stiles y su relación con él, pero ¿dejarle a un bebé, que de paso era Stiles? No confiaba. Estaba ahora aliviado de que nada malo le hubiera pasado, había estado en todas las horas de la escuela preocupado y si no fuera por su mala asistencia y peligro de repetir el año, hubiera salido directo a buscar a Stiles. Agradecía a Erica por haberlo salvado de la práctica de lacrosse.

El lobo de Derek se removió con la imagen frente a él y quiso gruñirle al alfa y quitarle a Stiles de sus brazos, pero se controlo porque eso podía asustar al pequeño Stiles, que parecía divertido con lo que hacía Scott.

—A alguien no le agrada que hayas tomado a Stiles —bromeó Erica mientras dejaba su bolso en el suelo y camina a ver al pequeño niño en los brazos de Scott, quien levantó la vista a Derek. El lobo amargado sólo desvío la mirada molesto. A veces a Scott se le olvidaba que Derek es más lobo que todos ellos y que se tomaba a veces muy en serio eso de territorio, sobre todo sobre Stiles desde que son pareja. Pero, vamos, Stiles fue primero de él. No en un punto romántico.

—Hola pequeño Batman —saludó la rubia entrando en el espacio personal de Scott. Stiles dejo de reír y miró a la chica rubia que lo veía con una enorme sonrisa.

—Pensé que vendrían más tarde — habló Derek caminando a donde estaba Scott con la intención de tomar a Stiles. Erica hacia reír al bebé jugando con sus manos.

—Boyd, tengamos un bebé — canturreo Erica, riendo extasiada por la risa de Stiles, totalmente encantada con sus mejillas y enormes ojos caramelo de bambi. Sus pequeñas manos la sujetaban con fuerza mientras las movía.

Stiles es un bebé. [sterek]Where stories live. Discover now