Techo

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Zoe frotó su ojo derecho mientras soltaba un débil bostezo. Había pasado gran parte de la noche escribiendo y memorizado algunos chistes, todo debia ser perfecto.

Abrió un portal y desapareció su libreta marrón en éste. Se dió algunos golpecitos en las mejillas para despertar, a lo mejor Kayn estaría entrenando en la madrugada, su instinto se lo decía.

Nuevamente abrió otro portal y saltó hacía éste. Zoe salió del portal en el bosque envuelto en un cielo oscuro adornado por unas pocas estrellas que pronto serian opacadas, el matiz anaranjado en el horizonte indicaba la pronta salida del sol.

Empezó la búsqueda de la silueta de Kayn. Normalmente él entrenaba en esa zona del bosque pero, no lo encontraba. ¿Su instinto había fallado? Suspiró resignada, volvió a echar otro vistazo por la zona, y entonces lo vió.

Kayn estaba sentando, seguramente meditando. Zoe sonrió ampliamente y caminó rápidamente hacia él.

—¡Hey, Kayn!

Saludó en un agudo grito mientras agitaba su mano, estando ya a su lado notó que el azabache no se había inmutado.

Sonrió dejando ver sus dientes, era el momento adecuado.

—¿Qué le dice un techo a otro techo?

Con sus manos cubrió su boca en un intento de no soltar una carcajada, no hubo respuesta por parte de el azabache así que ella misma se respondió.

—¡Te-cho de menos!

Y con decir esas cortas 3 palabras, una ruidosa carcajada salió de su boca.

Kayn sólo frunció un poco las cejas, si ese tonto chiste se lo hubiese dicho semanas atrás; seguramente se habría enojado. Pero ahora... Solo le molestaba un poco. Por pura curiosidad, abrió uno de sus ojos para ver a una Zoe revolcandose en el césped mientras reía.

Una sonrisa se insinuó en sus labios. Con el tiempo, había empezado a acostumbrarse a ella y su característico buen humor.


—Verás, Syndra, me ha parecido verlo sonreír un poco, ¡un poquitito! ¿sabes? Creo que los chistes de techos le agradan.

Chistes || Kayn × ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora