Chistes || Kayn × Zoe

Veinte

Hacer cuentas era aburrido, y aún más cuando podías emplear ese tiempo entrenando o sacándole más filo a la guadaña.

—120, 126... 134, 137... 

—Se escuchaba contar a Kayn, alzando grano por grano, poniéndolos sobre la palma de su manos hasta formar una pequeña montañas de lentejas y luego dejarlas en un recipiente que tenía a su lado.

Zed había decidido ponerlo a contar un bulto entero de lentejas, sus intenciones parecían malevolas y señal de burla, pero en realidad, la lección era más transcendental que eso: misma lección que le seria proporcionada a Kayn una vez haya terminado con su labor. Pero, mientras tanto y de mala gana debía contar lenteja por lenteja hasta terminar.

—¿Sabes? Yo solía contar las estrellas.

Dijo Zoe con su característico y alegre tono de voz, infló sus mejillas y apoyó sus manos sobre la cabellera del pelinegro, luego procedió a repostar su mentón sobre éstas.

—¡Era muy difícil! Cuando creía estar cerca de terminar, ¡zas! Me daba cuenta que las estrellas había cambiado de lugar.

Rió por la bajo y pudo escuchar un gruñido por parte de Kayn; uno que singnficaba que debía quedarse en silencio.

—Uhm —Rechistó y se elevó para dar media vuelta y sentarse frente a él, verlo contar cada lenteja terminaba siendo arduamente aburridor, pero observar su rostro y su semblante de molestia y concentración causaba sensaciones cálidas en su estómago.

—Zoe, llevas mirándome fijamente veinte segundos, ¿quieres parar?

Lo escuchó algo irritado e incómodo, cruzar miradas con él era algo que no podía describir, de alguna manera percibía amor en su mirada, y como decía Syndra: "Nuestra intuición nunca falla."

—¿Uh? ¡Por supuesto! —rió—.Kayn~ ¿Sabes que le dice el 2 al 0?

De manera fugaz había recordado un chiste.

—No

—Respondió el chico, volviendo a contar lentejas.

—Veinte-conmigo, guapetón.

Y seguido a eso, soltó una suave carcajada que no fue seguida por Kayn.

—Zoe, eres muy mala.

—¡Uhg! Al menos sonríe un poco ¿si?

Las comisuras de los labios del chico se elevaron un poco hacia arriba, mostrando una pequeña sonrisa.

Eso era suficiente para ella, y demasiado para él.