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—¿De nuevo estas aquí? — pregunté lanzando un suspiro al aire y mirando al chico que acababa de entrar a la habitación, con evidentes  golpes y manchas de sangre en su cuerpo —¿cuándo vas a dejar de pelear?

—Deja de sermonear como si fueras cercano a mí— gruñó Taehyung, conocía a este "chico problema" desde el preescolar, pero él tenía razón, nunca fuimos precisamente amigos ni nada por él estilo, en cuanto a mi la verdad prefería evitarlo, Taehyung era sinónimo de problemas y a mí no me gustaban, huía de ellos y los evadía lo mejor posible, la vida pacífica siempre es mejor.

Curiosamente aquello había sido casi imposible, siempre terminábamos en el mismo salón, sentados uno al lado del otro de forma incomoda,  cualquiera diría que ya deberíamos ser amigos pero nuestra relación era bastante extraña.

En todo caso Kim nunca fue violento conmigo, pero lo vi ser violento con muchas personas.

Saque algodón y alcohol del botiquín escolar y unas pequeñas gasas por si las dudas.

Con cuidado me acerque a él, ya había aprendido que no le gustaba mucho la cercanía de otras personas, se ponía especialmente irritante.

Limpie las heridas de su cara agradeciendo que no eran muchas, ni graves, sería un total desperdicio dañar su rostro, que estaba casi, casi esculpido por los mismos dioses, puse algunos curitas en sus heridas, también vende sus manos y le di una palmada en la espalda.

—Listo, ya éstas, trata de no meterte en problemas, te daré unas pastillas para el dolor que debes tomar cada ocho horas.

Taehyung las tomó como quien no quiere la cosa y salió como todo un perro gruñón por la puerta de la enfermería escolar.

Mi madre trabajaba aquí como médico por lo que de forma regular solía ayudarle la mayor parte del tiempo y aunque no era un experto tampoco era un ignorante, sólo cuando había situaciones demasiado graves se lo dejaba todo a mi madre.

Ella apareció después de un rato con una taza de café.

—Siento que voy a vomitar— dijo tallando, más bien sobando su estómago.

—Déjame adivinar, de nuevo comiste como si fuera el último día — sonreí, había algo adictivo en la comida de la cafetería que ni ella ni yo nos quedamos satisfechos con una porción.

—Esa mujer tiene algo, creo que hizo un tipo de amarre para que nos volviéramos adictos a sus platillos, hoy hizo pan francés— dijo, se sentó en la silla de la oficina y desabrocho el ultimo botón de su pantalón —y trague como cerdo.

—La gula también es un pecado — le dije mientras me ponía mi sudadera —es hora de que vaya a clases.

Me despedí dándole un beso en su mejilla, mi madre sonrió y palmeó mi cabeza.

—Te veo en la casa— me dijo y asentí, eso quería decir que me iría solo en el microbús.

—Kim es el problema, él se acostó con la chica de Jungkook así que se merecía esos golpes.

Escuché por los pasillos sobre la pelea que había tenido Taehyung y suspiré de nuevo.

Me senté a su lado y lo miré mientras recargaba mi rostro en la mesa, él estaba mordiendo la cabeza de su bolígrafo con la mirada fría y espeluznante.

—¿Fue por una mujer? — pregunté sin saber por qué —¿La querías? — no entendía porque a pesar de evitarlo también quería saber sobre él, no entendía porque mi corazón se entristecía cada que lo miraba lastimado. Ya había explicado que nuestra relación era muy rara, o al menos yo era muy consciente de su persona.

Tal vez tenía un trastorno de bipolaridad sobre mi relación con Taehyung, solía evitarlo, debía hacerlo y aun así siempre quería saber sobre él, ser cercano a él.

—Ocúpate en tus asuntos Jung— fue su corta respuesta.




Mala vida - FinalizadoWhere stories live. Discover now