JiMin, un adolescente en sus 18 años, de estatura baja y figura radiante, es acorralado por cuatro vampiros sedientos e inexpertos en mitad de un subterráneo abandonado. El chico se refugiaba ahí luego de haber perdido a su familia, creyendo estar s...
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El pequeño observaba a sus mayores con adoración. Los miraba con ojos violáceos brillosos, anhelantes de todo lo que ambos se mostraban entre ellos. Se preguntaba qué sería de él sin esos dos hombres, qué sería de su vida si ellos no lo hubiesen salvado de aquel cruel destino que se le venía encima como una descomunal avalancha. A pesar de haber sufrido debido al dolor del cambio, él estaba tan agradecido con el par. Los amaba tanto, y sabía que el sentimiento era recíproco. Eso era lo que más disfrutaba.
Sentirse amado y apreciado por los dos.
JiMin, un adolescente en sus 18 años, de estatura baja y figura radiante, había sido acorralado por cuatro vampiros sedientos e inexpertos en mitad de un subterráneo abandonado. El chico se refugiaba ahí luego de haber perdido a su familia a causa de los anteriores mencionados, creyendo estar seguro al menos por un tiempo. Vivir en un mundo en el que los gobernantes eran los chupasagres, para los humanos sobrevivir se trataba de una odisea.
JiMin sin oportunidad alguna contra ellos, fue mordido por todo su cuerpo siendo drenado casi por completo en el momento que dos hombres corpulentos se adentran al lugar. Juntos desenvainaron sus armas y cortaron las cabezas del cuarteto, liberando cenizas por el aire. El pequeño siquiera podía vislumbrar bien sus siluetas para cuando estos se dirigieron a su anatomía moribunda.
Cuando despertó de su letargo, fue recibido por una oscuridad inmensa. Parpadeando múltiples veces, vio dos pares de luceros ambarinos observando en su dirección. Se escucharon pasos lejanos en la habitación y posteriormente percibió como las luces fueron reguladas aún a un nivel bajo, mas el suficientemente alto para ver bien a sus salvadores.
Un pelirrojo se acercó a su lado, mientras un rubio tomó asiento junto a él en la gigantesca cama.
Se presentaron como Jeon JeongGuk y Kim TaeHyung, vampiros pura sangre. Eran cazadores de los de su misma especie, únicamente encargados de eliminar a todo aquel que osara incumplir las leyes establecidas por la Reina Suprema, como también aquellos vampiros descontrolados y enloquecidos por la falta de dominio a la hora de alimentarse, como esos que fueron sus atacantes.
La explicación de cómo pudo sobrevivir con tantas mordeduras infectadas fue debido a la sangre y saliva de ambos vástagos; extrajeron el veneno de las mordidas, lamieron sus heridas, y le dieron a beber su sangre de alta calidad. Ambas sustancias contenían características curativas, lo que le ayudó a regenerarse rápidamente, aunque solamente afectando en el daño superficial.
«Serás nuestro protegido de ahora en adelante, y prometemos ante ti, cuidarte hasta la eternidad.»
Habían dicho solemnemente esa noche.
Los cazadores como último recurso se vieron obligados a convertirlo, JiMin estaba en un estado altamente riesgoso y no quisieron exponerlo a la muerte. No obstante, algo salió mal en el proceso, pues JiMin sólo fue capaz de concebir la mitad del cambio, quedando la otra parte con sus respectivas características humanas. Agregando a lo anterior, que a esta extraña e inusual mezcla mestiza se le denominaba como dhampir.
Los dhampir, eran criaturas híbridas entre un humano y un vampiro, también eran conocidos como semi-vampiros. Generalmente eran el producto de una concepción de un vampiro y un humano –ya fuese una vampira con un hombre mortal o viceversa–, sin embargo, llegaron a registrarse casos de intentos de conversiones fallidas como JiMin, aunque era considerado como una anomalía, había dado paso a un nuevo origen para los dhampiros.
Estos atribuían ciertas características propias de los vampiros heredadas de su progenitor o creador, pero no sus debilidades. Tenían la capacidad de detectar a los vampiros incluso cuando eran invisibles, así como de destruirlos o detenerlos, por lo cual eran temidos y respetados. JeongGuk y TaeHyung no podían estar más satisfechos, las criaturas dhampir solían ser contratadas como cazadores de vampiros, y gracias a eso tendrían un compañero extra en sus misiones.
Ellos estaban sorprendidos ante la resiliencia que dejó ver JiMin ante la situación.
Ahora, meses más tarde de su conversión, se encontraban haciendo los preparativos para ir a su cita con la reina para la marca de pertenencia que sería impuesta en JiMin, para así dejar en claro a todos los que se le acercasen, que tenía amos de alto rango.
