2. Luz

1.2K 247 12
                                    

Una nueva vida.

Un nuevo hogar.

Nuevas oportunidades de ser feliz.

O eso es como todos creían que él lo vería, pero estaban equivocados.

Lo único que habían logrado era hacer que se sintiera solo y vacío.

En su nueva ciudad de residencia, gracias a su basta experiencia en el área de medicina y su juventud, Kihyun fue aceptado en uno de los hospitales privados de mayor prestigio en el extranjero.

Pero nada llenaba un vacío que se fue formando en su pecho a medida que el tiempo avanzaba después de aquel incidente, como cuando una gota es tan constante que termina ahuecando una roca.

Los días se habían vuelto semanas, las semanas se convirtieron en meses y los meses en casi dos años.

Inevitablemente, su vida había caído en un horrible bucle de monotonía rutinaria de donde no encontraba una motivación para salir.

Levantarse temprano, ir a trabajar 15 horas y volver a casa a dormir ya se habían vuelto cosas más que normales para él.

Su peso cayó considerablemente, no tenía ánimos de cuidar su cabello, no comía bien, su sonrisa ya no era sincera y aquella luz que lo caracterizaba, se había apagado.

Las chispas ya no estaban presentes y las lágrimas se habían convertido en algo insignificante, no podía llorar.

No tenía amigos en ese país y toda la vida que conocía, se había quedado atrás en aquel infierno donde las llamas nunca cesaban.

Incluyendo a Shownu, quien estaba preso por algo que no hizo, estaba preso por su culpa.

Ese infierno le concedió un demonio que amó en demasía y ahora ya no tenía ni siquiera las llamas que lo quemaran para hacerle sentir que aún estaba vivo.

Porque así es la vida, a veces es el dolor el que nos demuestra que aún somos humanos, que estamos vivos y que tenemos sentimientos latentes.

Suspiró con cansancio mientras conducía de regreso a la solitaria casa de su padre, pero su mente no dejaba de dar vueltas.

Shownu había aparecido en su mente todo el día, con sus carnosos labios, su carita tierna, su risa e incluso también apareció en su mente con su sudoroso cuerpo al desnudo, provocándole un par de suspiros.

No podía evitar pensar en él justamente en ese día, en como se sentiría, en como estaría, en qué pensaría de él por desaparecer por dos años sin ir a visitarlo ni un solo día.

Los recuerdos lo asfixiaban y no podía hacer nada.

Golpeó el volante del auto con mucha rabia y soltó un grito ahogado, desesperado.

No importaban los buenos ingresos que recibiera en ese lugar, no importaban las felicitaciones de cumpleaños que había recibido, no importaban los regalos, pues no tenía lo que quería.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se daba cuenta que estaba a punto de saltarse un semáforo en rojo, hasta que escuchó el repetitivo sonido de una bocina de otro auto.

Entonces se detuvo del tirón, muy asustado.

Apoyó su cabeza en el volante por los segundos que el semáforo tardaba en cambiar a verde y cuando lo hizo, simplemente avanzó para estacionarse en algún sitio.

Varias personas miraban el auto con una expresión extraña, quizá creerían que estaba borracho o quizá estaban preocupados por su salud, la verdad es que no podía descifrar nada porque su mente seguía viajando a muchos momentos del pasado.

Entonces lo decidió, decidió que por ser su solitario cumpleaños iba a beber hasta que sufriera un coma etílico o hasta que alguien lo golpeara hasta morir.

Cualquier situación sería buena para acabar con ese día que era más doloroso que feliz, ya no importaba la jodida vida, si es que a eso se le podía llamar "vivir"

Se bajó del auto dando un portazo sin importarle las curiosas miradas que tenía encima y localizó un bar cercano.

Entonces comenzó a caminar en dirección al bar, pero entonces sintió una suave mano tocarle el hombro.

Se volteó con toda la mala vibra que tenía encima desde mucho rato atrás, pero cuando su atención se concentró en aquella persona, sintió que una pizca destellante apareció en su interior.

- Disculpa... ¿Eres Kihyun? - la mujer lo miró interrogante y él dibujó lentamente una sonrisa en su rostro mientras asentía levemente.

- ¿Mariana? - la mujer sonrió asintiendo y se lanzó a sus brazos para envolverlo en un cariñoso abrazo que él no tardó en corresponder - ¡Joder Mariana! Como te he extrañado...

La mujer se separó un poco de él, con lagrimas en los ojos lo miró y volvió a abrazarlo con todo el amor de una hermana mayor.

- No tienes idea de cómo te he extrañado yo a ti... - le acarició el cabello a Kihyun y se separó al darse cuenta de que estaban en una vía pública y ella estaba acompañada - por cierto... Sé que no está bien que lo diga pero ¿Donde está Shownu?

Y entonces la pregunta dio justo en el momento de felicidad espontánea que había tenido.

Mariana estaba esperando una respuesta, pero la reacción de Kihyun no le daba buena espina, sobre todo cuando su labio inferior comenzó a temblar y no pudo hacer nada más que balbucear.

- ¿Kihyun? ¿Qué pasó con él? - Kihyun suspiró conteniendose las lágrimas cuando una tercera persona se unió a la plática.

- Dime que está bien - el hombre cargaba un bebé y parecía muy preocupado, así que Kihyun suspiró.

- N-no lo sé... Es decir... La última vez que lo vi, se lo estaba llevando la policía - ambos lo miraron sorprendidos, entonces cuando agachó la cabeza, la mujer se la levantó suavemente.

- Se quedó contigo ¿no? - miró a su esposo - Steve y yo pensamos que estabas con él - la mujer bufó frustrada y se agarró el cabello.

- Eso fue hace dos años... - suspiró con cada dolorosa palabra que mencionaba.

- ¿Qué demonios pasó? Necesito verlo... - parecía estar muy afectada.

Kihyun agachó su cabeza sin saber que responder, pues aunque Mariana fuera su amiga de toda la vida, se sentía horriblemente cobarde para contarle la verdad.

Pero entonces la voz masculina volvió a irrumpir el silencio.

- Deben ir a verlo, él tiene que estar bien... - Kihyun y Mariana lo miraron - Es decir... Creo que ya la ha pasado muy mal ¿no? Quizá verlos lo anime un poco... Yo los acompañaría, pero no puedo faltar al trabajo ahora.

Ambos se miraron entre sí y Mariana interrumpió sus miradas.

- Esto es una charla de un buen café caliente - miró a Kihyun - ¿Tienes algo importante que hacer ahora? Porque si no es el caso, puedes acompañarnos a casa.

Él suspiró recordando sus antiguos planes, pero dedujo que era mejor la propuesta de Mariana, así que al fin y al cabo decidió aceptar acompañarlos.

Y una pequeña luz iluminó su interior, algo que hace mucho tiempo no sentía...

Aquello que llamaban ilusión por comenzar de nuevo.

La intriga y el miedo de saber que si todo salía bien, tendría al amor de su vida frente a su cara, muy pronto.

Your Angel Où les histoires vivent. Découvrez maintenant