Capitulo 12

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Omnisciente.

La mañana siguiente a su vuelta del coma que había vivido su actitud no había cambiado con respecto al día anterior, Lauren tan solo deseaba morir luego, desaparecer de esa vida de mierda que tenía y poder tener paz, tranquilidad, estar en un lugar mejor que su realidad pero nada de eso pudo ser posible porque como en todo fracasaba de alguna manera, la vida la odiaba y tan solo quería desaparecer, irse de esa realidad, ella deseaba morir como de lugar. Razón por la que su amargura con la vida no se había pasado, su odio hacia ella misma era aún mayor y esta vez solo deseaba morir, no iba a cambiar por nada del mundo, no iba a hablar con nadie ni siquiera mirarles excepto a Sofia, a esa pequeña niña que era la única persona en el mundo que jamás la había juzgado y que le había demostrado amor, aprecio, simpatía y por supuesto lo que era la fuerza interna.

Sofia era la única persona que Lauren iba a tener una relación, ella lo decidió de esa manera porque estaba cansada de que todos la vieran como un monstruo, estaba cansada de las humillaciones, golpes y cada cosa que le habían dicho, ella se había rendido completamente con la vida. Lauren se había agotado y sus fuerzas eran nulas, ya no era capaz de soportar nada más, tan solo a Sofia, la luz de sus ojos.

Por esa razón no dejo a nadie entrar a esa pieza, comió de manera obligada cuando Alejandro le dijo que si no lo hacía no iba a ver a Sofia nunca más y eso no solo le afectaría a ella sino también a la pequeña. Ella no quería ver ni siquiera a los enfermeros de la clínica porque todos la habían humillado al menos una vez en su vida, ella solo quería estar en su soledad esperando a morir porque eso era lo único que deseaba, morir. Sin importar la manera, ni como fuera, ella tan solo quería descansar en Paz lejos de la realidad de mierda que la albergaba cada día, ella odiaba a la sociedad pero más aún, se odiaba a ella misma.

Lauren se había rendido completamente.

Clara y Michael llegaban al piso donde su "hija" estaba internada debido a la grave lesión que ella misma se provocó al intentar suicidarse hace más de una semana. Ellos sabían que todo era su culpa, que si hubieran sido buenos padres desde el día que nació Lauren sería una chica alegre sin haber pasado todo lo qué pasó en su vida, las humillaciones y frustraciones que la habían llevado a querer quitarse la vida fallando en el intento, todo era su culpa y lo sabían, como también comprendía que ganar el perdón de su "hija" sería más difícil de lo que pensaban, más si ellos fueron los detonantes en que ella se quisiera matar. Era una batalla tan dura que iban a tener que pelear para poder hacer que su hija creyera en ellos, pero era más difícil de lo esperado porque Lauren no quería saber absolutamente nada de ellos.

Ingresaron a la habitación sin tocar porque si lo hacían Lauren no les iba a permitir entrar como a toda persona que lo había intentado, ella solo quería morir sola en esa habitación lo más antes posible, además de no querer ver a gente hipócrita que solo venían a pedir disculpa vacías que no podía creer por nada del mundo, no después de toda la basura que la habían hecho pasar. No los odiaba, porque su odio hacia ella misma era aun más grande porque en el fondo sabía que todo era su culpa y no la de ellos por ser de esa manera, todo la llevaba a lo mismo a querer morir.

-Hola Lauren.- Michael decía suavemente acercándose a la camilla para tomar la silla y que su esposa se sentara a un lado de lo que es su hija. -Te hemos venido a ver.- le regala una sonrisa nerviosa pero Lauren ignoraba su presencia en el lugar como lo había hecho con todas las personas, ella tan solo tenía sus brazos cruzados con su vista al frente sin siquiera verlos.

-Queremos hablar contigo.- dice Clara apenada, pero eso era tan cínico de su parte eso pensaba Lauren. -Nos has tenido muy preocupados, hemos estado toda la semana aquí contigo esperando alguna noticia.- no mentía al decir eso, Lauren también lo sabía pero no le interesaba ya había estado veintiún años solas viviendo en la mierda por su culpa. -Necesito que empecemos de nuevo.- le pide suplicando, la mujer apretó su mandíbula fuerte, no era tan fácil.

Resistir. Where stories live. Discover now