❝ La paz de Narnia esta en riesgo. Un nuevo enemigo quiere usurpara el trono, y dar paso al caos. Narnia vuelve a necesitar a sus reyes, pero esta vez el destino juega una papel muy importante en esta historia❞
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♚Her...
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CAPÍTULO ONCE:
Lo sentí.
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Mis ojos no se apartaron de esos brillantes luceros. Mi corazón era incapaz de parar, de dejarme un descanso para poder pensar con sensatez y comprender racionalmente lo que estaba ocurriendo. Solo veía esos ojos celestes, esos ojos que reflejaban el cielo azul y despejado de un día en primavera, uno donde la brisa fresca apaciguaba y relajaba a los trabajadores de un arduo día de trabajo, un día donde los soldados podían descansar con tranquilidad. Esos ojos solo me traían recuerdos hermosos del pasado, y verlos reflejados en Peter me dejaba atónita, con impaciencia, con ganas de algo que no comprendía, y que sentía que nunca lograría comprender.
Peter no se apartó de mí, esperando una respuesta, algo que lo motivara, algo que daría rienda suelta a esos sentimientos tan irracionales y descabellados. Esos sucesos que solo ocurrían en los bailes reales, esos que todas las nobles esperaban sentir y encontrar. Y yo lo tenía aquí, ahora, en la biblioteca, en mis resguardo, junto con un hombre que no se había separado de mí en un mes entero, que me había apoyado en las cosas más pequeñas, que me había dado fortaleza para enfrentar a los hombres arrogantes de otros reinos.
Y también, por primera vez, me había hecho actuar sin prudencia, solo pensando en el ahora, no en el futuro. Solo en esos ojos azules, solo en su voz susurrantes y ronca en aquella madrugada, con sus manos en mi mejilla y hombro, con su frente a milimetros de la mía, mirandome con esa intensidad que solo había sentido leyendo esos libros poco educativos que Lisa me regalaba de vez en cuando.
Y deseé con toda mi alma poder besar aquellos labios rojizos, aquellos tan llamativos que me habían dado curiosidad desde aquella tarde en el jardín. Quería, no, tenía que saciar mis deseos, tenía que parar todos estos sentimientos extraños para poder salvar a mi reino, y la única solución parecía ser degustar aquellos belfos, aquella que destacaba.
Mi respiración se entrecorto cuando Peter acarició lentamente mi mejilla, dándome mi tiempo, dejando que yo decidiera lo que sucedería esos dos meses restantes, eso que parecían ser mi perdición. Y por primera vez, no sabía qué hacer. ¿Debía? Mi mente me incitaba lo contrario, pero otra parte me decía que aceptara, que luego me arrepentiría pensando en el pasado.
