Especial navideño.

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Como era costumbre, desde ya unas semanas, despertar por el sonido de la música o bullero de los muchachos era fijo.

Esa mañana me levanté con frío, en Caracas por estas fechas hacer muchísimo frío, por lo que me levanté directo a buscar mi blusita manga larga. Obviamente al tocar la cerámica fría como pollo en nevera, hice mi típica mentada de madre antes de buscar la ropa y mi cepillo de dientes.

Ya con eso en mano, salí al baño de al frente y al ver que no estuviese cerrado entré e hice mis cosas. Cuando salí pude permitirme pegar soberano brinco al ver la bellísima cara de Wonwoo con los ojos pelados y una sonrisa gigante.

Naaagueboná de cague.

—Coño Wonwoo, si me da un acv es culpa tuya. Me pagarás el tratamiento.

—Ajá, cuenta con eso. —me dijo y me empujó para un lado— Quítese que me meo.

Reí porque ya estaba acostumbrada a sus juegos. Mientras bajaba las escaleras iba saludando a Jeonghan que aunque se había levantado, estaba tirado en un mueble con el celular pegado. Saludé a Jihoon que estaba igual pero cerca del modem del internet, y a Jun que estaba viendo la ventada de una forma extraña. Ese marico es raro.

Bajé y estaba Mingyu cocinando junto con Seokmin, les pregunté que qué hacían y solo señalaron la harina pan.

A un lado en la mesa del comedor, estaba Seungcheol con unos lentes y un librito haciendo sudoku.

—Veeerga mano, te está pegando la edad—Escuché a Hansol detrás y aguanté una carcajada.

—Se está pareciendo al viejo Choi.—Gritó Jeonghan desde arriba.

—Sape grillo mano, yo no quiero parecerme a mi papá—Dijo Seungcheol cerrando el libro y mirándome.— Buenos días, chamita.

Pasó un rato para que todos bajaran y comiéramos y habláramos gafedades como siempre. Unos minutos después el teléfono de Jeonghan sonó y luego de que hablara en chino, coreano ya ni sé, colgó para mirarnos.

—Adivinen a quién le dieron permiso para hacer hallacas.—Dijo y miró a Mingyu.— A mí pues, pero las vas a hacer tú.

—¿Tu papá te llamó?—Le dijo Cheol mientras le servía jugo a un Mingyu aweboniao que no captaba que le tocaba hacer hallacas.

Jeonghan asintió.

—Dijo que hiciéramos, después de tanta jaladera de bola.

—¡YO HAGO LA ENSALADA!—dijo Seungkwan alzando la mano— A mí me queda cri-mi- nal.

—Pero hagamos una vaina bien, mañana es 24... Ya va— Seungcheol se volvió a poner los lentes y sacó el teléfono —Ajá... veinte por cuatro...

—Aaayy papá, tas perdiendo los papeles.—dijo Minghao.

—Telajeta becerro, estoy sacando unas cuentas.

—Mano, si quieres te escaneo para el bono de misión Robinson —dijo Soonyoung.

—Ajá—dijo Seungcheol llamando la atención e ignorando a los otros— hagamos hallacas y ensalada. El pan lo compramos, porque aquí el único que sabe cocinar bien es Mingyu.

—El más webón como siempre.—dice Mingyu.

—Me encanta que estés claro en lo claro.—dijo Wonwoo.

—Pero debemos ir haciendo eso ya—Dijo Chan— Digo, porque pa lo flojos que somos vamos a terminar el día del coño e su madre.

Y así, se dividieron los grupos.

La casa de los Sevenzuela -Seventeen y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora