EPÍLOGO

145 8 3
                                    

La vida da muchas vueltas. Tantas que nunca podemos estar seguros de nada, excepto del aquí y ahora. Está llena de pequeños caprichos, enredos y coincidencias que nos llevan por unos y otros caminos, a veces en línea recta y otras tantas dando tumbos, pero otras muchas lo hacen de una forma tan increíble que apenas podemos sentir el suelo bajo nuestros pies. Y son esos momentos los que realmente vale la pena recordar y revivir una y otra vez. Es en esos instantes en los que comprendemos que todo lo malo ha ocurrido por algún motivo y que debemos aprovechar cuando las cosas salen bien porque nunca se sabe lo que ocurrirá en la fracción de segundo siguiente.

Reír, llorar, disfrutar, sufrir, caminar, caer, volar, chocar, sentir y perdonar son fundamentales para poder sobrevivir. Lo malo complementa a lo bueno y nos ayuda a darle importancia a aquello que realmente vale la pena. Muchas veces nos cuesta salir adelante, pero en el fondo sabemos que podemos, siempre y cuando tengamos gente a nuestro alrededor que nos apoye y nos ayude en el transcurso de nuestras experiencias.

En los últimos seis meses yo he aprendido a disfrutar del presente, a no darle vueltas al pasado y a no obsesionarme con el futuro. He comprobado que no sirve de nada abordar ciertos temas que están fuera de nuestro alcance, bien porque el pasado no se puede cambiar o bien porque el futuro se escapa de nuestro conocimiento. Somos lo que nosotros hacemos de nosotros mismos, pero sólo conseguiremos lo que nos proponemos si nos centramos en aprovechar el tiempo y disfrutar de lo que tenemos enfrente.

Sussan, por ejemplo, ha estado toda esta semana de mudanza. Se ha ido a vivir con Alex y van a empezar una nueva vida juntos. Su madre la apoya al cien por cien, ya que ha conocido a Alex y sabe lo buena persona que es y lo buen padre que será. En seis meses llegará el bebé y va a ser uno de los momentos más emocionantes de nuestras vidas. ¡Quiero que llegue junio!

Nathan y yo finalmente hicimos las paces. Es evidente que no vamos a ser amigos, sobre todo porque no tiene la mentalidad que debería tener para que podamos serlo; pero al ver lo mucho que apoyó a Sussan con lo del embarazo y que estaba dispuesto a estar con ella y ejercer de padre, lo mínimo que podía hacer yo era perdonar, en cierto modo, lo que ocurrió y al menos tratarlo de forma cordial. Lleva un par de meses saliendo con una chica de su universidad que conoció antes de verano cuando fue a entregar la matrícula y, según me contó Sussan, ese era el motivo por el que su comportamiento hacia ella fue degenerando hasta que la situación cayó por su propio peso. Incluso estaba dispuesto a dejarla si no aceptaba que iba a ser padre. No hace falta mencionar que el hecho de que el padre fuese Alex fue la mejor noticia que ha recibido Nathan en toda su vida.

Josh, por su parte, dejó de insistir y está intentando aceptar que Mike y yo hayamos empezado una relación. Se ha dado cuenta de que nos perdió a ambos por no haberse encontrado a sí mismo antes. De todos modos, seguimos siendo amigos e incluso estamos planeando alguna escapada para el año que viene, a ver si le encontramos novio o al menos un amor de verano que le haga descubrir lo genial que es enamorarse.

Mis padres han aprovechado las fiestas de Navidad y se han ido de viaje al norte, a tomarse las merecidas vacaciones que no tuvieron en verano. Han alquilado una casa en la montaña y van a pasar allí el fin de año, con la única compañía de una chimenea y dos tazas de chocolate caliente.

Verónica se suicidó. ¡Es broma!. Tal y como Josh predijo, al saber que su novio no era el semental heterosexual que ella imaginaba, le dijo adiós a sus sentimientos por él con un simple gesto de muñeca.

Como dije, cada uno se forja su propio destino y nada es casualidad. No existen las coincidencias, siempre hay algo que las provoca aunque en un primer momento no nos demos cuenta. Y es ahí donde tenemos que centrar nuestros esfuerzos, en vivir hoy acorde con lo que queremos ser mañana.

Y como yo quiero empezar con buen pie el día de mañana, aquí estoy, con la pierna derecha levantada en el aire y agarrado del brazo de Mike –mientras nos reímos a carcajadas– intentando no perder el equilibrio entre los empujones de la gente, preparado para dar el primer paso del nuevo año con buen pie. Quedan apenas unos segundos para que termine el 2012 y tan sólo tengo un propósito para el año nuevo: ser feliz sin mirar atrás.

Times Square es mucho más impresionante en persona y nunca olvidaré el gesto que ha tenido Mike al traerme, gastándose sus ahorros de dos años. Juntos decimos adiós a un año agridulce que me robó un corazón pero me trajo otro de vuelta, un año en el que he perdido y ganado por partes iguales, un año que nos ha cambiado la vida a todos y un año que me ha marcado para siempre, porque ha supuesto un punto y aparte en mi existencia. A partir de ahora, tengo fuerza y valor para afrontar lo que venga. Estoy preparado y listo para ello.

Diez. Nueve. Ocho. Siete. Seis. Cinco. Cuatro. Tres. Dos...

Me abrazo a Mike y le doy un beso que jamás olvidaré.

Uno.

–Feliz vida nueva.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Aquí y ahoraWhere stories live. Discover now