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Las notas que poco a poco van saliendo del piano son frágiles, casi tan pintorescas y delicadas como los trazos que hace Taehyung a mi lado.

Es verano y nuestros padres han salido por un poco de helado para todos, nuestro pequeño jardín se pinta de colores en la ultima semana de Marzo, con los sonidos especiales del viento y las risas de los niños vecinos. Es perfecto, al menos así lo siento. Mientras que con cada nota que doy casi puedo ver mi historia pasar entre mis ojos, como si se tratase de una película, aquellas que tanto veíamos en casa a finales de semana. 

Sonrío por la música, por que me siento contento, me siento vivo.

Nuestra pequeña sala de recreación, solía ser un cuarto pequeño, antes de que papá lo acondicionara para nosotros dos, pasando de ser una bodega de cachivaches a ser una habitación grande e iluminada, con paredes amarillas y grandes ventanas. Perfecta para la paz y el arte.

- Jungkookie. – La voz de mi hermano mayor me llamó, haciéndome quitar la mirada del exterior, encontrándome a Taehyung, aun sentado frente a su cuadro. El primero de todos, el primero de tantos. - ¿Te gusta?

- No lo sé, hyung... - bromé un poco, ocasionando un gesto igual de particular que Tae. – Las flores son perfectas, la técnica incluso es impecable pero...

- ¿..pero?

- No siento nada al verlo, hyung. Jamás he visto flores así, ni siquiera la que mamá planta llegan a crecer de esa manera.

- A las personas les gustan ver cosas bonitas, Kook. – contestó Taehyung, dejando el pincel sobre la rudimentaria mesa junto a él.

- No, Taetae. – reí, negando suavemente, mientras empezaba a tocar nuevamente la canción que había dejado a medias. – A las personas les gusta sentir.

Pocos minutos después, cuando el viento se filtraba en la ventana y bailaba con las cortinas, únicamente se escuchaba el piano. Las notas que surgían de mis dedos y las pinceladas en aquel lienzo tomaban fuerzas, mientras yo tocaba con cientos de acordes, Taehyung ocupaba todos los colores en su paleta.

Mi hermano tenía determinación en sus ojos, sabía que tanto él como yo, quería crear algo, no superficial y bonito, si no al contrario, arrebatador y real. Algo que se sintiera a vida, a dolor y primavera.

- Jungkookie. – asentí, escuchando. - ¿Puedo ocupar tu amarillo?

Reí ante su pregunta, volteando nuevamente hacia la ventana, en donde vi como nuestros padres salían del auto, con sonrisas y helado, terminando de tocar las ultimas notas.

- Sí, hyung. 















Yellow 























Por: MynameisjustV

Yellow.Where stories live. Discover now