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Comencé a caminar jalando mi maleta alado mío, tan solo una miserable maleta.

Londres

No había cambiado mucho, todo estaba tal como lo había dejado antes y eso me reconfortaba pues me sentía en casa. Regrese a mi hogar.

Sin percatarme el tiempo en que caminaba por las calles de mi querido Londres, me fije en las miradas perturbadas que recibía, admitía que no estaba en mis mejores condiciones ya que las circunstancias no me la dejaron, aquellas miradas las ignore murmurando un – estúpidos...- al chocar miradas con un hombre que permanecía en el poste me quede pensando si acaso... sonreí – nadie te conoce aquí, eres muy tonta- me dije

Pare un taxi, le di la dirección de mi antigua casa al señor y comenzó a manejar, recosté mi cabeza en la ventana con un largo suspiro, el señor amablemente me pregunto ¿viaje largo no es así? Asentí con una media sonrisa o mueca.

-Tengo muchas ganas de ver a mi hermano – dije – no lo he visto hace dos años y nunca le dije donde me encontraba viviendo ¿eso es malo? – pregunté como si no supiera la respuesta

El hombre se encontraba concentrado, pero me respondió – si te quiere te recibirá con los brazos abiertos señorita- me apoye nuevamente en el asiento. No estaba segura si aún me quería.

No me imagina a un Louis esperándome con los brazos abiertos, pero imaginar no costaba nada.

Solo esperaba que entendiera la situación pasada, de todas maneras, poco me importaba como me tratara. ¿me odiaría? Eso sería más fácil.

Todo había cambiado, ya no era la chica de antes, aquella que sonreía a cada rato con sus bromas y comportamiento de mimada. Nunca más, decidí que... era mejor esconder todo tipo de emociones y a si nadie me lastimaría.

Me decían que me había convertido en un demonio, durante estos dos años había cometido todo tipo de cosas desagradables que nunca pensé que haría matar, robar, pelear. Razones para no ser yo misma, solo esperaba que le agradara mi nueva y mejorada versión– pagué al conductor y salí del auto, definitivamente hoy mismo buscaría un auto. Mire la casa recordando mi juventud que viví dentro de ella, cosas buenas y malas pasaron pero deje a un lado - recorrí de pies a cabeza la casa, las paredes ya no era blancas, las flores de jardín estaban marchitas y sin atención, las cosas estaban movidas pero seguía siendo la misma, caminé a pasos firmes hacia la puerta, no me importaba si me echaba a empujones ,me lo merecía –toqué el timbre y esperé que alguien abriera, escuché pasos provenientes de adentro, me mordí el labio, una costumbre mía cuando estaba nerviosa, la puerta se abrió y dejo ver a un chico rubio, hermosos ojos llevaba una camiseta y sus shorts, vaya que había crecido mi amigo, el achino los ojos y me examino de pie a cabeza. Estaba confundido.

- ¿acaso te olvidaste de tu mejor amiga, Horan?- pregunté fingiendo estar dolida, sonrió abriendo aún más los ojos sin poder creer lo que veía, lo se mi amigo.

-¿Elena?- preguntó dudoso, le guiñe el ojo, sonrió – pero...Joder mujer, estas tan diferente que no te logre reconocer – me abrazó con alegría, me sentí incomoda pero se lo devolví, Niall era un chico tierno y a la vez rudo pero más tierno –después de tanto tiempo...-

-tú también cambiaste Niall, has crecido – nos separamos, sonrió aun examinándome, miré la puerta tratando de buscar a alguien más - ¿esta Louis? –pregunté, negó

-fue arreglar unos asuntos, ya sabes cómo es de testarudo – se encogió de hombros, asentí – pasa, esta es tu casa –metí mi maleta detrás de mí, por dentro debía decir que estaba tal como lo había dejado, los cuadros, la mesa, el living.

Diablos, todo estaba en su mismo lugar, hombres– y... entonces ¿Dónde estuviste?-quiso saber sentándose a mi lado –

-Paris – admití, que ganaba con mentir, ya no regresaría más ahí, asintió, me ayudo con la maleta subiendo hasta la puerta de mi cuarto, nos mantuvimos en un silencio incomodo lo vi incomodo, tal vez era por mi fría manera de contestar, debía acostumbrarse - ¿Por qué no acompañaste a Louis ?- lo vi

- él dijo que no necesitaba que nadie lo acompañara – respondió mirando sus manos, entre al cuarto, pero él se quedó en la puerta

-Tu sabes lo cabeza dura que es él, no debiste – lo regañe parándome

- yo recibo ordenes de él- sin más se fue

Buen punto, después de todo Niall tenía razón.

Limpié lo asqueroso que estaba, guarde en una caja mi ropa vieja, libros, cuando estaba a punto de cerrarla vi a lo lejos un cuadro de los dos, me paso una corriente eléctrica en todo mi cuerpo estremeciéndome, saque la foto del cuadro y lo rompí en pedacitos con furia, todo era culpa de él, el desgraciado posiblemente aun trabajaba con Louis y posiblemente vivía aquí, me dio nauseas de pensar en la idea.

Escuche autos estacionarse frente la casa, mire por la ventana encontrándome con dos autos de la mejor marca eran preciosos, pero no de las personas que estaban dentro, escuché sus conversaciones dentro de la cocina, baje hasta recostarme en una esquina de la entrada viéndolos hasta que notaran mi presencia, Louis había cambiado demasiado en su aspecto físico, mucho más rudo y fuerte, todo un chico malo.

Mi vista se fue a los demás chicos, me imagine que ellos serían sus hombres de mi hermano, el primero que alzó la vista fue Liam, le sonreí descaradamente, padeció, el ya no tenía esos adorables rizos así que perdió su encanto por el cual me había enamorado.

- Elena...- murmuró, vaya que me había reconocido sin mi aspecto de boba chiquilla con una coleta en el cabello, sonreí, una sonrisa tan falsa porque yo había olvidado ese sentimiento. Las cabezas de todos se dirigieron hacia mí, Louis se quedó en su misma posición sin girar.

- tanto tiempo Liam – me admiro de pies a cabeza, agradecí de haberme cambiado a algo más decente– hola – mire a los chicos, ellos tragaron duro, mire a Louis quien tenía los ojos literalmente abiertos y con la mandíbula endurecida. Mierda

- quien eres y que hiciste con mi Elena- me vio, le sonreí

- yo también te extrañe hermano – hable burlona

- salgan todos de la casa, ahora! – gritó, asintieron y se fueron incluido Liam quien seguía en shock, terminaron de salir de la puerta y comenzó – ¿crees que puedes venir asi de nada y pretender que todo esté bien?!

- Ya lo hice ¿no?

- No juegues conmigo – se acercó más con unas ganas de querer matar al primero que aparezca, vaya que me sorprendió - ¿a dónde mierda te fuiste?! ¡Estos dos putos años te estuve buscando como un idiota pensando que estabas muerta! - rodé los ojos, abrí el refrigerador y saque jugo

-eres un exagerado Tommo, estoy viva a demás nadie te pidió que me buscaras –tome un sorbo del jugo, lo vi sobre el vaso votando humos literalmente, creo que me había pasado de la raya, él no tenía la culpa después de todo.

-solo.... Ahg ... –lo interrumpí antes que se fuera

- lo siento, ¿sí? –lo abrace por la espalda poco después escuche un suspiro, él era mi única familia y no podía estar amarga con él, lo siento, pero mi hermano es mi debilidad

-me asusté de jamás volverte a ver, fuiste mala – dijo – mala chica – volví a decirle que lo sentía mucho - solo... no vuelvas a escapar me oyes -asentí- te extrañé hermana-

-también yo, todos los días Tommo-

- todavía no me has dicho porque te fuiste sin decir nada-

-No me preguntes Lui, te lo diré cuando esté lista por ahora solo piensa que quise conocer otros rumbos, estaba aburrida de estar aquí, encerrada... –

-Si espere dos años podre aceptarlo, tan solo espero que sea una buena razón porque no podría perdonarte, dejaste a Liam destrozado pero el sí dijo a donde se iría – lo solté y él se fue sin voltearme a ver.

Después de todo no había sido la única con el corazón roto pero el dolor solo yo lo podría recordar.

-si quieres que te perdone mucho más rápido necesito que hagas un trabajo para mí - escuche desde al fondo

No dude en acercarme-

- ¿estas dispuesta en todo? – no quiso que entrara a su despacho

-averigüémoslo- hice un lado su mano

Misión: Matar a Harry Styles - TERMINADO-Where stories live. Discover now