3. Mensajes de texto

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Le tomó alrededor de dos minutos a Giorno recapacitar sobre lo que había hecho. Poco a poco fue sintiendo cómo sus mejillas se tornaban de color rojo con un leve ardor.

«¿Qué mierda acabo de hacer?» —pensó. 

Sus temblorosas manos lograron volver a tomar el celular que, para su desgracia, había quedado desbloqueado; esto solo significó que cuando Mista le respondió el mensaje, se marcó el visto automáticamente.

Desesperación.

Definitivamente no quería dar esa impresión. Cerró los ojos, frunciendo el ceño. ¿Por qué le preocupaba darle una buena impresión? Después de todo lo que había sufrido esos últimos días, era estúpido encontrarse al borde del colapso por algo tan básico. Es decir, cualquiera podría coincidir en que leer un mensaje al segundo de haberlo recibido es una tragedia; así mismo, esto significa que a mucha gente ya le ha pasado, y que era innecesario martirizarse por ello.

Sin poder deshacerse del miedo, fue levantando de a poco uno un solo párpado para leer qué es lo que había respondido el muchacho que protagonizaba el caos interno de Giorno:

*Chat de Whatsapp*

Guido Mista
En línea

¡Hey!¡Hola! :)

¿Quién eres?

Suspiró aliviado. Tranquilamente podría decir que es un número equivocado y se ahorraba el tener que dar explicaciones o inventar alguna excusa; eso podría servir, si no fuera porque Guido guardó el número haciendo que se revele la foto del joven de cabello claro. 

«Mierda, mierda, mierda.» —pensó.

Ya era tarde para cualquier alternativa que pudiera evitar una vergüenza mayor, ahora que conocía su identidad había un sin fin de posibilidades de respuestas por parte del azabache. Sin embargo, dentro de toda la paleta de opciones, al parecer se decidió por una de las más frías y dolientes:

Ah, eres tú, Giorno.

El joven de cabello rubio sintió un escalofrío que lo recorrió de pies a cabeza. Se supone que eso no tenía que parecerle trágico, pero... rayos, esperaba una reacción más amable. Aun así, no iba a dar el brazo a torcer tan fácilmente, por lo que maquinó una respuesta más acorde a la fría actitud de Mista:

Ah, me descubriste, jajaja.

Eso no sonaba para nada cortante, es más, hasta parecía ridículo. Giorno realmente hubiera deseado no quedar como un estúpido, pero... era inevitable. Nuevamente, Mista le devolvió una cachetada de realidad hecha mensaje:

¿Qué quieres?

Giorno tragó saliva. No es que estuviera esperando un mensaje lleno de corazoncitos, pero pensó que podía ser un poco más amigable después de que se las apañó para conseguir su número. Se llevó una mano hacia la frente y se tiró el cabello hacia atrás; la conversación no tenía pies ni cabeza y no quería seguir así.

No tienes que ser así conmigo, somos amigos.

O al menos en el fondo de sus entrañas eso quería creer. Desgraciadamente, parecía que Guido no tenía ningún interés en socializar con el nuevo integrante de la banda.

No me has entendido, ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué estas buscando?

No era un gran avance. Había logrado que hable un poco más, pero era evidente que no quería que aquella conversación se extendiera más.

Una luz de recapacitación descendió sobre su cabeza. Paró en seco y se dio cuenta de que:

1. Le había hablado a Mista.
2. No sabía para qué le había escrito.

Sentía que su cara volvía a tomar ese color rojizo que ya comenzaba a detestar. Pero no tenía tiempo para pensar en el odio hacia esos estímulos que lo hacían sentir débil; tenía que elaborar una pequeña mentira.

Ah, es que...quería saber que tan grande era la habitación que voy a tener en el departamento, así veo que puedo llevar y que cosas tengo que dejar guardadas aquí.

En su opinión, se había lucido con la improvisación.

Esta vez, el mensaje de Mista se demoró más en llegar. En ese momento, Giorno se asustó un poco; por algún motivo le causaba cierto temor haberle dado esa mala impresión. Para su suerte, le demostró que no había nada de qué preocuparse.

Vas a compartir habitación conmigo, ya te hice espacio en una mitad; la del lado de la ventana porque a mi me gusta el lado de la pared. No es muy grande pero te acostumbrarás.

Una sensación de felicidad invadió el cuerpo de Giorno a tal punto de sacarle una pequeña sonrisa. Podría ver aquellos ojos todos los días si así lo deseara, pero ¿Realmente lo deseaba?
No quería apresurarse, pero podría darse el lujo personal de admitir que le fascinaban, de cierta forma, los ojos de ese muchacho; pero solo su mirada, eso, así como uno puede disfrutar de ver un atardecer o sentir el aroma de las flores.

Era evidente que su humor había cambiado desde que había iniciado la conversación, pero no podía exponerse de esa manera. Optó por fingir, como viene haciendo desde hace extensos minutos, para no levantar ningún tipo de sospecha.

Es bueno saber eso, llevaré solo cosas personales y quizás mi escritorio. Disculpa por molestarte a estas horas, y gracias por la atención.

No hay problema. Nos vemos.

Hasta que al fin daba por finalizada la charla, ya que no había forma de responder a tal mensaje sin sonar insoportable. Podría, al fin, conservar un poco de la escasa dignidad que le quedaba.

Obsesión.

De cierta forma, Giorno se sentía aún más relajado después de haber tenido aquella charla con Guido. Si bien nunca había dejado de sentir aquella inseguridad de sentirse insistente, una cálida y suave sensación se escurrió por su cuerpo al acostarse en la cama a modo de descansar para el día de mudanza que le aguardaba. Solo llegó a pensar en que su día había mejorado en demasía, antes de quedar profundamente dormido.

...

Por otro lado, este no fue el caso del joven Mista, quién daba vueltas en la cama y se revolvía en sí mismo, sin poder conciliar el sueño. Ni siquiera el agua, la cena y el aire fresco habían podido aliviar la angustia que sentía. Sin embargo, la charla con Giorno hizo que haga caso omiso al hecho en sí y se concentrara en darle vueltas al asunto de la interacción con el desconocido. No es como si le hubiera gustado hablar con él, ya que se asustó bastante al notar que pudo conseguir su número sin habérselo preguntado a él. Quizás exageraba y resultaba ser, el rubio, un agradable compañero de cuarto que le daría un poco más de alegría a la estadía del lugar; después de todo, era el único en el pequeño ambiente que tenía una habitación para él solo. Recordó, entonces, la sonrisa de Giorno y la posibilidad de verlo todos los días a partir del próximo día; aquellos dorados cabellos y sus ojos aguamarina...

«¿Qué?» —ese repentino pensamiento intrusivo lo sacó de las casillas, dándose la cabeza contra la almohada de su cama.

Dio una media vuelta sobre el lecho y se quedó observando un punto fijo en el vacío ya despejado de la otra mitad de la habitación, sintiendo como una lágrima corría por su mejilla, y otra, y otra...

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N/a: Creo que me tardé un poco más en actualizar ahora jsjjsks, es que siento que si actualizo muy seguido quedo re densa y no se si eso es agradable o no.
Se viene salseo para los próximos capítulos (bah, igual me gustaría hacer una introducción a Mist4 como personaje para el próximo), mmMMmmM, si. ❤
Love y wenos deseos.

Estoy considerando alguna especie de especial navideño, o un one-shot, ahí lo pienso mejor. ~

...

Fecha de publicación original: 11/12/2018

Edición y corrección: 25/03/2024


¡EDITANDO! Si me miras así... (JJBA) -GioMis-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora