Nadie escucha

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   A veces siento que estoy a tres mil pies bajo tierra, y por más que grite y grite nadie escucha.
   Siento que en cualquier momento puedo perder la voz y arruinar mi única esperanza de salir de aquí.
   Me siento pequeñita, y siendo sincera, es lo que más quisiera. Estoy acurrucada, con la cabeza gacha, gritando por auxilio...pero nadie escucha.
   Y entonces, pierdo la voz. Y ya no hay fe de salir de allí.
   Nadie me escuchó, pero yo grité, lloré y maté por salir. Pero nadie escuchó.
    Y no sé si fue porque estaban todos sordos, o si se hacían los que no escuchaban; pero me dejaron sola y con miedo.
    Aunque, de ser honestos, no estuviera a tres mil pies bajo tierra y estuviera rodeada de gente, nadie me habría escuchado.
    No porque yo no gritará  si no porque no querían.
    Y ahora solo soy la chica que escribe a tres mil pies bajo la tierra porque aunque grite nadie escucha.

El día de hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora