Ahora me tengo a mi

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   Mi historia es parecida a la de muchas, y tan diferente a la vez.
   Esto no comenzó por el comentario de alguien más, si no por el mío. Fue el comentario de mis propios demonios .
   Yo sé que ellos jamás se irán,  se esconderán hasta que los deje de buscar, y será entonces cuando atacarán. Pero no se los voy a permitir.
   El odiarme ya no es algo que quiera. Me hice mucho daño. Deje que mi cabeza tuviera la idea errónea de perfección. Yo no era perfecta. Nadie lo es.
   Entonces aproveché mis defectos. No comía  pero nadie me obligaba, el frío solo era frío si yo quería y pensaba que nadie me entendía.
   Llego un punto sin retorno donde mis propios pensamientos me ahogaron. "Tengo todo bajo control". Era todo un descontrol.
   El problema era que, a pesar de haber encontrado salida, ya me había enamorado del laberinto. Fue entonces cuando me senté a varios metros de la salida y comencé a hacerme daño con las espinas de las rosas que crecían en las paredes del laberinto.
   Cuando encontré una rosa. Era tan hermosa, que no quise arrancarla. Y alce la vista; en la salida me esperaban.
   Y me enamoré, de algo que no era el laberinto.
   Decidí dejar todo atrás,  a unos metros estaba la gente que me quería; que me quería ver bien. Y salí de una vez por todas, me aferré a aquella mano que me espero del otro lado. No mire hacia atrás.
   Hoy, no digo que este bien. Es una batalla cada día. Pero ahora tengo algo por lo que luchar. Quizás tenga suerte, ahora tengo una estrategia.
   Si nunca los dejo de buscar posiblemente mis demonios se dormirán y podré andar feliz. O con mucho esfuerzo morirán esperando que deje de buscar.
   Lo que  no saben es que tengo un A's bajo la manga .
   Les digo adiós, porque ahora me tengo a mi.

El día de hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora