23 - Felicidad, incertidumbre e ira.

589 66 12
                                    


Ahora un poco de TaoRis, HunHan, SuLay, XiuChen, BaekYeol y KaiSoo. Oh, esperen... están todos.

¡APLAUSOS!

Las embestidas de Yifan no daban misericordia.

El implacable deseo lo recorría por completo deformando su conciencia, evitando que pensara con coherencia. De pronto, lo bueno era malo y lo malo estaba perfectamente bien, estaba yendo sin ninguna dirección. Solo se sumió en un profundo abismo sin retorno, en una caída libre hacia una fosa de placer.

El olor de su fuerte colonia, que se había puesto una hora antes para impresionar, ya se había desvanecido por el sudor que resbalaba por su piel. Sus poros destilaban gotas llenas de dicha, pero estaba muy ocupado concentrándose en el momento como para retirarlas.

Un calor maravilloso envolvió su pene y el resto de su cuerpo también fue devorado por la misma abrasadora temperatura, las llamas lo lamían como una secadora quema al cabello. Estaba en un deslumbrante éxtasis que hizo explotar su cabeza con pirotecnia, esos fuegos artificiales que veía detrás de sus parpados pronunciaban un nombre cada que se quemaban.

Tao, Tao, Tao, Tao...

Estaba respirando el mismo aire fresco que el chico debajo de él, compartía la misma cama e invadía las mismas sabanas, estaba conectado con él. Oh mi amigo, Yifan estaba más que feliz de que todos esos puntos se marcaran en su lista.

Unas manos se enredaron con desesperación en su cabello mientras reclamaba a la persona que se retorcía debajo del movimiento mecánico de su cuerpo. De alguna lado, entre el desorden de colchas, fundas de almohada y sabanas, se escuchaban gemidos desesperados.

Yifan le dejó marcas moradas, sobre su presa, que servían como estampas de pertenencia, ya que el chico le pertenecía a Yifan, solo a Yifan. Y este no estaba dispuesto a compartir lo que era suyo, no estaba dispuesto a compartir a su chico.

Por nada compartiría a Tao.

"¡Y-Yifan...!"

La temblorosa voz atravesó las barricadas que Yifan había puesto a su alrededor para encerrar las oleadas de placer que estaba experimentando y aunque sonaba débil y al borde del final, su nombre estaba atado a la lujuria.

Lo amaba, amaba cada vez que Tao abría su boca y gritaba su nombre. Le daba la sensación de poder que lo nutría y alimentaba, además de hacerlo sentirse deseado.

Porque jamás se había sentido de esa manera. Tao lo arañaba como si fuera algo que el menor necesitaba rasguñar, era un manjar por el cual Tao moriría sino lo probaba y tocaba.

La manera en la que ambos de movían era algo que Yifan no podía olvidar. Había estado dentro de tantas putas y había cogido más veces de las que había encestado la pelota (y Yifan siempre encestaba.) Pero aun así, esto era algo de lo que estaba seguro jamás tendría oportunidad de superar.

Tao era... especial. Tuvo una prueba de ello la primera vez que salió con él en la cita que habían acordado. Era la primera vez en toda su vida que alguien le tiraba el refresco en la cara y en público.

La cita había sido, en pocas palabras, un desastre. Constantemente estaban peleando y Tao, que pensaba con claridad, podía confrontar las opiniones de Yifan en ciertos aspectos.

Del refresco que chorreaba por su piel cuando fueron al café, a un fuerte golpe en su vientre mientras caminaban por el parque, Yifan jamás había pasado por una cita donde estuviera perdiendo el control de la situación.

The Demon Next Door (Mi vecino es un demonio) - KAISOO TRAD. ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora