Cap. 9

193 34 0
                                    

A la mañana siguiente Blake fue quien me despertó, o eso me encantaría decir, una hora antes había escuchado perfectamente a una de las gemelas quejarse a otra de que le había cogido una chaqueta o algo así y estuvieron discutiendo hasta que dejaron su habitación.

Para una de las pocas veces que conseguía dormir unas horitas del tirón.

–Cada día se te marcan más las ojeras –Comentó viendo como me levantaba y cogía cualquier cosa de la maleta que me negaba a desmontar.

–Eso es por que no duermo más de una hora desde hace días –Admití sin pensar metiéndome en el baño para lavarme la cara.

–Quieres que te espere una vez estés en la consulta? –Preguntó viendo como me secaba la cara con la camiseta que había utilizado para dormir.

–No lo sé –Respondí peinándome con las manos al no encontrar mi peine antes de ponerme otra camiseta.

Él apareció a mi lado con mi peine antes de que me diera cuenta y me peino aún sin haberlo pedido.

–Hoy es tu primer día, así que esperare –Comentó dejándome para que me pusiera el pantalón–. Y nos llevamos a la armería tú katana.

–Para que? –Pregunte rápidamente no queriendo guardarla en a saber donde.

–No vas a tener ningún arma en tu habitación –Respondió completamente rotundo.

–Pero es mi katana –Insistí saliendo del baño ya completamente vestido y calzado.

Blake ya tenía en sus manos mi katana.

–No voy a ceder sobre esto, tú habitación no es sitio para un arma –Cortó negando con la cabeza sujetándola con firmeza.

–Tienes miedo de que haga una locura? –Pregunté empezando a alterarme.

–He impedido que metas la mano en el fuego una vez, aunque no fuera a ser así permíteme apreciar lo suficiente tu vida como para no querer dormir con miedo –Respondió acercándose a mi manteniendo la calma que le caracterizaba en contraste conmigo.

Pero no pude negar lo que dijo, así que tuve que tragarme mis palabras y salir con él de mi habitación dispuestos a iniciar el día.

–Habéis descansado bien? –Preguntó Mar siendo con quién nos teníamos que reunir primero.

–Si –Afirmó Blake sin problema.

–Las gemelas suelen ser escandalosas siempre? –Dudé sin poder evitar bostezar.

Supongo que simplemente por el sueño tenía menos nervios, o pensaba menos con claridad para verme invadido por ellos.

–Un poco, pueden pasar de estar súper fáciles a gritarse en cualquier momento, así que no puedo prometerte nada –Contestó Mar sonriéndome como disculpa.

Encogí los hombros y simplemente dejé que nos guiara entre la gente que hacía el cambio de clase.

En mi pueblo nuestro instituto a penas tenía alumnos, éramos muy pocos y prácticamente las clases estaban contadas, aquí sin embargo hasta personas mayores que yo asistían a clases aún para la especialización, yo al terminar los estudios obligatorios simplemente dejé todo y me centré únicamente en hacer misiones.

Tampoco es que donde vivía se impartieran las especializaciones.

–El acceso a las clases y a las especializaciones está abierto a todo el mundo, si queréis retomar vuestro estudios podéis hacerlo cuando queráis desde donde los dejasteis –Explicó Mar seguramente notando como me quedaba mirando una clase de chavales seguramente de mi edad–, el horario de inicio de las clases es de 8 a 2 y de 4 a 6 de la tarde, así que en esas horas si vais al gimnasio seguramente coincidáis con alguna clase en entrenamiento.

Llegada (Yaoi/BL)Onde histórias criam vida. Descubra agora