ᴊᴜsᴛ ɢɪᴠᴇ ᴍᴇ ᴀ ʀᴇᴀsᴏɴ ✿ ᴀʀɪsᴛᴇᴍᴏ

18

Día 2
09:30 am

Aristoteles

Hay que hacer las cosas bien, hay que hacer las cosas bien. Me vengó repitiendo eso desde que salí de la casa. Me armó de valor y al fin bajo del auto tocando el timbre.

—Buenas tardes señora,—saludo a la mamá de Mónica apenas abre la puerta, esta me mira sorprendida. —¿esta su hija?

—Aristoteles no pensé que vendrías.

—Mónica fue muy importante para mi y se que mis acciones la lastimaron pero... si me hubiera casado con ella las cosas nunca habrían funcionado.

Y valla que todo hubiera sido peor, no concordaríamos en nada y me pasaría la vida pensando en Cuauhtémoc, no me lo merezco, el no se lo merece y ella tampoco se lo merece.

—Siempre supe que las cosas terminarían así— suspira mirando hacia él interior de la casa —Lo supe al verte con ese joven.

—¿Disculpe?— la miro confundido, al parecer todos saben mis motivos.

—Cuauhtémoc Lopez ¿no?— asiento aun algo constipado de que ella lo conozca, —es un gran chico, lo conoci en un viaje a Toluca. Su tia Candela tiene un spa y él estaba con ella. En fin te dejó para que hables con ella, esta en él patio.

Señala la puerta corrediza y antes de que me arrepienta de estar aqui me despido y salgo al jardín.

Esta sentada de espaldas, su mirada esta fija en él cielo.

—Viniste— murmura sin voltearse, —¿Te arrepentiste?

Si esto no fuera un momento serio me asustaria de que sea capaz de reconocerme sin girarse a verme.

—Hola Mónica ¿como estas?— decido pasar por alto su pregunta, al menos para sentirme menos culpable.

—¿Como quieres que este? Después de semejante humillación,— suelta una amarga risa y por primera vez la veo, sus ojos reflejan ira y tristeza. ¿Como es eso posible? —¿sabes? Puedo entender que me plantaras por una mujer mas hermosa que yo, pero... ¿un hombre?— su mirada se llena de humillación, —Definitivamente no tienes idea el gran golpe que le diste a mi ego.

—Nunca quize lastimarte.

—Entonces si no querías lastimarme, ¿porque te fuiste?— esperaba esta reacción de su parte, me esta recriminando.

—Porque no podía mentirme más, no era justo ni para ti ni para mi.

—Entonces viste que lo justo era plantarme delante de todos— suelta irónica.

—Se que no hice las cosas como debería pero, también se que si hubiera continuado con él tiempo igual me terminarías odiando.

—Solo contestame algo, ¿de verdad estas tan enamorado de él?— veo su dolor, al realizar la pregunta pero me esta pidiendo sinceridad y sinceridad le daré.

—Si, de verdad lo siento— vuelvo a lamentarme. —No me arrepiento de lo que siento, solo de haber hecho las cosas tan mal y no decirte desde que lo volví a ver que lo nuestro nunca funcionaria.