Prologo.

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Estaba allí parado sin saber cómo reaccionar sintiendo que el tiempo se detenía frente a sus ojos mientras un dolor en el pecho que incrementaba a cada segundo lo atosigaba, un ambiente tan pesado que bien caía sobre sus hombros casi como si se tratara de un mal cliché de película y finalizando con la cara de horror de su contrario parta completar; sus ojos azules de un cielo de primavera ahora eran una tormenta que turbia lo miraban esperando el huracán que acabaría con todo a su paso y fue justo allí el inicio del fin, cuando sintió un cosquilleo en su garganta, un asqueroso cosquilleo que quemaba.

Lo supo, estaba jodido.

Connor Murphy estaba jodido a sus diecisiete años.

Solo pudo huir con el ceño fruncido y la rabia del momento, huir como el cobarde que desde siempre ha sido, arrugando entre sus manos esa maldita hoja de papel que había escrito Hansen segundos atrás, que bien para muchos no era más que una indefensa y estúpida cartas de un niño de High School sin embargo en las manos de Murphy aquel simple pedazo de papel quemaba; se maldijo por ser tan idiota y quizá tener la vaga esperanza de que aquello hubiera salido bien, que Evan fuera su última oportunidad para levantarse un día más, casi como un oasis en su propio desierto. Pero no fue así.

La sangre le corría por las venas, tan caliente y tibia junto con el sentimiento de celos que iba en aumento hacia su hermana y prevalecía como desde que tiene memoria, aquel sentimiento que no hacía más que poco a poco lo consumirlo, de cierta manera se sentía culpable, no tenían la culpa; ni Evan ni siquiera la mismísima Zoe tenían la culpa.

Entonces fue allí, cuando su garganta se secó, el cosquilleo se volvió insoportable y tras una tos seca y molesta entre sangre vio como en sus manos se resbalan pequeños pétalos color negro, aquel momento en que su rostro se llenó de sorpresa y un terror asqueroso inundó su pecho.

Mierda, ¿estaba destinado a morir por una pequeñez como un mal de amores?

Quería gritar tan fuerte y desgarrar su garganta, golpear con todas sus fuerzas hasta sangrar sus manos o incluso drogarse y no recordar nada, pero en su lugar solo estuvo esa tos seca que raspaba su garganta hasta que pensamientos color negro salieron de su garganta, entintados de sangre y saliva.

Era asqueroso.

-Mierda... - soltó al aire mientras con la manga de su chamarra limpiaba la sangre que resbalaba de su clavícula, la mueca de repulsión se hizo presente junto con las gotas carmín que manchaban sus ropas y sin previo aviso, sintiendo como el mundo se desboronaba frente a sus ojos comenzó a romper en llanto, volvía a sentirse como un niño pequeño, solo que en esta ocasión sabía que su madre no lo consolaría ni curaría sus moretones y rapones, en esta ocasión estaba solo a la mitad de la nada mientras se ahogaba en su melancolía.

Después de todo su familia no era ajena a esa extraña enfermedad de la cual ni siquiera se había tomado la molestia de recordar el nombre; los Murphy la habían heredado de generación en generación, así que él sabía lo que venía a continuación. Y se negaba rotundamente a ello.

Creyó en un vago intento que aquella carcasa que había creado con los años lo salvaría de ser infectado con un mal de amores; si se alejaba de todos y se mantenía al margen no corría el riesgo de enamorarse ¿Cierto? ¡Pues no!

Había sido todo tan cliché, que incluso podría caer en la categoría de irrelevante, es más dudaba que el mismísimo Evan Hansen siquiera recordara las cosas tal cual; solo habían sido un par de palabras, nada relevante ni siquiera el tomo la atención necesaria y es que en el momento no parecía interesante, la voz de Evan le había parecido tan corriente y su titubear solo lo hacía perder el interés además de sus manos sudorosas y sus movimientos torpes que eran un claro reflejo de sus nervios, lo que menos quería era pasar más tiempo con el muchacho, pero fue en el momento que levanto la mirada que su opinión cambio. Si intentaba hacer memoria en su estancia en el colegio jamás había visto que aquel chico despegara su vista del suelo, su mirada siempre estaba gacha al igual que sus manos escondidas e inquietas como si no fuera capaz de saber qué hacer con estas; pero sus ojos, esos siempre parecían ocultos bajo esos mechones castaños y fue en ese momento que pudo ver aquellos orbes azules y solitarias que al igual que las propias decían mil palabras escondidas y secretos tan bien guardados que no fue capaz de decir más antes de fruncir el ceño y dejar tras de sí al muchacho temblaba en aquel ambiente denso que él mismo había creado, solo fue capaz de morder su labio inferior mientras internamente se golpeaba por su propia idiotez.

Y aquel recuerdo que prevalecía en su memoria que en momentos bien parecía un Deja-Vu a que las cosas podrían ser mejor, ahora solo lo atormentaba, le dolía en el pecho el ser tan jodidamente ingenuo.

Se negaba a una muerte lenta y dolorosa, la agonía de inundarse en celos y sentir que día a día tu mundo se desborona frente a ti mientras las ramas de las flores infectan tus pulmones, que el nudo en la garganta poco a poco se conviertan en más flores que hace imposible respirar, a que su lecho de muerte no fuera más que un montón de flores color negro y moretones por culpa del dolor que le causaba ver a ese muchacho castaño claro y tez clara que se entintaba con pequeñas manchas en forma de pecas, lo imaginaba tomando torpemente la mano de su hermana y aquella simple idea le revolvía el estómago... Pero sobre todo aquello lo que más le asqueada era el hecho de pensar que le tendrían lástima, que después de su muerte todo el mundo hablaría de él como si de una celebridad se tratase y con una lástima tan hipócrita solo por falsa "cordialidad", a sabiendas que después de todo el chico rudo y desalmado murió por culpa de un corazón roto.

No, no se dejaría caer tan bajo.

Vio entre sus manos los pensamientos negros, recordó haber escuchado como una vaga coincidencia que esa flor tan peculiar tenía como significado: "no me olvides".

Qué ironía, que el recordar seria su condena y olvidar un deseo imposible.

゜・。。・゜゜・。。・゜゜・。。・゜

Pues me resistí pero los musicales me absorbieron y mi cuerpo me pedía escribir algo de este par qué son la cosa más linda que existe 💖
Además a pesar de la temática no esperen solo dolor y sufrimiento~

Bueno espero que les guste e intentaré ser puntal con las a tualizaciones ahora que si puedo <"3

Sin más me despido, bye bye

Pensamientos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora