10. De las últimas paradas

740 52 13
                                    

Maratón, parte 4

Perdón por un nuevo retraso jeje, el estudio. 

A ver si os gusta, y me despido hasta mañana, con el maratón final de #Destrózame y, en consecuencia, de mis novelas Almaia. Lo siento, pero la vida es así jeje❤ (que conste que no me quiero despedir de los peques, pero la vida tiene que seguir)

Os cuero<3

_________

Se podría decir que la vida es un viaje. De ida y vuelta.

Un viaje que los humanos creemos que es una carrera, la de ser el mejor, el mejor trabajador, el que tenga más seguidores en redes, el mejor amigo, el mejor novio, marido, hijo o hermano.

Una carrera que nunca tiene meta.

Pero es que sólo los que se lo toman más como un viaje sin destino que como una carrera sin meta eran los que disfrutaban de verdad de aquellas pequeñas cosas que ningún corredor vería nunca.

Eso lo aprendió Alfred en ese viaje en el cuál, caminando sobre una cuerda floja que poco a poco iba perdiendo los hilos que los componían, la vida se pasaba a su alrededor. Desde dentro, era una completa aventura, y desde fuera, era dolor, paz, era sufrimiento de todos los que estaban cerca suyo.

Ahora hacía un tour por todas esas ciudades sobre las que escribió alguna vez, sobre las que compuso, sobre las que siempre quiso cantar, de algunas más que de otras.

Londres con sus luces grises y su Trafalgar Square, Madrid, Nerea y los teatros, Sevilla y Barcelona.

Todo eso, y más.

Porque el mundo era demasiado pequeño para sus deseos, para albergar toda la magia que el tenía dentro. Porque no le bastaba, porque siempre quería rebosar del recipiente.

Hoy, Alfred sigue viajando por el mundo, si que viéndola a ella en cada parada de metro, en cada esquina, y sigue escuchando a Caballé y Freddie cantando esa canción sin fin que lleva el nombre de la ciudad de todas sus preguntas, de todas sus respuestas.

Y ahora, Alfred está en sus últimas paradas, en esas últimas paradas de su vuelta al mundo personal, aunque le quedaba mucha gente a la que gritarle 'te quiero'.

La nave en la que se transportaba frenó en nueva oscuridad.

Vinyet.

Estaba fuera y en su mundo particular, en el de los dos.

Vinyet estaba durmiendo en su playa, en la de su imaginación.

Alfred no concebía existencia sin esa pequeña que sonreía y bailaba despacio en sus brazos al escuchar Tu Canción. La que se dormía escuchando City of Stars.

La que iba a anunciar la presencia de Et vull veure en el disco.

Nada de eso terminó pasando.

Alfred caminó directo a la cuna de su pequeña prima, y ella abrió sus expresivos ojos castaños y con filos verdes, atravesando esa inmensidad avellana y ocultos tras los mechones rubios.

- Tete - sonríe y achica los ojos, como hacía siempre Alfred, como hacían ambos cuando se miraban, cómplices.

- Petita - la coge en brazos y la estrecha contra él. Es lo más parecido a una hija que tendrá nunca y él es consciente.

- ¿Puedo irme contigo? - sus ojos hablan más que todo en ella.

- ¿A dónde?

- A donde te estás yendo ahora. Tus papás dicen que te estás yendo.

Y era cierto. No sabía como, pero es cierto.

- No puedo dejar que lo hagas, Vinyet - Alfred acaricia su rostro blanco - porque tienes la vida por delante, y no vas a desaprovecharla por estar conmigo, por venirte conmigo. No te lo mereces, tú no, mi petita.

- Contigo. Vivir contigo. No sin ti - posa su manita sobre el pecho del chico y llora. Como una niña abandonada a la que nunca le va a faltar amor.

Se abrazaron. La niña se durmió en su pecho, y él, tras sonreír observando su carita de ángel, la vuelve a acostar en su cuna, y cierra la puerta invisible que los separaría para siempre.

Escucha su sollozo apagado cuando cierra la puerta.

Ya estaba en las últimas paradas de su viaje, y él era consciente.

Y sí.

La primera estaba en Terrassa.

___

#DestrózameFIN

Destrózame (Almaia)Where stories live. Discover now