Eran las ocho de la mañana y las chicas llegaban todas juntas al piso de Elisa, riendo y recordando toda lo ocurrido en la noche. Fuero a una de las mejores discotecas y bailaron y bebieron hasta que no pudieron mas, además de ligar con todos los chicos que conocían.
-¿Alguien quiere un café? –Elisa estaba en la cocina preparando la cafetera –Si no, tambien tengo te, colacao, zumo
-Yo prefiero café –Ana se sentó en el sofá quitándose los zapatos –Necesito cafeína
-Yo tambien –Elena se sentó en el otro sillón –nada como un café para recuperar energías
A las diez de la mañana después de que las chicas se marcharan con un café en el cuerpo, Elisa se metió a la ducha y se relajo bajo el agua caliente, pensando en todo lo que había ocurrido desde que regreso. Después se puso el pijama y se tumbo en la cama, por suerte hoy no tenia que trabajar, con el evento de anoche se dejo preparado el cierre para hoy.
El teléfono comenzó a sonar y Elisa rodó por la cama colocándose una mano en la cabeza, ¿Quién diablos la estaría llamando?, rodó de nuevo hacia el otro lado y miro el despertador, eran las tres de la tarde, solo había dormido cuatro horas.
-¿Diga?-Contesto de mala gana, sin siquiera mirar quien la estaba llamando
-Elisa, siento molestarte,-Era David –veras tenemos una reunión muy importante. Nos acaban de avisar que el directivo de una de las mejores agencias de publicidad, nos propone la posibilidad de un contrato para usar a nuestras modelos en sus trabajos.
-Esta bien, ¿a que hora es la reunión? –No podía creerlo, ni siquiera la iban a dejar descansar tranquila un día, solo pedía un miserable día
-A las cinco, en la oficina –Elisa solo emitió un ruido de voz para asentir -¿Te duele mucho la cabeza?
-No, que va, -escucho la risa de David –Bueno no te preocupes nos veremos a las cinco, solo dile a tu querido amigo que hoy no tengo ganas de aguantarle, así que mejor que se mantenga a distancia.
Elisa busco en su vestidor que ponerse, era una reunión importante así, que tenia que escoger la ropa apropiada. Decidió ponerse una falda corta negra, con una camiseta blanca y unos tacones a juego con esta. Después recogió su pelo dejando parte suelto y se maquillo de manera sutil, resaltando sus ojos y dando brillo a sus labios.
A las cinco en punto, Ángel y David estaban recibiendo a su futuro socio, si es que llevaban a cabo el contrato tal y como ellos deseaban.
-Buenas tardes, yo soy Ángel y mi compañero aquí presente David –todos se dieron las manos
-Falta alguien ¿no es cierto? –Ángel y David se sorprendieron ante las palabras de su invitado
-Si, mi esposa ¿Cómo lo sabe? – El miro a su amigo y este encogió los hombros
