8

6.7K 1K 48
                                    


Mi esposo no era un chico feo, aunque su cara se veía lamentable la mayor parte del tiempo; a veces lograba sonreír y se veía hermoso. Además de que olía muy dulce, a vainilla.

Su cabello castaño claro estaba ligeramente ondulado, sus labios tenían forma de corazón, pómulos pronunciado, de huesos delgados, pero su verdadero encantó eran esos hoyuelos que se formaban cuando sonría.

Lo tomé entre mis brazos y lo cargué hasta la habitación puesto que se había quedado dormido en el sillón de la sala, su cuerpo era demasiado liviano y delgado, a pesar de ser un omega varón tenía algunas curvas. Lo dejé en su cama y lo cubrí con unas sabanas delgadas, cerré las ventanas y después de desearle buenas noches miré mi propia cama.

Tenía un nudo en el estómago cuando me acosté a dormir en mi cama, por lo que me costó cerrar los ojos y me quedé viendo el techo blanco, ¿Y si no funcionaba?, si no lograba que se enamorará de mí. Él era un omega al que le había hecho mucho daño y que estaba enamorado de alguien más. Ni siquiera conocía al tal Yoongi, así que no tenía idea de a que me estaba enfrentando.

No sé nada del amor real después de todo. Lo que sé lo que he visto retratado en dramas y películas; en pocas palabras, puta fantasía. ¿Cómo puede alguien que ya le juro amor a alguien enamorarse de otra persona?

Iba a lanzarme a una batalla imposible de ganar, sin escudo, ni una espada.

Y si no salía como quería, yo iba a ser él que iba salir lastimado. La idea me daba miedo.

A la mañana siguiente fui por un vaso de agua a la cocina y regresé rápido al baño. Entré y puse el vaso en el lavamanos.

—No creo que sea un simple dolor de estómago —le dije justo cuando Hoseok volvió a vomitar.

Él se limpió la boca: —yo tampoco lo creó, de verdad que me siento muy mal —le di el agua y bebió—. Tengo miedo, si estoy embarazado y no es de Yoongi, no sé qué voy a hacer.

—Ya te dije que no te obligaré a tener un hijo mío, te conseguiré una buena clínica.

Por supuesto, si era mío y al final decía abortar me dolería, pero prefería eso a verlo odiarme aún más. Pero también estaba esa posibilidad de que fuera de Yoongi, entonces no sabría que sentir.

—No creo que tu madre este de acuerdo y ella es... da miedo.

Sonreí de acuerdo con él, mi madre era dura y cruel. Tanto que amaba más a mi nana.

—Lo sé, pero ella no se tiene que enterar. Esto es algo sólo entre tu y yo.

—Gracias eres tan bueno y amable.

—Sólo hago lo que puedo, ¿Quieres más agua?

—Sí por favor. Por cierto, gracias por cargarme ayer hasta mi cama.

—De nada.

Sonreí pasando mi mano por su cabello provocándole un ligero sonrojo.

Después de la escuela, regresé a casa con Jungkook y Jongdae, ambos corrieron hacia al baño para cambiarse con sus trajes de baño y yo fui a la cocina por una botella y refrescos.

—No vayan a tomar mucho —advirtió mi nana—. Tampoco se atrevan a vomitar en la alberca.

Las demás cocineras rieron por su broma, no tan broma de mal gusto, yo me uní a ellas. Teníamos antecedentes que no quería recordar, de nosotros siendo un desastre cuando se trata de alcohol. Al final era nana quien salvaba el día arreglando nuestros desastres y bajándonos la borrachera.

Después de servir unas copas fui a cambiarme y cuando regrese mis amigos ya estaban haciendo una competencia de carreras. Donde Jungkook resultaba ganador la mayoría de las veces. Y Jongdae era un mal perdedor.

Preferí acostarme en la tumbona, dorarme por el sol y verlos pelear.

—No creí que usaran la alberca —escuche a Hoseok, cuando se unió a mi lado para ver la carrera de mis amigos—. Desde que llegue nunca la habían usado, hasta pensé que estaba prohibido.

—No, para nada, no lo está puedes usarla cuando quieras —comente mirándolo de arriba a abajo, se había cambiado el uniforme por una bermudas coloridas y una camisa blanca—, es toda tuya y puedes invitar a tus amigos siempre y cuando no hagan destrosos.

Él sonrió sinceramente.

—Pues muchas gracias.

Parecía que quería retirarse.

—¿No quieres quedarte un rato con nosotros? —ofrecí, entonces Hoseok me miro.

De verdad me miró. Recorrió mi cuerpo de arriba a abajo y fue su turno para sonrojarse. Entonces negó y se fue.

Esa era mi señal, la oportunidad. Una patada que me decía aviéntate y ve por todo.

Tal vez hacer que se enamorará de mí no era tan imposible.

Estar conmigo sólo te hace llorar - VHOPE, FINALIZADOWhere stories live. Discover now