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Llegué a mi casa y todo era completamente aburrido. Mi actitud luego de leer ese libro había cambiado, bueno, primeramente, había sido más abierta, hasta que Edward se alejó de nosotras, desde ahí empecé a ser un poco más melancólica, bueno, no sé si llamarle así, pero si un poco callada y desanimada. Me afectaba que él no estuviera conmigo, conmigo y con Abbie.

Luego de un rato, más o menos a las 3 pm sonó el timbre de mi casa, bajé y era Abbie, como habíamos quedado en que viniese a mi casa a pasar la tarde, teníamos planeado hacer las mismas cosas que la vez pasada. Pileta. Pizza. Películas.

- ¡Hola! ¿Me extrañarte querida parte del cielo? – preguntó abrazándome

- Algo – sonreí – Pasa

- ¿Qué haremos primero?

- Pileta – sugerí

- Bueno, iremos a cambiarnos porque ahorita el clima está per-fect – dijo y nos fuimos

Me había puesto lo mismo, el mismo traje de baño color celeste pero esta vez Abbie vino preparada con su traje de baño "preferido", según ella.

- Bueno, ¿de qué quieres hablar? – pregunté

- No lo sé, cuéntame, ¿has hablado con Edward? – enarcó una ceja

- Seguro, escribimos todos los días – comenté sarcástica

- Mente positiva, amiga – rió golpeando mi hombro

- Mira, no sé si esto es bonito de hablar, ya sé, me gusta, pero si no está aquí ¿de qué vale? – me encogí de hombros

- Amiga, yo sé que se va a arreglar todo – esta vez enarqué las cejas yo – Soy Abbie, sé todo – dijo riendo

- Mira, muchas veces tú me asustas y mucho – dije abriendo los ojos

Sonó el timbre de mi casa.

- ¿Esperabas a alguien? – preguntó Abbie confundida

- No, a no ser que sea mi padre – encogí los hombros y salí

Salí de la pileta, me puse un lindo camisón que mi padre me había comprado para usar luego de la pileta y fui directo a la puerta.

- Hola Avril – sonrió

- ¿Qué haces aquí? – respondí preguntando un poco grosera, pero a la vez no podía esconder mi emoción

- Abbie me invitó – dijo nervioso

- Abbie... – susurré

- ¿Qué? – preguntó Edward

- Nada, pasa – dije

- ¿Qué hacían? – preguntó

- Estábamos en la pileta, ¿quieres venir? – sugerí apuntando hacia el patio de mi casa

- Claro, Abbie me avisó de esto – sonrió

Le mostré donde se encontraba el baño, luego le dije que se vaya donde estuvimos la vez que charlamos en la cena, asintió y fui a la pileta.

- ¡Eres una perra! – le grité mojándole, luego de haber saltado de un chapuzón al agua

- ¿Con que ahora no le haces caso a tu papi? – preguntó burlándose

- ¿Cuándo hiciste esto? – exigí saber

- Cuando menos lo esperas – me guiñó el ojo

- No pudiste... – dije

- Le escribí y le pedí encarecidamente que viniera – abrí la boca de asombró y siguió – Yo sé que me amas con todo tu corazón – dijo abrazándome

- Estamos en una pileta que tiene agua y estamos mojadas, es incómodo – la aparté de mí

- Cierto – dijo y se alejó – ¿Cómo vino? – curioseó

- En auto, supongo – me encogí de hombros

- Vestido – rodó los ojos

- Con ropa, dah – dije y reímos, luego miró por encima de mis hombros y dijo:

- Wow chicuela, miraa tu príncipe – comentó silbando bajito

Insecure © (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora