C A P í T U L O 17

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Cuando llegaron a la habitación, el mayor dejó al pecoso encima de la cama mientras se quitaba la camiseta. Ace se puso boca abajo, pero el rubio le dio la vuelta y le susurró:

-Así, quiero verte.

Ambos estaban sudados. Sus pieles resbalaban y quemaban con cada contacto que tenían. Estaban muy nerviosos. Marco se acercó con cuidado a su novio. Le besó lentamente, pasó su lengua por sus labios y absorbió un poco de aire de la boca de Ace. Le desabrochó el cinturón mientras, lentamente y le bajó los pantalones. Se colocó encima de él, acariciando su espalda desnuda con una mano mientras con la otra se sostenía para no aplastar al menor. La mano de la espalda fue bajando lentamente hasta el borde de su ropa interior y la bajó con cuidado. Ace respiraba muy fuerte, y Marco temblaba. Le agarró del trasero ahora con las dos manos y le levantó un poco, haciendo que el pecoso quedara encima de su cabeza. El rubio fue dejando besos por todo su pecho. Levantó la cabeza y vio a Ace totalmente sonrojado, respirando por la boca como un desquiciado.

-Tranquilo, amor. No te pongas nervioso. - le sonrió cálidamente. Continuó bajando hasta llegar a la intimidad del pecoso. Este último dio un grito ahogado en cuando sintió las manos del mayor encima. Comenzó un viavén, arriba y abajo. Después lamió desde abajo hasta arriba, haciendo que el menor temblara más. - Ace, mírame - él le miró. - ¿Estás bien? - el menor solo asintió y cerró los ojos fuertemente. Todo rastro del alcohol había bajado, junto con su seguridad. - Ace, no voy a hacerte daño.

-Lo sé - susurró con dificultad. -. Es solo que...

-¿No estás preparado aún? No quiero presionarte, puedo esperar.

-No quiero hacerte esperar - este parecía a punto de llorar.

-Oye, no pasa nada. No llores, mi amor- le limpió las lágrimas recién salidas con los pulgares. -. Esperemos, ¿Vale?

-No, no... - se incorporó temblando y acostó a Marco debajo suyo. - Dejame hacerlo a mi... - quitó los pantalones del mayor y los tiró a un lado de la habitación. Se levantó y bajó las persianas, dejando la habitación a oscuras. - así mejor. - se acercó de nuevo. Agarró el miembro de su novio y lo metió en su boca con bastante experiencia. No era la primera vez; Sabo también había sido protagonista de sus temblores y nervios, pero al ser su hermano, la confianza aumentaba. Comenzó a subir y bajar la cabeza. Escuchó los intentos de esconder los gemidos del rubio, y eso le dio ánimos para seguir. Unos minutos después, cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, Ace paró.

-¿Q... Qué haces? - preguntó algo asustado. Ace se colocó encima de Marco y reuniendo todas mas fuerzas que le quedaban le susurró con voz quebrada;

-Quiero que me folles- Marco notó cómo temblaba el menor y solo pudo reír.

-Ace, amor, estás temblando. - llevó Dos dedos a la boca del moreno. Este los lamió sensualmente y cayó encima de su novio cuando este empezó a bajar la mano por su espalda, dejando rastros de saliva hasta llegar a su trasero. Con cuidado, metió un dedo. Notó a Ace tensarse. - Sh... Te acostumbrarás. - metió otro más y escuchó al pecoso gemir. -¿Duele? - el moreno negó. - Bien. Cuando estés preparado continúo. - Ace movió las caderas, haciendo que sus miembros se rozaran. Marco gimió y metió otro dedo, esta vez sin lubricarlo.

-Ahh... Duele.

-¿Quieres que pare? - negó. El mayor empezó a mover los dedos.

-Ah...

-¿Ya puedo? - la  susurró. Ace no dijo nada, tenía los ojos cerrados fuertemente y los puños envolviendo las sábanas. Marco salió de debajo del menor. Estaba boca abajo, justo como quería el pecoso. Pensó que si era la primera vez podía darle el lujo de esconderse. Por lo que sacó los dedos, los clavó en las caderas del pecoso y con cuidado fue introduciéndose. Cuando llevaba la mitad Ace le paró.

-Para, para. Es demasiado grande. - Marco rió.

- Lo sé - le susurró en el oído, haciendo que el menor temblara aún más. Pasaron unos segundos y se movió, indicando al rubio que podía moverse. Se metió del todo y Ace gimió. Comenzó a hiperventilar. - amor, no puedo estar así toda la noche, tú insististe- dijo con dulzura tras varios minutos así.

-Vale, vale, sigue. - empezó a embestirle con cuidado. Cada vez más rápido. Ambos gemían, Ace hiperventilaba y Marco clavaba sus dedos en las caderas del menor. El rubio se sentía en el cielo. Mientras veía con dificultad la espalda sudada de su novio y escuchaba sus gemidos, se sintió orgulloso tras haberle enamorado. Recordó el día que se conocieron. Se odiaron. Ya veces aún se odiaban un poco, pero solo podía pensar en cómo temblaba el menor, y cómo le había insistido para seguir, solo para que no le hiciera esparar más. Le amaba. Cuando estaban a punto de llegar, el rubio agarró al moreno de la espalda y el pecho y le dio la vuelta. Se acostó encima suyo completamente y volvió a penetrar, esta vez con más velocidad. Agarró la intimidad de su novio y empezó a masajearla, haciendo que ambos terminasen a la vez; Ace entre los dos y Marco dentro suyo.

Ace seguía temblando y respirando demasiado fuerte. Marco salió de él, haciendo que se asustara por un momento. Salió de la habitación, cogió una toalla y se la puso por encima al pecoso. Le levantó con cuidado y le llevó al baño. Tuvo suerte, pues nada más llegar Ace vomitó. Marco suspiró. Le quitó la toalla y se metieron en la ducha. El menor casi no estaba consciente, por lo que el rubio tuvo que ducharle todo él. Cuando salieron, le volvió a poner la toalla y le acostó en la cama.

Le dio un besito en la frente.

-Te amo, Ace.

***

-Luffy-ya, ¿Tienes frío? - preguntó Law. Iban de camino al apartamento del ojeroso. Luffy negó.

-Estoy bien- susurró. Pero temblaba. Trafalgar suspiró y se quitó la chaqueta. Se la puso por encima y sonrió al ver al menor fruncir el ceño.

-Luffy-ya... Tenemos mucho de lo que hablar- le dijo.

-Lo sé. - Luffy miró al suelo y agarró la mano tatuada de su acompañante. La noche era fría. El cielo, cubierto de estrellas, era lo único que les iluminaba, aparte de alguna farola que no estaba rota por las calles. Un aire fresco les acompañaba de la mano a los dos, ninguno lo quería pero no lo rechazaban; no podían.

Los dos sabían que debían hablar. El de la cicatriz aún seguía algo enfadado cuando pensaba en Trafalgar y Joker juntos. Cuando pensaba en cómo había besado a Zoro. Cuando pensaba en cómo le había ocultado su enfermedad. Luego, su cerebro embotado por el alcohol le recordaba, con pudor, cómo vendó sus brazos cubiertos de cortes con sumo cuidado, cómo se acercó en el ascensor para besarlo y él le rechazó, cómo cayó encima suyo, después de la fiesta, cómo le pidió bajo la artificial lluvia, ser su novio o cómo en casa de sus tíos le provocaba gemidos que nadie más había provocado.

Le quería, lo sabía. Ni un beso con Zoro, ni una enfermedad oculta podrían hacerle cambiar de opinión. Por curiosidad miró sus muñecas. Donde hace un par de semanas había varios cortes profundos, a punto de ser infectados por el oxidado cúter, ahora solo tenía cicatrices, del mismo tamaño que las rajas. El color era más oscuro que el de su piel. Luffy no era pálido. Al menos no tanto como Trafalgar, pero esos cortes hacían un contraste en su piel, que podía ser hasta bonito.

Law le vio mirando sus cortes.

-¿Qué piensas? - le preguntó con cariño.

-Nada. Me arrepiento de haberlo hecho. Me arrepiento de todo. - susurró.

-¿También de ser mi novio? - Luffy pensó un poco. Levantó la cabeza y miró a Law. Le vio con sus ojeras, sus contrastes en partes de piel más claras que otras, sus ojos grises. Miró sus manos entrelazadas. Quiso tapar la palabra "Death" y poner "Alive" con un rotulador permanente. No solo en su mano, también en su corazón. Entonces hizo algo que nadie se esperaba. Sonrió. Sonrió de verdad, enseñando todos los dientes, achinando sus ojos y juntándolos con su cicatriz.

-Por supuesto que no, Torao- le respondió, apretando su mano.

Srta. D. Markov

A oscuras [LawLu]Where stories live. Discover now