Mi pasado

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Bueno, supongo que debería empezar por el principio, con mi hogar y mi familia. Yo nací en este bosque, pero en una zona muy alejada de aquí. Así ese pequeño lobo, este bosque es mucho más grande de lo crees.

En cuanto a mi familia, solo tuve a mi padre, un zorro rojo común; a mi madre, una hermosa zorro de pelaje gris y mi hermano menor.

-¿Tú también tienes un hermano?- interrumpió Blue sorprendido por lo que escuchaba.

-Sí, mi querido Phantom, mi pequeño hermanito- contesto Dust con una sonrisa triste en su rostro.

-¿Phantom, ese es su nombre?- pregunto riendo un poco por el nombre del hermano de su amigo- lo siento, no quise sonar grosero, pero sus nombres son graciosos- se disculpo en seguida.

No te preocupes, nosotros mismos creíamos lo mismo desde muy pequeños. Realmente nunca entendimos la razón de nuestros nombres, hasta que un día nos conto. Resulta que mi padre nos puso esos nombres en relación a nuestro color de pelaje, ya que ambos heredamos el hermoso color gris de mi madre. Yo soy Dust porque el tono de mi pelaje se asemeja a la ceniza que queda de los arboles cuando había un incendio, algo bastante común en la parte donde vivíamos. Por otra parte mi hermano, Phantom, tenía un pelaje muy claro, casi blanco, en vez de gris. Es por ello que mi padre le puso como los espíritus, que según él rondaban en las noches sin luna por bosque lamentándose y asustando a todo con lo que se cruzaran.

Pero no te hagas una mala imagen de mi hermano, porque te aseguro que no se asemejaba en nada a las criaturas con las que compartía el nombre. Mi hermano era el ser mas dulce y amable que jamás conocí...hasta ahora- dijo sonriendo débilmente, cosa que sonrojo a Blue captando la indirecta del zorro.

(Dibujo que les hice de Phantom y Dust respectivamente, espero les guste porque tarde mucho en hacerlo

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(Dibujo que les hice de Phantom y Dust respectivamente, espero les guste porque tarde mucho en hacerlo.)

Aunque tampoco es como si conociera a muchos zorros o lobos en ese entonces, por el contrario, mi hermano era mi único amigo, era el único con el que podía jugar en la madriguera y en cualquiera lugar en realidad, ya que a pesar de que mis padres eran muy afectuosos con nosotros, siempre se veían alarmados, temerosos de algo que no entendí hasta mucho tiempo después. Mi madre nos cuidaba con recelo y no se apartaba de nuestro lado cuando salíamos a bañarnos o recolectar comida, mucho menos nos dejaba alejarnos mucho de la zona que ellos consideraban segura. En cambio mi padre, casi siempre estaba fuera de la madriguera, difícilmente lo veíamos en el día y no regresaba hasta la noche con las presas que cazaba para nosotros. Las pocas veces que pasábamos tiempo los cuatro juntos, era cuando nos bañábamos, pero no duraba mucho.

Nunca entendí porque jamás nos dejaban salir a menos de que fuera necesario, y aunque era feliz con mi familia, siempre quise saber que había más allá de nuestro hogar. Cuando le pregunte a mi padre por qué nunca podíamos salir él me contesto aterrador y con duda sobre responder a mi pregunta o no, pero yo le insistía tanto que al final tuvo que aceptar en decirme la verdad. Resulta que no muy lejos de nuestro hogar vivía un terrible cazador, que mataba animales raros para vender su piel a quien le ofreciera más. Ese cazador había estado viviendo en el bosque gris desde mucho antes que nosotros naciéramos, de hecho ese hombre había sido el responsable de que mis padres se conocieran. Mi padre rescato a mi madre de una de las trampas donde la tenia encerrada; desde entonces vivieron juntos, se enamoraron y nos tuvieron. Mi madre nos dijo que ese hombre la atrapo en un bosque muy lejano y que en este bosque la tenia encerrada en lo que buscaba como matarle sin dañar su pelaje.

Un lobo muy interesanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora