¿Se borra el amor?

Planes Rotos.

Shikamaru estaba listo para proponer matrimonio, iba a pedir la autorización del kazekage — aunque si este no aceptaba, nada le impediría romper las reglas solo por estar con ella — en su mente miles de estrategias le albergaban para poder ser aceptado.

— Hey Shikamaru, te ves muy tenso - se burló Ino al ver a su amigo tan sumergido en sus pensamientos.

— Hoy lo haré Ino - dijo casi en susurró — ¡Es tan problemático pero lo haré!

No había necesidad de explicar lo que sucedía, ella lo entendía muy bien, además de que había notado antes los sentimientos de su compañero por la chica de la arena — como la mayoría de quienes los conocían — nunca pensó que ese día se atrevería a dar un paso tan grande, además que poco antes había negado el hecho de querer casarse, pero desde una misión, en la cuál Temari lo había rescatado de “Gengo” las cosas cambiaron, además de empezar a salir con la anterior mencionada.

— ¡Felicidades Shikamaru! - lo codeó haciendo que este la empujará con poco fuerza.

— Eso no ayuda, es importante ... - no pudo terminar la frase cuando una persona intervino en la plática.

— Shikamaru, Ino, tenemos una misión... - era su regordete amigo, quien extrañamente lucía serio.

Los chicos lo siguieron, una parte de Shikamaru quería evitar la misión — pero desde un tiempo atrás, adquirió un sentimiento de responsabilidad, al cual no iba a ignorar — para poder acabar con los arreglos.

Salieron de la aldea, sin saber lo que les iba a esperar, sin saber que peligrosa podría ser la misión, sin saber que ese día iban a perder una cosa muy importante.

Temari se quedo mirando la nota que yacía en su ventana, al abrirla, el viento hizo que volará hacia su cama, se le hacia raro no haberla notado desde el principio.

Los exámenes de chunin serían pronto, siendo nuevamente seleccionada como encargada de representar su aldea en ellos; ella estaría a cargo de la segunda fase, así que era natural estar en Konoha.

Siguió mirando la nota, una sonrisa traviesa surcó sus labios al ver que el remitente era su amado vago — Shikamaru Nara, el genio de Konoha — así que se sentó a leerla, básicamente, en ella la invitaba a pasar una cena en su casa. Temari se levantó de la cama y se dirigió al espejo arreglándose un poco — lo cual no era necesario, al ser bella por naturaleza — algo le decía que pasaría algo importante, aunque no sabia que fuera.

La noche llegó, Temari camino hacia la casa de los Nara, sabia que desde que Shikaku ya no vivía, el ambiente era más tenso, pero aún así, Yoshino la quería mucho, sin mencionar a Shikamaru.

Toco la puerta dos veces con suavidad, solía ser tosca, sin embargo, ellos conocían el lado “amable” de la rubia, así que no había necesidad de romper casi la puerta.

De un momento a otro Shikamaru apareció, dejando con la boca abierta a Temari y haciendo que esta le diera una buena cachetada; estaba semi desnudó, pero este no decía nada, solo la veía, ella no podía pensar con claridad, ¿la había citado para tener sexo con ella? ¿era acaso un objeto?.

— ¡Temari! ¡Mi mejilla maldición! - grito bastante molesto el chico, no sabia la razón de su acción.

— ¿Para eso me citaste? - los ojos de ella mostraron furia — ¿Para acostarte conmigo?

No iba a negar que ya habían tenido una que otra vez sexo, y tampoco que  lo había disfrutado, pero la nota le había parecido bastante seria y romántica, para ser solo un llamado de una noche apasionada.

— No sé de que hablas Temari - se cruzó de brazos — Es mejor que te vayas, mi madre va a despertar y no quiero lidiar con más problemas.

Temari no pudo ver el comportamiento extraño de Shikamaru, la furia la invadía, primero se le había confesado, le había prometido amarla sin importar que el amor fuera tan problemático. Y en ese momento, se comportó como un completo idiota, primero la citó y luego la corrió de su casa, eso sí era un problema.

— Te creí Shikamaru, te creí cuando me dijiste que me ibas a amar - murmuró antes de irse, no sin antes mandarlo a volar — literalmente — haciendo que este cayera de espaldas.

La misión fue fallida, los ninjas habían escapado, Shikamaru, Ino y Chouji volvieron a sus casas, pero su corazón empezó a punzar fuerte, en su pecho sintieron como si su corazón fuera a salir o a reventar, para nada era parecido como cuando latía al ver a sus enamorados, era más bien, doloroso. 

Shikamaru se iba a bañar, su cabeza le daba vueltas y tenía recuerdos incompletos, pero no les dio importancia. En eso la puerta se escuchó, así que salio en bóxer, podía apostar a que no era nadie importante. Lo primero que pudo hacer, fue reaccionar acariciando su mejilla después de una cachetada, la cual no esperó y no sabia porque se le había propiciado.

— ¡Temari! ¡Mis mejillas maldición! - se quejó, mientras en el techo de la casa, una joven de cabellos grises anotaba, era bastante pequeña, parecía una niña de seis años, pero en sus labios, sonreía con perversidad.

— Y el joven amo decía que el amor no se borra - murmuró — Los humanos deberían saber lo innecesario que es.

Salto del techo para alejarse por parte trasera de la casa.

— Por el bien de la humanidad, es necesario romper todos los lazos, iniciando por el amor - solía hablar sola, para acomodar sus ideas — Pero, si ella aun lo ama, puede volver a crear ese lazo, tengo que hacerla sentir también indiferencia, sí, eso haría que mi experimento no fallé.

Al llegar a medio bosque, hizo una pose de manos, volviendo a su estado original, una chica de unos veinte, con los cabellos grises y ojos totalmente negros. A pesar de ser bonita, siempre se alejó del las personas, para evitar crear lazos y ser la ninja perfecta, la ninja que puede sacrificarse, sin causar dolor a nadie, ni deseos de venganza y que daría todo por la batalla.