0006: luces de colores y malas palabras

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Luces de colores y malas palabras







—¡Yoongi Hyuuuuung!

Golpecitos leves y tarareos tontos resonaron de la nada misma en la puerta de entrada de su casa. Yoongi, que tomaba una siesta en el sillón del living, decidió no prestar atención. Taehyung y Jimin sabían los horarios exactos en los que dormía, de seguro sólo querían molestarlo.

—¡Hyuuuuung! —Esta vez fue la fina voz de Jimin la que se escuchó a la par de unas leves risitas. Yoongi abrió los ojos, miró la puerta desganado y los volvió a cerrar. A pesar de que quería a Jimin con la intensidad de todos los demonios del infierno no se podía dejar vencer (otra vez... Como otras veces). —Sabemos que estás ahí.

—¡No estoy! —Respondió y hundió su rostro en la almohada con aroma a vainilla. Después de eso se escucharon golpes más fuertes, sabía que esos dos pequeños dolores de trasero estaban con las cuatro manos sobre la superficie preparados para sacarlo de quicio.

Se resistió.

Pero Seokjin no.

Él bajó con cara de perro enojado y el cuerpo lleno de gotas de agua cayendo. Tenía sólo una toalla atada en la cintura y otra toalla sobre su cabello, así como su abuela solía llevarla al salir de la ducha.

—¿¡Qué mierda quieren engendros del diablo!? —Abrió amablemente (En realidad no) y vio a los dos jóvenes risueños en frente suyo. Jimin tenía una enorme flor amarilla pintada en la derecha de su cuello y Taehyung estaba cubierto con manchas de pintura de todos los colores. Parecia que había tenido una pelea mano a mano con una obra de Van Gogh. —¡Me estaba bañando! ¡No me tienen que molestar cuando me baño! ¿¡Y si salía desnudo!?

—Por Dios, nunca. Ni se te ocurra. —Se escuchó a Yoongi renegar mientras se acomodaba mejor en el sofá. Jimin le sacó el dedo del medio, pero el otro lo ignoró por completo.

Luego Seokjin los miró con más detalle y quiso taclearlos en su jardín. Ambos tenían sus manos detrás de la espalda, ojos de cachorro enormes y un par de sonrisas animadas que muchos describirían como aterradoras.

—Pijamada. —Dijo Taehyung y una enorme sonrisa cuadrada mostró sus brackets con recelo. —Mamá y Pa se van toda la noche y tengo la casa sola. ¿Vienen, verdad?— Juntó ambos dedos sobre su regazo, algo que sabía que podía conquistar a su Hyung.

—Una lástima que no esté tu Pa, esos músculos... Uff... —Dijo Jimin como un comentario para rellenar el silencio, sin tener idea de lo que generó en Yoongi. El peliverde tuvo que levantarse del sofá como un resorte mientras pensaba en una milésima de segundo si debía empezar a entrenar para tener músculos. —Es un manjar.

—¡No seas asqueroso, es mi Pa! —Exclamó Taehyung empujandolo con el hombro y Seokjin puso los ojos en blanco. Sostuvo su toalla cuando sintió que Yoongi apoyaba su mentón sobre el hombro desnudo, encarando a los menores a ojos entrecerrados y cabello despeinado. —¿Entonces vienen? Porque hay comida. Mucha comida.

—Meh, me convenciste. —Yoongi salió de su casa como un rayo y hubiese seguido su camino de no ser por Seokjin, que exclamó algo en coreano y empezó a saltar en su lugar con enojo. —Uh ahora qué le pasa a este.

—¡Esperame desubicado! ¡Estoy desnudo! Dónde carajo quedó el respeto por los mayores. —Empezó a subir las escaleras rápidamente entre murmullos. —Cuando yo era joven no trataba así a mis mayores; quién se cree que es, cabeza de lechuga... —Cerró de un portazo. se escucharon más palabras en coreano y después todo fue silencio.

Taehyung carraspeó divertido y dirigió su mirada a Yoongi. No le parecía raro que su Hyung tuviera el pijama puesto a las ocho de la noche.

Levantó su dedo como pidiendo permiso para hablar, mostrando su anillo con forma de Sol.

la minivan de Seokjin ☆ taekook/kooktaeWhere stories live. Discover now