0017: imagine me and you, i do

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Recomiendo leer el cap anterior para recordar detalles.




"Es como tener concreto en las venas." Jungkook tomó sus tobillos y se hizo pequeño sobre sus rodillas. "También es como tener la boca pegada."

En frente suyo estaba su zorro de peluche.

"A veces me siento un girasol. ¿Entendes a lo que me refiero?"

El peluche en la cama no se movió.

"Es como que solamente sirvo cuando sigo al Sol. Probablemente me muera sin un guía, porque no se que es no tenerlo. No se lo que es vivir sin que te respiren en la nuca."

Si el peluche sintiera, probablemente tendría lástima. Jungkook tenía dieciséis para ese entonces pero hablaba con un pedazo de tela porque no tenía ni un amigo. Era del tipo que pasaba demasiado tiempo estudiando y colmado de actividades extracurriculares, aunque asombrosamente era también admirado por todos. Nadie podría imaginar nunca que el perfecto chico medio coreano Jeon en realidad tenía golpes escondidos en la espalda, o que lloraba casi todas las noches antes de dormir.

"¿Esto va a ser toda la vida así? ¿Voy a envejecer e irme a Seúl y voy a ser como ellos?"

El zorro estaba quieto.

"No quiero ser como ellos." Jungkook tenía los ojos llenos de lágrimas cuando tomó al peluche entre sus manos temblorosas y lo abrazó sobre su pecho. Se desplomó sobre su cama y miró hacia el techo impoluto. No le dejaban pegar muchas cosas en las paredes con la excusa de que se arruinarían, él hacía caso. Siempre hizo caso porque nunca tuvo algo por lo que pelear, o por lo menos no sentía que su propia libertad fuese una razón suficiente. Sus padres vivían reduciendo y aplastando todos sus anhelos y sueños lejanos, así que ciertamente no era extraño.

De repente sonó la puerta de entrada y Jungkook secó sus lágrimas. Se escuchó una especie de forcejeo y después un grito ahogado, abrazó más al zorro. Ese día había cerrado la puerta de su cuarto con llave para ahorrar algunos miserables segundos, porque sabía que su padre tenía una copia. También tenía muchas ganas de desquitarse con él porque le denegaron el ascenso y Jungkook se ausentó a su club de basketball.

La perilla comenzó a moverse, ese terrible chillido no logró que salieran más lágrimas porque tenía que hacerse el fuerte. No demostrar, no sentir, ese era el lema de la familia Jeon. Un lema que se lo habían grabado a mano alzada cuando era sólo un pequeño niño revoltoso. Cuando la puerta se abrió, sus ojos también lo hicieron.

No estaba en su cama blanca y tampoco sostenía su zorro de peluche sobre su pecho. Le costó identificar el lugar porque estaba todo oscuro pero los grillos se escuchaban muy de cerca y estaba rodeado de almohadas suaves, cómodas, con aroma a hogar. Se desperezó para enfocar su mirada al frente. Estaba durmiendo en el colchón de la minivan, pero las puertas se encontraban abiertas de par en par y del estéreo sonaba Gimme Shelter de The Rolling Stones. Le tomó unos segundos recordar todo: El día en la piscina, lo cansado que estaba por el insomnio de la noche anterior. Fue por eso que en algún momento de entrada la tarde se durmió sobre las piernas de Namjoon abrazando un inflable con forma de flamenco.

Desde la ventana vio a los seis sentados en ronda, compartiendo con entusiasmo la comida que compraron de camino al camping mientras movían sus cabezas al ritmo de la canción. Taehyung tenía puestos los lentes negros de corazón y mordió la pata de pollo bailando en su lugar.

Jungkook se preguntó por qué Taehyung fue el primero que vio desde la ventana. O más bien, se dijo a sí mismo que no era el momento de andar siguiendo a alguien en específico con la mirada, pero se le hacía imposible evitarlo. Taehyung tenía ese jardinero de jean corto con girasoles pintados en los bolsillos y dos pequeñas trenzas en el cabello y su cabeza gritaba "miralo, miralo."

la minivan de Seokjin ☆ taekook/kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora