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Nada
Eso es lo que había en todo el alrededor.
Una enorme y oscura "nada"

El vacío era el único significado a otorgar en ese espacio amplio.

Mentiría si dijera que no hay ni un ser vivo en aquel lugar, pero, no podemos darle esa definición realmente.

Nombremos a aquel ser como "Vigilante o vigía" al menos de momento.

En el gran vacío ha existido un vigilante, desde los inicios, este Vigía ha tenido una importante tarea en un viaje de autodescubrimiento y conocimiento absoluto, más no puede tener un conocimiento total si no hay nada que conocer.

Ese vigilante se encarga de llevar un orden y tranquilidad a cada rincón. Debe asegurarse de que todo este en orden para cuando algo increíble ocurra.

Pasaron milenios en oscuridad y silencio.

El vigilante comenzaba a creer que su camino y su deber carecían totalmente de sentido.
Sus ilusiones por encontrar algo diferente, nuevo y único, desaparecían lentamente.

Cuando el vigía estuvo por renunciar y partir a un lugar diferente (lugar que no encontraría jamas), una luz pequeña pero casi cegadora apareció en el centro de toda aquella oscuridad.

Curioso, el vigilante se encamino hasta ese punto de luz cálido y resplandeciente con la clara intensión de investigar tal suceso.

Ante una distancia prudente, el vigía quedo maravillado por esa compañía carente de consciencia, pero demostrando la gran cantidad de vida que poseía en su cuerpo.

Claramente no sabia lo que era, y no sabia cuál era su nombre.

Intento entablar una conversación con ese cuerpo brillante, pero no recibía respuesta, o al menos no en palabras, cuando algo parecía agradar le aquella luz transmitía una calidez mayor, pero cuando algo le disgustaba parecía que toda esa calidez se esfumaba de repente. Con ello en claro, el vigilante pudo comunicarse con ella, incluso aunque no pareciera ser algo pensante, ella tenia una gran forma de transmitir mas que alguien consiente, aun cuando no conocía algo más o a alguien más que no fuese ella.

La soledad del vigilante se esfumó, al fin sabia que era lo que tenia que hacer realmente y por fin había logrado descubrirse a si mismo.

No sabía el nombre de aquel cuerpo, así que estaba decidido a encontrar uno para ella.

Por unas semanas sobre explotaba su mente en crear un nombre para su compañera.
Muchas fueron desechadas por ella misma, y así se fue el "tiempo", hasta que, cuando su amiga parecía estar baja de energía, en una de las tantas veces donde ambos se hacían compañía, el vigilante susurro un nombre que pareció alegrar a aquel cuerpo.

Estrella

Justo cuando el vigía expresaría su alegría por encontrarle un nombre después de, a lo que su parecer fue, tanto tiempo, lo inevitable ocurrió.

El fin de aquella luz llegó, pareció apagarse por un momento y luego estallar en una gran ola de energía y luz.

Y en un instante, ya no había una estrella, al rededor del vigilante se había creado todo un nuevo espacio, sin embargo, ya no tenia a su compañera.

¿De que sirve un nuevo paisaje, si lo más bello era la luz de su amiga?

No quiere el conocimiento absoluto si con ello perdía a su pequeña luz.
Sabe que no puede regresar los sucesos pero el saber no disminuye su dolor y pérdida.

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Pocos años vagando en su nuevo "vacío", aprendiendo, buscando y sufriendo.

Un sólo universoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora