IX

280 46 1
                                    

¡Demonios! ¡Estaba besando a Taemin! No sé ni cómo rayos sucedió esto, pero tampoco me arrepiento. Todo se estaba complicando con cada minuto que pasaba, pero en este preciso instante en que sus labios están sobre los míos me importa un carajo lo que se venga.

El aire comenzaba a faltarnos a ambos, pero ninguno de los dos quería romper ese beso. Los labios de él se sentían tan cálidos y suaves sobre los míos. Fue un beso que me hizo temblar hasta la última célula de mi cuerpo. Claro que yo había besado infinitas veces a lo largo de mi vida, pero esto era realmente nuevo para mí. Empezaba a pensar que sus labios se volverían mi adicción, tenían un sabor único, dulce, que me volvía loco.

Me separé muy a mi pesar de él y uní nuestras frentes. Abrí mis ojos y vi que Taemin aún los mantenía cerrados. Ambos respirábamos un poco agitados por el aire que nos faltaba y luego de unos segundos él abrió sus ojos lentamente, mostrándome esos ojos color rubí que penetraban hasta el fondo de mi alma.

—Min... Minho... Yo... Lo... —Taemin comenzó a balbucear y antes de que comenzara a disculparse nuevamente lo detuve.

—Por favor, no te disculpes. Esto es algo que ambos quisimos. —Le dije en susurros y claramente eso hizo que su piel se erizara, pude notarlo. Ni un segundo habíamos roto nuestro contacto visual.

Taemin era como un libro abierto para mí. Podía leer tan claramente lo que sentía a través de sus ojos y en este momento veía tantas emociones como remolino en su interior. No quería que este momento juntos terminara. No quería separarme de él. Definitivamente algo fuerte nos estaba uniendo cada vez más con cada segundo pasado. Algo terminó de conectar entre los dos después de ese beso, algo que en cualquier momento podría llevarnos al desastre.

Ambos seguíamos sentados en el suelo y en ningún momento mis manos habían dejado la cintura de Taemin, él casi se encontraba sentado encima de mí. Torpemente alejé mis manos de él y puse distancia entre los dos recostándome nuevamente en el árbol. Me pasé las manos por el cabello por milésima vez y exhalé frustrado por todo lo que estaba ocurriendo y por como todo esto se estaba saliendo cada vez más de control.

Ambos estábamos enamorándonos del otro y tal parecía que ya no había vuelta atrás. Taemin se estaba convirtiendo en la persona más importante de mi puta existencia.

Nos quedamos en silencio por un largo rato y mi mente estaba hecha un lío. Pensaba en millones de cosas y cada una más mala que la anterior. ¿Qué pasará si mis padres se enteran de esto? ¿Me apoyarán como siempre? ¿Igual me nombrarán rey o desistirán de su idea y me desheredarán? ¿Le harían algo a Taemin por esto? Sus padres probablemente se volverían locos y a lo mejor lo tomarían contra mis padres. Por donde lo intentara ver, todo salía mal. No veía nada positivo, solo problemas y un montón de obstáculos se levantaban frente a nosotros.

—Minho, sé lo que estás pensando y yo realmente tengo miedo... —Escuché que Taemin me decía en un hilo de voz. Volteé a verlo y sus ojos se encontraban viendo el suelo.

—¿Miedo a qué? ¿A tus padres o a los míos? —Le pregunté entrecerrando mis ojos al ver que se sobresaltó cuando le mencioné a sus padres. —Dímelo, Taemin ¿A qué le tienes miedo? —Lo insté a que siguiera hablando.

—A... m-mis padres... A lo que ellos podrían hacerte si se enteran de esto... Ellos son... Muy malos Minho... Y no quiero que te lastimen... —Me dijo aún con la mirada agachada y una postura derrotada.

—No me harán daño, Tae, no tienes de qué preocuparte. Además nadie tiene que enterarse de nada de lo que pasa entre nosotros. No sería nada bueno para nadie. Se supone que somos rivales ¿Recuerdas? —Le dije poniendo una media sonrisa con eso último porque claramente nosotros ya habíamos pasado de ser rivales a algo más.

Vampire Heart... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora