MI GUARDAESPALDAS/CLEXA

PRESENTACIÓN

"Al parecer, usted es altamente recomendada. Pero necesito estar seguro de sus aptitudes. Demostrarme que es capaz de proteger a mi más preciada hija ".

La guardaespaldas sonrió. Entonces se movió. Manos encima del escritorio. Piernas sobre el escritorio. Antes que su cliente fuera capaz de parpadear nuevamente, la guardaespaldas tenía su brazo alrededor del cuello del hombre y otro brazo sobre su espalda.

"Muévase y su cuello lo pagara caro" respiró en su oído mientras desenvainaba su elegante cuchillo de su muslo. Sin dudarlo, lo lanzó al sofá delante de su cliente, cortándolo por la mitad. "Y no necesitare un arma para hacerlo", terminó diciendo.

"No voy a moverme. No voy a mover. Por favor, no me haga daño ", le rogó su cliente.

"¿Si le hiciera daño, quién pagaría mi sueldo?" La guardaespaldas se alejó de su cliente, volvió a su asiento y esperó a que su cliente recuperar su calma.

Cuando su respiración se regulo, miró a la delgada y joven mujer con una luz diferente. Había encontrada a la mejor guardaespaldas para su hija menor. Una, que la mayoría de la gente probablemente subestimaría. Una que le haría pagar un alto precio por su servicio. Pero la Guardaespaldas necesitaba saber algo más antes de sellar el acuerdo.

"La señorita a la que vas a proteger es mi hija menor. Perdió a su madre muy joven y por ello, le he dado todo lo que ha estado en mis manos. Ahora que es mayor, puede ser un poco exigente. Debe tener paciencia para manejar sus estados de ánimo y su temperamento. De no hacerlo, me veré en la necesidad de terminar su contrato ".

"Señor. Griffin, con el debido respeto, el comportamiento de una princesa mimada está totalmente dentro de mi tolerancia. Sin embargo, para hacer mi trabajo, necesito de su permiso para darle a su hija asesoramiento y formación necesaria, para garantizar su seguridad ".

Los ojos de su cliente brillan cuando mencionó 'asesoramiento ' y 'formación necesaria'. "Ya veo. Bueno, si tiene que ver con la seguridad de mi hija, por su puerto, haga lo que tenga que hacer. Tiene mi completa autorización ".

"Gracias, Sr. Griffin."

"¿Tiene alguna otra petición o pregunta?"

"No, Sr. Griffin."

Su cliente pulsó un botón y dio instrucciones a su secretaria de enviar el contrato listo. Entró a la oficina con una carpeta en la mano y dejo una copia en frente de ambos, el Sr. Griffin y la Guardaespaldas. Pluma en mano, firmaron en la línea punteada e intercambiaron contratos. Tan pronto como la segunda firma fue puesta, el Sr. Griffin revelo ojos relucientes, como estrellas con secretos contenidos.