Intención.

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- Voy a besarte ¿Está bien ? -

Matthew era un abogado de prestigio, siempre se veía tan seguro de si mismo, tan serio y correcto. Incluso había escuchado a unos cuantos decir que él sería excelente sirviendo a la iglesia, claro, un católico por excelencia.

"Un católico que peca toda las noches"

- Frank...- susurra con temor, sus piernas quieren fallarle, su corazón y sus mejillas quieren delatarlo.
- Frank... tengo miedo - y entonces su voz se quiebra un poco, tan sólo un poco pero para el ex-marino es como si su pequeño abogado sufriera en voz alta.

- Miedo ¿De qué Matty?- Sus labios se alejan y ya no tocan la boca semi abierta del castaño que justo ahora agacha la mirada. - ¿No quieres que te bese?-

Claro que sí, lo desea. Pero el miedo de estar cometiendo un pecado muy grave es lo que le aterra. Desde pequeño las monjas que lo cuidaron le inculcaron la importancia de la castidad, el matrimonio y sus valores reservados. Valores en los que tener pensamientos eróticos y por otro hombre, no son bien vistos.

- ¿Crees que el amarte me hace un pecador?- pregunta aferrándose a la chaqueta de cuero que lleva el ex-marino.

Castle sólo ríe en voz baja, y con toda la delicadeza del mundo acaricia una vez más el rostro de Matt, ese rostro tan angelical, al que quiere proteger de todos y de todo.

-¿Tú que crees? El infierno justo ahora, no suena tan mal.- Responde Frank. - Después de todo, creo que no hay manera que yo tenga un pase al cielo.

-Creo que... puedo irme al infierno si eso implica que estarémos juntos. - sonríe apenado. - Aunque sigue asustándome esa idea.-

-No te preocupes Matty, puedo meterle un par de balas al mismo Diablo en persona si trata de acercarse a ti.- Matt ríe por las ocurrencias de Frank y al mismo tiempo le parece algo sumamente hermoso que piense enfrentarse al mismo Diablo sólo por él. -Incluso... piensa en esto Matty, en el infierno podemos hacer lo que querramos.-

-¿Ah sí?- Se cruza de brazos fingiendo interés en lo que podrían hacer. - ¿Cómo que cosas?-

-Tú sabes de lo que hablo. Yo acabaria con el imbécil amo del infierno y entonces tú y yo gobernaríamos ese lugar.-

-Suena tentador señor Castle. Quizá tenga que convencerme de otra manera.- Frank se acerca de nuevo a Matthew y lo toma por la cintura.

- Y entonces podré besarte frente a todos y joderle la homofobia a la Biblia.- No saben en que momento pasó pero justo ahora pareciera que se conocen de hace muchos años, como si estuvieran hechos el uno para el otro y eso le gusta a Murdock, la idea de tener lo que siempre deseo justo entre sus brazos.
- y hablando de eso, señor Murdock. Tengo que confesarme. Y pensé que usted podría ayudarme.-

-Adelante señor Castle, soy todo oídos.- Decidido a seguirle el juego, Matt se coloca de espaldas para que Frank pueda decir sus pecados con total libertad. - ¿Y bien?-

Lo único que puede escuchar ahora, son las pisadas del calzado pesado de Frank recorrer en círculos la habitación, sabe que esta tratando de encontrar las palabras correctas para hablar o al menos eso cree que hace.

-Bien, ¿Cómo voy a comenzar?. Bueno el día de hoy mate a dos secuestradores, y sinceramente no tuve ningún sentimiento de culpa. Pero ahora que lo pienso, hay algo que no me deja dormir por las noches, más bien ese algo es alguien que no me puedo sacar de la cabeza.-

Las pisadas se detienen y Matt sabe que Frank esta detrás de él, lo sabe porque puede sentir su respiración cálida golpear su cuello.

- Vaya, usted no se anda con rodeos señor Castle. Una confesión demasiado sincera.- ríe por lo bajo, negando con la cabeza el hecho que Frank le cuente de sus asesinatos como si nada. - Bueno y ¿Qué será eso que no le deja dormir? ¿Alguna chica quizá? -

El cuerpo de Matt se tensa al sentir como las manos de Castle acarician su torso, caricias que suben y bajan hasta llegar a sus caderas en donde sus dedos ejercen cierta presión y eso comienza a gustarle.

- Eso quisiera pero últimamente he perdido el interés en las chicas. Últimamente ya no me antojo de vídeos donde hayan chicas rubias, de cenos grandes, con labios carnosos, chicas muy hermosas por cierto.-

Frank sabe que sus palabras comienzan a molestar a Matt, sabe que Matthew siente ciertos celos de Karen y la descripción que acaba de dar es exactamente la de ella.

-Pero, encontré algo mucho mejor.-
Susurra contra el cuello del castaño, ese cuello nivea que luce tan apetitoso.

-¿Ah sí?- Jadea el abogado sintiendo como su cuerpo comienza a calentarse, sintiendo como la barba de tres días que posee Frank le roza el cuello y lo único que puede hacer es morder sus labios para callar los suspiros que quieren salir de su boca.

- Claro que sí, el culpable de que ahora me apetezcan otro tipo de cosas debería pagar por eso ¿No lo cree señor Murdock? Creo que debería ser castigado.-

- Sí, quizá deba ser castigado.-






Suffer [Fratt]Where stories live. Discover now