20

1.3K 125 23
                                    

El hombre se encontraba sentado en aquélla mesa, mientras recordaba distintos sucesos que pasaron en su vida, con ese rubio que siempre le hacía las mañanas, días, noches y madrugadas.
Aquél rubio al que le había agarrado un cariño incondicional, y apesar de siempre usar los términos de ruidoso y molesto en el, era todo lo contrario.
Porque Aizawa Shōta debía admitir que no podría vivir sin esa cacatúa ruidosa a su lado, oh claro que no.

Y por eso es que estamos acá en un principio. Dijo que él no podía vivir sin él, ¿Cierto?

Sostuvo en sus ahora pálidas manos aquélla soga que usaría para un acto tan atroz como el que estaba apunto de hacer en ese momento. Aquél acto siempre describió como algo inútil e incoherente, el simple hecho de quitarse su propia vida con una razón superficial, como él lo veía. Pensaba que era una estupidez.

Desde que Hizashi Yamada se dió por muerto, cierto azabache había caído en depresión silenciosamente, resguardando sus emociones tras su rostro inexpresivo y apático que siempre mantenía.

Pero no podía más, el simple hecho de recordar sus sonrisas, los buenos días que solía darle, los buenos momentos que pasaban juntos hacían revolver su estómago y que lágrimas cayeran de forma inconsciente.

El azabache pudo jurar que casi soltó una sonora carcajada, ante aquellos pensamientos que el mismo creaba, intentó calmarse, más el mismo sabía que no podría hacerlo.

No había vuelta atrás, sintiendo como el frío llegaba a su cuerpo y los escalofríos se hacían presente. Tomó su última desición, al igual que la soga que anteriormente había puesto en aquélla mesa café, donde muchos sucesos habían pasado hace tan sólo aproximadamente 1 mes.
Y lo hizo.

————————————————

❝ᴛʜɪs ʙᴏʏ.❞| EraserMic Drabble's Where stories live. Discover now