capítulo 28:Desesperación y sacrificios

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-la rubia agarro aquella daga sin dudar, sus manos temblaban, pero tenia que hacerlo, la alzo apuntando aquella cuchilla afilada hacia su cuerpo, casi llorando trago todo el aire que le fue posible y de repente…- Wendy abrió los ojos de par en par, sus manos temblaban y el libro se le resbalo de las manos. Todos la miramos, ella negó con la cabeza y por poco lloraba.

-¿Qué ha pasado?- le exigí saber acercándome hacia ella.

-Lucy ha… Lucy se ha…- Gray agarro el libro y lo leyó junto con Erza.

-No puede ser…- susurro Erza, ambos levantaron la vista y me miraron fijamente-ella se ha suicidado- aquellas palabras me atravesaron, sentía que alguien me había apuñalado, aquello no podía haber pasado.

-no…- murmure retrocediendo hacia la puerta, negué barias veces con la cabeza antes de correr hacia aquella puerta y comenzar a golpearla- ¡eso no puede ser! ¡Ella no pudo haberse hecho eso! ¡Tengo que ir! ¡Tengo que ir!- gritaba pegándole hacia la puerta, pero nada, me dolía, algo en mi interior se quebró, yo no podía perderla, ella era mi mundo.
(...)

Escuchaba ruidos a mi alrededor, sentía cables por mi cuerpo, escuchaba voces, sentía las miradas de las personas, pero, mi cuerpo pesaba y apenas podía abrir mis ojos, estaba desorientada, no sabía dónde me encontraba, toque mi rostro, tenía una mascarilla que me pasaba aire, a mi lado una maquina asía extraños ruidos mostrando mi ritmo cardiaco. Mire el techo decepcionada. No estaba muerta. Seguía en aquel mundo encarcelada. Una enfermera estaba a mi lado, al verme me sonrió.

-¿Cómo te encuentras?- pregunto con un tono suave pero agradable de voz.

-no lo sé…- murmure con la voz casi quebrada, ella me miro con lastima.

-pobrecilla, has sufrido mucho, Lucy- veía borroso por la culpa de la luz, pero al parpadear varias veces me di cuenta de algo. Aquella enfermera tenía sus cabellos rubios y largos, sus ojos chocolates y me sonreía de una manera tan cálida y acogedora, igual a la de una madre.}

-¿Quién eres…?- ella me acaricio la mejilla.

-mi nombre es…- dudo un instante- Layla. Lucy soy Layla Heartfilia- la mire sorprendida. No lo entendía. Ella se sentó en una silla a mi lado.

-tu…- ella negó con la cabeza interrumpiéndome.

-Lucy soy tu madre- lo sabía, sabía que ella no estaba muerta, que volvía a ser un ángel, así que no me impresionaba en nada verla en aquel lugar, pero, lo que no entendía era el por qué estaba aquí- Lucy, dios te ha dado otra oportunidad, pero… tuvo que sacrificar el portal, no puedes volver, por más que quieras, no te desesperes, aún queda algo por hacer, el maestro lo está intentando, pero requerirá de tiempo, y eso es lo que no tenemos, por eso, he distorsionado el libro que relata tu historia…- ella trago saliva, la mire confundida.

-¿a qué te refieres con eso…?- ella negó con la cabeza- ¿mama que has hecho...?- le pregunte desesperada, intente levantarme, pero un dolor punzante apareció en mi pecho, tan doloroso que casi me hace llorar.

-he puesto que te has suicidado, Lucy, eso es lo que has intentado hacer, has perdido bastante sangre, te has hecho una herida horrible, los médicos te han puesto en coma para realizar la operación, pero es muy arriesgada, lo que ahora está despierta es tu parte como ángel, no te puedes mover, solo hablar y verme- la mire casi llorando, ¿Cómo me había hecho eso? Natsu, Natsu debería estar pasándosela muy mal, no peor que eso.

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